Finalizando el siglo XX, 1999, Chávez ganó las elecciones de manera arrollante. Dejó en el esterero a los viejos partidos, aquellos del Pacto de Punto Fijo, los que se turnaban el poder cada 4 años, porque no había quien los desplazara, tanto que terminaron, asunto como traído de un extraño sueño, uniéndose en un pacto electoral, con un solo candidato, Salas Rómer, para intentar detener aquella avalancha de votos que sumaba el de Sabaneta.
El desespero llegó a tanto que, en la embarcación adeca, se produjo un zafarrancho y en el puente de mando, un subalterno, Antonio Ledezma, se le alzó al capitán y candidato a la presidencia, el viejo caudillo y jefe del partido, Alfaro Ucero, al que hasta ese entonces había adulado por demás.
Un viejo diario regional, en ese entonces, publicó en su primera plana este titular "El tradicional partido socialdemócrata Acción Democrática expulsó ayer de sus filas a su hasta ahora candidato, Luis Alfaro Ucero, quien se había declarado en rebeldía ante la decisión del sábado tomada por la directiva de la agrupación política de revocarle el mandato que le daba sustento a sus aspiraciones presidenciales".
Y agregó, "Esta acción gestada por el CEN de AD, que paradójicamente estuvo bajo el control absoluto de Alfaro en los últimos años, se consideró como un golpe de Estado contra quien era considerado el hombre duro del partido. Le aplicaron la misma ley que él impuso , dijo un analista al recordar que Alfaro, con mano de hierro, había impuesto la disciplina partidista de los últimos años, lo cual le valió el mote del caudillo".
https://www.eltiempo.com/archivo/documento/MAM-821961
Como el "caudillo" maturinés se opuso a aquella "rebeldía" y mantuvo su candidatura, lo expulsaron del partido para con este apoyar a Salas Rómer, en un fallido intento que terminó por dejar al otrora poderoso "partido del pueblo" en cueros.
El gesto de Ledezma y sus seguidores fue por demás inútil, los acontecimientos anteriores habían marcado el fin para ellos y el nacimiento de un cuadro político distinto.
Fedecámaras quedó, si se quiere intacta, pues era la dueña del capital y no estaba dentro de aquellos partidos, más bien con ellos se las llevaba en unas relaciones por demás irregulares, unas veces amorosas, complacientes y hasta de extrema complicidad y en otras entraban en discordia. Todo dependía de cómo cada quien intentase o aspirase se repartiera el botín.
Las relaciones entre Fedecámaras y los gobiernos del puntofijismo no siempre fueron cordiales, hubo momentos muy tensos entre ellos, pero en general y al final, terminaban abrazados y celebrando juntos cada triunfo.
Con y por Chávez, aquel intentó de militares de muy baja graduación, para deponer a Carlos Andrés Pérez, después de aquel huracán, en zona donde esos fenómenos nunca entraban, llamado "El caracazo", Fedecámaras prendió las alarmas. Intuyó o creyó intuir, un poco por aquel discurso un tanto distinto a los de los presidentes anteriores y la base de sustentación del nuevo gobierno, que otros aires soplaban y soplarían. Y se puso en guardia.
Quienes entonces dirigían el ente empresarial, al poco tiempo, se aliaron con lo poco que quedaba de los partidos del puntofijismo, los restos de la CTV y una nueva versión política, liderada por una extrema derecha que nunca había crecido, pero ahora un poco alentada por los grupos económicos y lo que se llamó la "meritocracia petrolera". Y esa unión dio inició a los intentos de tumbar al gobierno constitucional, a las huelgas patronales sin obreros, al golpe de Estado que dio origen al gobierno de 24 horas de Carmona Estanga y luego siguió con las guarimbas y todo lo que conocemos.
Llegaron las sanciones, pedidas por aquel bloque opositor, donde seguía Fedecámaras. Según diagnosticaron, a los pocos días de intensificadas las medidas que solicitaron a EEUU y que el gobierno de ese país había amenazado con aplicar y terminó aplicando, el gobierno se vendría abajo. Y como vimos y hasta estamos viendo, todo aquello fue un cuento chino, un plan absurdo y fracasado que les llevó a cometer atrocidades. La primera fue hacerse cómplices de un plan que ha sometido a los venezolanos a enormes penas y penurias. Pero aparte del venezolano común, los trabajadores, si alguien más resultó emocionalmente afectado por el fracaso de aquellas medidas, diseñadas y aplicadas para tumbar al gobierno, fueron quienes dentro las apoyaron; pues el fracaso terminó por diezmarlos y hasta hacerles perder la cordura; tanto que, habiendo ganado las elecciones en el 2014, lo que les mostró un panorama auspicioso para el futuro, como borrachos, sin cordura, todo aquello lo desparramaron por el suelo.
Pero Fedecámaras o mejor los empresarios todos y en particular los integrantes de aquel ente, temprano comenzaron a sentir y sufrir los efectos de aquellas sanciones que llegaron, en intensidad y un tiempo mucho más allá, más largo de lo que pensaron. Aparecieron nuevos estrategas, los golpistas fueron puestos a un lado y entonces el ente empresarial empezó a formar con nuevos jugadores y estrategia diferente. Y entonces, como en AD, se le sublevaron a Alfaro Ucero, para intentar detener sin éxito a Chávez, ahora en Fedecámaras optaron por cambiar los nombres en la dirigencia o liderazgo para intentar parar aquel desastroso vendaval que estaba causando mucho daño, hasta a ellos mismos y poco a la clase política a la que supuestamente estaba dirigido.
