Implosionar

Jueves, 16/05/2024 04:42 PM

La Implosión es definida por la Real Academia Española, como: «la Acción de romperse hacia dentro con estruendo, las paredes de una cavidad cuya presión es inferior a la externa». Según las definiciones básicas, una implosión ocurre cuando algo colapsa hacia adentro porque la presión externa es mayor que la presión interna; en otras palabras, es un estallido violento hacia adentro. Es lo opuesto, a una explosión que ocurre cuando la presión se acumula dentro de un objeto y empuja hacia afuera. Cuando un objeto implosiona, colapsa o se aprieta sobre sí mismo, generalmente es porque está siendo aplastado por una fuerza externa. Como indica, la cuenta Twitter de la Real Academia Española, la forma «implotar» no existe en nuestra lengua. Implosionar, deriva de implosión que a su vez se formó por analogía con explosión. Por eso, en el lenguaje coloquial, suele decirse que una «implosión», es una especie de explosión hacia dentro. El elemento que implota, se derrumba sobre sí mismo por una fuerza externa. Teniendo claro el concepto, les confieso que comencé a escuchar del término por boca del jefe del Comando Sur de EEUU, general John Kelly, quien interviniendo en una audiencia ante el Senado del imperio de EEUU dijo: «Venezuela está cerca del colapso y de implosionar, debido a su "triste" situación económica». Añadiendo: «Si (Venezuela) recorta los programas sociales y continúa la escasez, algo que parece inevitable, eso podría provocar mayores tensiones y protestas, lo que podría llevar al presidente Maduro a tomar más medidas represivas contra manifestantes y la oposición». El presidente de EEUU, Barack Obama, declaró esta semana una situación de «emergencia nacional por el riesgo extraordinario», que supone la situación en Venezuela para la seguridad de Estados Unidos y ordenó la implementación y ampliación de sanciones contra varios altos cargos de ese país. El general Kelly dijo que: «paso unos 40 segundos al día pensando sobre Venezuela. Oro por su pueblo. Está sufriendo terriblemente, con su economía a punto de implosión, inflación de 200 por ciento, corrupción rampante y el narcotráfico desde a Colombia a Venezuela y al resto del mundo va creciendo». Desde mediados de 2014, el Gobierno venezolano enfrentaba una guerra económica, estrategia emprendida por la derecha de ese país según lineamientos del imperialismo, que incrementó los precios desde principios de 2015, con el acaparamiento selectivo de productos que han causado desabastecimiento en distintas regiones del país. La Administración Obama-Biden, había optado por la guerra económica como opción de hacer implosionar al gobierno Bolivariano, después de haber declarado a Venezuela como una «amenaza inusual y extraordinaria».

Luego, llegada la Administración Trump-Pence y desencadenada la guerra abierta contra Venezuela, el término se hizo aún más frecuente en la voz del nazi norteamericano: William Brownfield, para entonces exsecretario de Estado adjunto para la lucha antidrogas de Estados Unidos, recomendaba a Trump: «Eventualmente, se impondrán sanciones que perjudiquen la industria petrolera, pues la mayoría de las actividades ilícitas y criminales allí están, es por Venezuela. Por razones legales, Pdvsa es la única empresa en toda Venezuela que produce divisas y si vamos a sancionar a Pdvsa, tendrá un impacto al pueblo entero», expresaba en una entrevista ofrecida a la Voz de América, órgano informativo del Departamento de Estado de EEUU. En otra entrevista, anunciaba el extremista nazi: «Si vamos a sancionar a Pdvsa tendrá un impacto al pueblo entero, al ciudadano común y corriente de las comunidades de Venezuela» Aseguró que: «En este momento quizás la mejor solución sería acelerar el colapso, aunque produzca un periodo de sufrimiento mayor, por un periodo de meses o quizás años». Implosión fue el objetivo buscado por Barack Obama, Donald Trump y Joseph Biden en sus Administraciones que obviamente, fracasaron las tres en la obtención de su objetivo criminal, para el cual tuvieron el apoyo del oposicionismo supuesto venezolano, léase: Voluntad Popular, Primero Justicia, Un Nuevo Tiempo, AD, Copei, MAS, Causa R, Bandera Roja, el partido episcopal de la jerarquía eclesiástica, más recientemente la banda terrorista de Vente Venezuela. En fin, toda una pléyade de enemigos a ultranza de la venezolanidad, cuyo único objetivo es que a ti te vaya mal compañero, compañera venezolana. Su único propósito es implosionar tu felicidad, para lo cual han renovado sus exigencias de más nuevas sanciones imperialistas. Por ello, este 28 de julio es hora de pueblo, le sancionaremos nosotros con nuestro voto a favor del candidato de la Patria: Nicolás Maduro Moros. Impresionaremos a los enemigos de Venezuela: el imperialismo y su oposicionismo apátrida…

Postscriptum: Estamos próximos a cumplir tres meses, sin servicio bancario del Banco Bicentenario. Dicha medida se desprende, una vez que la gerencia de dicho banco promovió un supuesto reajuste de su plataforma tecnológica, que supuestamente sería para mejor y allí tenemos las consecuencias, cuentas bloqueadas, quejas masivas. Una gerencia que ha incrementado el gasto en publicidad para intentar tapar el desastre que ha representado este mal paso. Ahora, se le cambia el nombre al banco: Banco Digital Bicentenario de la Clase Obrera, como si se tratara de nombre y no de calidad de servicio, y atención al usuario o usuaria. Todas y todos reclaman el regreso de la previa plataforma, que funcionaba. Teléfonos sin atención humana, son la expresión de un banco que reclama la atención presidencial para atender sus gravísimos problemas y colocación del mismo a nivel Chávez, entre los mejores del país…

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