"Fango que se mueve, a demonios hiede.".
Refrán español
La doña María Corina anda tan inquieta y alborota, que no piensa, si no en Miraflores, ya que, estuvo en una oportunidad en son de golpe y no precisamente de tamunangue, pero salió espantada sin haber echado un pie, porque los chavistas no se dejaron quitar el coroto. A partir de ese momento la desesperación no le deja un momento de sosiego, porque el inexorable paso del tiempo le va borrando su anhelo tanta veces soñado y antes la frustración no deja de pensar en asaltar el poder y para eso carga y necesita la invasión, como su tabla de salvación, ya que, todos los caminos se le han cerrado al escoger el equivocado, el cual precisamente la llevó donde estaba la soga y por supuesto no tiene la culpa el gobierno, si no su imprudencia y miserable posición antipatriota, totalmente identificada con los intereses del gobierno de los Estados Unidos.
Ahora, se le fueron los tapones al explotar despejando cualquier duda en sus acostumbrados lamentos, pero en un tono amenazante contra el presidente Nicolás Maduro, como si este nunca ha oído la alharaca de los últimos gobernantes estadounidenses, la oposición venezolana y los nuevos adversarios –Oscar Figuera PCV– y además un grupo de exministros, algunos de ellos huyendo por haber caído en el charco de la corrupción. Todo el mundo sabe de lo peligroso de las explosiones mentales en los humanos, porque así, como comienzan asustando a más de uno, finalizan en un indetenible desconcierto y muchas veces se oye ¡Ese anda mal del coco!
Todo el palabrerío lanzado contra el presidente Nicolás Maduro, han servido para redoblar la vigilancia en momentos, cuando la precipitación se apodera del humano llevándolo a cometer barbaridades, ya que, no se resignan ni dormidos a entender, que en Venezuela está gobernando un gobierno legítimamente constituido y un pueblo, que ha entendido perfectamente por lo hechos del pasado, que el enemigo está totalmente identificado –el imperialismo– y que además doña Corina, es su más fiel representante y todas sus andanzas tienen un solo objetivo: apoyar todos los planes del gobierno estadounidense por colocar nuevamente las cadenas de la opresión y romper definitivamente la firme decisión de un gobierno soberano representado por el valiente Nicolás Maduro en defensa de la patria.
Ahora, están coincidiendo y no es precisamente en planes amorosos la doña María Corina y Donald Trump, tan furiosos que sacaron sus garras ensangrentadas, como cualquiera fiera salvaje: Trump parece el principal protagonista de una película de terror de esas filmadas en Hollywood, donde los vampiros se presentan exhibiendo la sangre, como si estuvieran saboreando un delicioso helado al expresar sin ningún tapujo ¡"Ahora, si no soy elegido, será un baño de sangre para todo el mundo. Eso será lo de menos, será un baño de sangre para el país"! Pero la María Corina, como buena discípula lanzó su explosividad llena de odio, para demostrar que también es parte del reparto de protagonistas pitiyanquis, aún, cuando sabe perfectamente de su inhabilitación, al expresar que de no ser ella, que se atengan con las consecuencias, es decir, que piensan repetir la misma película del pasado.
Lo cierto es, que el refrán muy popular ¡En guerra avisada no muere soldado y si muere es por descuidado! Sirve para tomar todas las previsiones necesarias, porque se sabe perfectamente de todos sus movimientos, por la forma, como han tratado de asaltar el poder. Los planes de la doña, tienen olor a sangre, pero el gobierno está preparado y a esto la oposición y la inhabilitada no se cansan de llamar dictadura. Lo contrario es dejar que asalten a Miraflores, con el gobierno sin defenderse. Todo lo contrario a lo que ocurre en los Estados Unidos, con dos candidaturas sin ningún concepto de patria, porque representan al imperialismo y al final todo lo resuelven con los dólares; por algo Trump, sigue roncando, como si nada a pesar de su pasado guarimbero, pero al final no significa ningún peligro para la soberanía de USA. Pero aquí en Venezuela, es la fuerza del imperialismo en contra del proyecto bolivariano y es la soberanía del país, lo que está en disputa. Por eso, ahora, más que nunca, ni un paso atrás.