Y en Fedecámaras hubo un cambio. Aquellas figuras que, desde el año 2000, se embarcaron en todo el desastre que aquel plan golpista y terrorista implicó, "ayudado" por unas sanciones que se volvieron contra factores del capital interno mismo, fueron desplazadas y se impuso la racionalidad y hasta la necesidad de establecer relaciones cordiales con el gobierno y, aliado con éste, intentar recomponerlas con EEUU. Y hemos visto a Fedecámaras apoyar al gobierno en la solicitud de suspensión de las sanciones, porque estas, como antes dijimos les afectan, como también en el reclamo por el Esequibo y hasta participar y llamar a participar en el referendo sobre el mismo.
De hecho, pese tenga mucho de formalidad y más que todo sentido táctico, Fedecámaras se distanció de un universo, el suyo, ese que es por esencia la expresión política del capital, porque éste quedó atrapado en manos de la extrema derecha, y esta, desde el año 1999, mantiene cordiales relaciones con EEUU, pese no sea ahora la mejor de las versiones y menos la que más conviene, por ahora, por lo menos, a ese país y sus inversionistas. EEUU juega a las dos cartas. Sigue en sus buenas relaciones con la extrema derecha porque pudiera resultar ganadora en julio y ha sido su aliada desde hace muchos años, pero tiene en Fedecámaras un vigoroso puente que unido a la necesidad de todos, le garantice unas buenas relaciones con Maduro si este resulta ganador.
Ese cambio de Fedecámaras, que lo es en su propio beneficio, por esas cosas de la vida, nada casuales, se convirtió en un soporte para el gobierno y en un puente que, puede e intenta ayudar en recomponer las relaciones con Estados Unidos y hasta terminar en desatar el nudo de las sanciones, si aquel continúa después de las elecciones del 28 de julio. Hay un acuerdo, nada tácito, por efectos de las necesidades mutuas, dialécticamente determinadas, entre Fedecámaras y el gobierno.
La dirigencia de la oposición que más peso tiene en la candidatura de Edmundo González, pese el formalismo que éste significa, lo que él mismo reconoce, es en esencia, en función de los intereses y de manera estratégica, la mejor aliada de Fedecámaras. Pues el capital venezolano, no es más, de hecho y por cultura, el mejor aliado de Estados Unidos, como lo es también aquella dirigencia. Pero lo táctico y las acciones derivadas de esto, les separaron y generaron un cuadro distinto.
En el gobierno prevalece la necesidad, como resultado de lo acontecido, en lo que, al momento de buscar explicaciones hay que tomar en cuenta muchos factores, como el discurso exagerado, malos cálculos, visiones distorsionadas del mundo, corrupción, y hasta fallas trascendentes al momento de decidir el destino de los inmensos recursos derivados de la industria petrolera y por supuesto las sanciones, pese el discurso en veces lo niegue, de buscar con desesperación un enlace que le de soporte y oportunidad de normalizar las relaciones con un país que nos agrede, impone sanciones que nos aniquilan y es, al mismo tiempo, un mercado fundamental para nuestro recurso petrolero.
Y el cuadro anterior, más la visión y necesidad que hoy prevalecen en Fedecámaras y el gobierno, para asombro y hasta incredulidad de muchos, hizo de ambos, antes enemigos muy encontrados, buenos aliados, lo que podría ser, si le damos un tratamiento equilibrado y hasta romántico a la coyuntura, pues no sabemos con exactitud qué nos depara el futuro, para muy largo tiempo.
En el manejo del tema salarial, lo que todo el mundo conoce y sobre lo que cada quien tiene sus opiniones formadas, hay una muestra del nuevo cuadro político que ha generado la reciente historia de Venezuela. Las elecciones del 28 de julio marcarán un rumbo que podría ser definitivo en cuanto a las relaciones políticas en Venezuela. El triunfo de Maduro, pudiera ser el hundimiento de la extrema derecha y un encuadramiento clasista y político totalmente distinto, donde Fedecámaras pudiera ser el gran aliado del gobierno, sin que ello borre totalmente las contradicciones.
Muestra de cómo marchan las cosas entre el gobierno y Fedecámaras, para lo que sirve el asunto salarial, es muy ilustrativa la siguiente información:
El artículo 8 del proyecto de Ley relativo a la nueva contribución del empresariado para "socorrer" a los pensionados "prevé que el presidente de la República podrá exonerar a empresas de esta contribución, mediante decreto, si forman parte de «determinadas categorías de sujetos pasivos especiales y sectores estratégicos para la inversión extranjera y el desarrollo nacional. El decreto que declare la exoneración deberá regular los términos y condiciones de la misma".
"Igualmente queda claro que el pago de la contribución será mensual, deducible «del gasto para el cálculo del Impuesto sobre la Renta".
El triunfo de Edmundo González, sólo implicaría un cambio de nombre en la dirigencia del ente empresarial y hasta quizás el regreso de los derrotados de antaño.