Cómo torcer una revolución socialista y convertirla en una vulgar tiranía de tontos aspirantes. Por qué tanto odio a Rafael Ramírez.
Un poco de historia comparada: Talleyrand y Fouché en el gobierno de Maduro.
La figura del astuto canciller de Napoleón I está representada en el gobierno de Maduro por Jorge Rodríguez y su hermana, la petulancia del hombre y la astucia de la mujer. Y la del oscuro intrigante, policía del emperador, está representada también en un binomio, el chismoso y anodino Diosdado Cabello (que solo le falta declarar que a él no le importa la política, sino Chávez) y el pequeño y oscuro policía Tarek William Saab (¿o viceversa?, no sabemos). Todos tienen en común, que no son socialistas, que son oportunistas y que están desesperados.
El odio a Rafael Ramírez por el gobierno de nuestro Luis Napoleón, Nicolás Maduro, es el odio acumulado por sus actores principales hacia Chávez. Al no poder contra el Chávez muerto, descargan su resentimiento contra él pero en la persona de Ramírez, quizás el único chavista vivo que puede refutar las mentiras del madurismo-madurato, de forma metódica, con documentos y memoria a la mano, el verdadero "segundo al mando" del gobierno del difunto Chávez.
Según lo que se supo hasta ahora, la trama policial del caso Tarek El Aissami resulta tan extendida como para que estos felones, ahora indignados, puedan decir que no la conocieran bien, es decir, desde mucho antes del show. Nadie puede creer que este personaje pudo ser tan siniestro y astuto sin la ayuda del madurato en sus cometidos, directa o indirectamente; Jorge, Delcy, Cilia,… y del implacable y escurridizo investigador Diosdado Cabello y sus "patriotas cooperantes", junto al señor Tarek William (que se va a quemar en el infierno de los intrigantes –junto a Mario Silva –, por inconsecuente, por inestable, por ser un ingrato de sí: a su lado, la figura de José Fouché es la de un noble caballero). Tarek está preso no por corrupto, sino por conspirar en contra de Maduro y su poder.
La falsificación del plan de la patria fue un acto de traición; además de traición política, moralmente grave, cometido contra Chávez y la revolución socialista bolivariana. Esta adulteración Justifica o explica toda esta trama de traición y de conspiración en contra de Chávez, la complacencia con los empresarios, la imposición de la paz boba en la masa chavista, la entrega del país a Fedecámaras y la corrupción y conspiración coligada entre Tarek, el vice "segundo de Maduro", y la oposición felona mariacorinezca. En el fondo se trata de una sola conspiración contra Chávez y el chavismo, el socialismo o las aspiraciones de una revolución socialista en el país y en el continente. La trama conspirativa de Tarek El Aissami está vinculada a la traición del madurato a Chávez, solo que ahora "se les fue de las manos", fue tan extendida y descarada que difícilmente no estén involucrados otros miembros del gobierno, incluyendo al mismo presidente, y muchísimos miembros de la derecha mayamera que huelen la trampa donde esté. ¡A menos que Maduro haya estado durmiendo todos estos años, tuvo que saber lo que hacía El Aissami… durmiendo, tan inocente como Lusinchi, cuando los banqueros se robaron frente a sus narices los ahorros de todos sus clientes, incluyendo las cuentas del mismo gobierno adeco,... cuando balbuceó en televisión, "loshss banquero shsss me engañaron"!, también a Maduro "lo engañaron" frente a sus narices, pero "diosito" lo protegió de que no lo mataran.
Ese cuento, el del señor Tarek William, está mal echado. Ahora el Robespierre-Fouché, el fiscal santurrón de este thriller-telenovela, vincula a los presos de la gestión de PDVSA de Ramírez a sus éxitos como fiscal, y los iguala a la trama madurista de El Aissami. Nelson Martínez fue víctima dos veces de Maduro, fue obligado a faltar la norma, luego acusado y puesto preso por cumplir órdenes, y más adelante fue muerto en la cárcel por negligencia y desidia en custodia del gobierno (fue ministro de Maduro, ellos sabían de su enfermedad). Lo mismo pasa con Eulogio del Pino –que se muere igual y tampoco se ha podido defender ante la justicia y ante el mundo–: fue obligado a cumplir órdenes de Maduro y luego puesto preso por haberlas cumplido "lealmente" (Maduro no deja buenos recuerdos a nadie).
Con Rafael Ramírez es distinto, Rafael Ramírez representa al Chávez traicionado, Ramírez cumplió sus órdenes, a despecho de todos los que creen en las acusaciones del fiscal y del madurato, de los que creen que maduro y chávez representan lo mismo,... por eso lo persiguen, Ramírez es una amenaza al poder y la autoridad de Maduro, lo de la corrupción es un parapeto para descalificar, acusarlo, encarcelar y dejar que se muera en una celda. Maduro y Chávez representan dos movimientos, si no contrarios, opuestos.
El colofón de esta trama es consecuencia de una traición más grande, que comenzó con la mutilación y falsificación del plan de la patria de Chávez. Una persona que fue capaz de mentir hace 11 años con tanto descaro ahora no puede decir que es inocente de las acciones de Tarek El Aissami, una cosa es consecuencia de la otra, estas acciones son productos de una regresión al pasado, al libre mercado de la consciencia, de la política barata de los que no tienen ideales ni bolas para cambiar el mundo, es la misma distensión moral de los mercaderes oportunistas, no hay diferencias. El fiscal santurrón no se salvará de su felonía, por más teatro que haga el Tartufo, siempre se verán las costuras de sus remiendos morales.
No fue Rafael Ramírez el que falsificó y mutiló el Plan de la Patria de Chávez, fue Maduro y sus asesores (él solo no es capaz de hacer un trabajo así). Ahora Fedecámaras está feliz con Maduro y Delcy, su nueva mejor amiga, ¡qué vergüenza y qué tristeza cuando el enemigo te quiere tanto y te halaga!
¡VOLVAMOS A CHÁVEZ!