Hoy ha sido un día importante, decidí de quedarme aquí en Venezuela (estaba preparándome para salir del país).
Por ende, con el fin de no seguir siendo perseguido por Maduro y su gobierno y sus compinches, he decidido que, no voy a escribir más sobre la gravísima situación económica y social estructural (relacionado al Estado, gobierno, y la política) que estamos viviendo aquí en nuestro país desde el 2013, la cual cada día se agrava más para nosotros los pobres (el 80%), ni tampoco voy a escribir nada más sobre o contra Maduro o contra su gente y sus socios secretos (empresarios, políticos de la oposición, y explotadores esclavistas extranjeros), quienes han sido y siguen siendo, en su conjunto, los principales responsables de este desastre humanitario inhumano y cruel, resultado principalmente --- creo yo --- de una combinación tóxica y mortal de:
1) la incapacidad y desinterés en gobernar adecuadamente,
2) la masiva y hasta indecente y grosera codicia, y
3) la rampante psicopatía (clínica) que obviamente existe entre las mayorías de quienes nos gobiernan, controlan, maltratan, reprimen, encarcelan, y esclavizan todos los días y en todos los niveles de nuestras vidas cotidianas desde hace más de 10 años …
… quebrando así a millones de hogares y destruyendo parejas y familias enteras y haciendo huir del país a casi 8.000.000 de ciudadanos, quienes siguen yéndose todos los días desde todos los lados del país, la mayoría trabajadores honestos, mujeres y niños (nuestro futuro), dejando como consecuencia un país donde alrededor de 20% de la población, los super ricos explotadores y políticos y corruptos y sus compinches, explotan y esclavizan a su antojo, descaradamente, y despiadadamente, físicamente, moralmente, y psicológicamente al resto de su propia gente, al 80% pobre y generalmente honesta, además, lo hacen frente a nuestras propias narices sin cumplir con las leyes establecidas o las normas sociales aceptables de nuestra era.
Voy a dejar todo es de lado, y en vez, simplemente les contaré en mi diario (abajo) las cosas que me ocurren y veo y escucho cada día aquí en mi entorno en la costa caribeña del estado de La Guaira donde vivo. Son cosas que ciertamente ocurren de manera parecida a nivel nacional, porque eso es lo que nosotros, el 80% no corrupta, honesta, y trabajadora, vivimos (en diferentes grados) cada día aquí desde el 2013.
Gracias por escucharme y espero que mi diario les será interesante, y también útil, para ayudarles a poner en una perspectiva real las palabras que escriben varios autores aquí en Aporrea, quienes a menudo cuentan sobre la realidad de Venezuela desde las nubes oscuras de sus propias torcidas fantasías e intereses políticos, en vez de enfrentar la verdadera realidad de nuestra triste y agobiante condición humana, como sociedad.
13 de mayo del 2024, 9:27
Hoy es el cumpleaños de mi padre, un francés de la parte francesa de Canadá, quien murió hace unos 10 años atrás a la edad de 78. Era un hombre honrado, trabajador, honesto, fiel a mi madre, y exigente, duro, y muy fuerte, pero siempre con su gran sentido de humor, trabajaba entre 12 y 20 horas diaria (como yo) y se levantaba todos los días a las 4 AM (no como yo), siete días la semana (como yo) hasta que su cuerpo no aguantó más, sobreviviendo unos 10 años después de haber tenido varios ataques de corazón, cuatro pontajes, tres marcapasos con desfibrilador, y varios ACV. Cumplió con sus deberes, y murió tranquilo de un derrame cerebral en el baño de su casa, en Canadá, dónde él quería estar. Yo también quiero cumplir con mis deberes y morir en paz, pero no en Canadá, un país y una cultura que no me gusta por nada, quiero morir aquí en Venezuela, el país que más adoro.
Bueno, hoy se supo que ayer, una amiga de una amiga mía, quienes estaban tomando ron barato (veneno a $3 el litro) en la calle para intentar aliviar sus crónicos desesperos y falta casi total de empleo digno en nuestro sector, le robo a mi amiga una bolsita de no más de 150 gramos de recortes de cochino que ella iba a usar para agregar a las arvejas que ella iba a preparar. Le robó, por desespero, por hambre, sí señor, le robó comida a su propia amiga.
La semana pasada, mi amiga, quien tampoco encuentra trabajo digno que no sea esclavista (10 a 14 horas diario por $5 al día), comió arroz, huevos, cinco salchichas que le compré, unos 100 gramos de queso con arepas, una sopa (unos 2 litros) que contenía solo dos pequeñas papas, dos huevos, una media cebolla, dos gajos de ajo, sal, arroz, y dos cucharadas de la gelatina de pollo que yo preparo con la piel, los cartílagos, la grasa, y los huesos de los restos del pollo, un pollo que compro una vez al mes y que pesa alrededor de 2 kilos.
También, otros amigos le brindaron dos hamburguesas este mes, y dos tequeños, ya que ella no tiene un centavo de ingreso excepto por su salario de la alcaldía donde ella trabajó durante 18 años, $1,70 cada quincena, sí señor, así es, no se puede vivir con eso ni medio día, hay que mendigar para sobrevivir, o robar la poca comida de los demás empobrecidos, como hizo la otra amiga, no robarle a los ricos, no señor, ni a los corruptos, porque si son pillados robándole a los ricos y corruptos, quienes a menudo andan armados o tienen contactos directos con las fuerzas policiales y militares, bueno, uno va preso o es desaparecido.
Los ricos y los corruptos, quienes se enriquecen mayoritariamente a costilla de los pobres, ellos sí pueden robar impunemente.
El diario de Oscar Heck – 13 de mayo del 2024
Por: Oscar Heck
Lunes, 13/05/2024 12:35 PM