En tres artículos, abordaré parte de las relaciones entre los humanos y sus creencias religiosas. Apelaré a propuestas conocidas. Hipótesis de trabajo: "Los humanos son los creadores de sus representaciones" RELIGIOSAS (MARX), por lo tanto, DIOS ES UNA CREACIÓN HUMANA.
Colocados en SUMISA comprensión y prácticas ANTE SU RELIGIOSIDAD por ellos creada, estas "representaciones" religiosas los dominan y controlan: Están ALIENADOS FRENTE A SUS PROPIAS CREACIONES (Marx). Como creer en un "libre arbitrio", si Dios sabe todo lo que ocurre y ocurrirá. No se puede ir en su contra; él todo lo determina. Creencias, mitos, fabulas, deseos, temores, ignorancia, más que ideas "espirituales", son verdaderos y demostrables instrumentos de control social: las religiones alienan.
Los creyentes, en particular los fanáticos de la fe, con frecuencia NO CONOCEN LOS VERDADEROS ORIGENES DE SU REALIDAD MATERIAL CONCRETA; DE SU EXISTENCIA COTIDIANA. Sus mitos los reconfortan, pero su ignorancia no los cura. "El SER SOCIAL DETERMINA SU CONSCIENCIA". Él es, expresión de SU REALIDAD CONCRETA. EL hombre, "no es la medida de todas las cosas", lo es la comunidad. La esencia de lo humano está en lo comunitario. Antropológicamente somos comunidad. De no haberlo sido, posiblemente nuestra especie hubiera desaparecido. Él humano no proviene de una "sustancia" etérea, de la cual no sabemos su origen, somos expresión de lo real; Lo histórico es lo real, es sociedad en movimiento. La candidez no cura; profundiza la dominación de las minorías sobre las mayorías.
Sobre el origen del pensamiento religioso hay diversas interpretaciones. Las mayorías coinciden que la ignorancia y el miedo en particular a la muerte, marcan la "alienación" de los humanos ante sus propias creaciones. El mito de la rencarnación paradisiaca y eterna después de la muerte, se ha constituido en un poderoso atractivo para los creyentes, en particular de los dogmáticos, que tienen la fe como verdad absoluta e incuestionable. "El premio" es después de la muerte. En tantas contradicciones que tiene la Biblia, le atribuyen a Jesús afirmar que: "Mi reino no es de este mundo". ¿Es acaso necrofilia? Estos mitos religiosos, se remontan a los mismísimos orígenes de nuestra especie. Persas egipcios y budistas, entre otros, aportaron miles de interpretaciones religiosas. Cada sociedad humana ha tenido sus propias "representaciones", siempre como hechuras humanas. El paraíso dice los creyentes está en el cielo, pero el infierno está aquí en la tierra. De él podemos liberarnos.
En los últimos tiempos, pensadores sustanciales sobre este delicado tema, atisban a señalar que, junto con la incomprensión de la naturaleza por nuestros ancestros originarios, hubo un respeto por ella; era la morada de fuerzas superiores que todo lo crean y gobiernan: LOS DIOSES. Al no poder explicar su etiología, los humanos marcan este origen como energías, efluvios, sustancias, fuerzas etéreas superiores que todo lo determinan; Ignorancia, incomprensión, "filosofía" o metafísica propia de la realidad de nuestros ancestros originarios.
Aún las ciencias, no logran develar definitivamente nuestro "eslabón perdido": ¿de dónde venimos los humanos? Encomiable es el colosal esfuerzo científico por mostrarnos aproximaciones temporales sobre nuestro origen antropológico. Millones de años se datan. Poder tener claras referencias de nuestros más recónditos orígenes, todos lo añoramos. Reducir este origen a una creación divina, está entre la flojera, la ignorancia o manipulaciones humanas claramente interesada. No es de extrañar, que detrás o al lado del poder económico o político, esté una religión.
La magia (los magos fueron una clase especial que se heredaba. Vaticinaban los sueños de los reyes disque inspirados por sus dioses, y podían influir en la política), es el preludio de las religiones. Magia y religión, constituyen los contenidos medulares de los mitos. Los mitos son interpretaciones humanas sobre su realidad circunstancial. Criterios individuales y colectivos, fabulas, creencias, suposiciones, interpretaciones que los humanos nos hacemos de nuestro entorno y de nuestra realidad: la muerte, por ejemplo.
Politeísmos, monoteísmos y henoteísmos, han sido creencias y practicas humanas. Los magos suelen actuar personalmente, pero los dioses tienen sus cortes, y salvo contadísimas oportunidades, se les "aparecen" a sus "elegidos". Estos complejos y subjetivos entramados de prohibiciones y obligaciones es lo que identificamos como religiones.
Con la Teoría del Big Ben, gracias a los científicos, la humanidad está logrando poner en claro su origen. Más o menos 13 500 millones de años nos separan del inicio del sistema solar. Los primeros 8 o 9 mil millones de años tardaron en la conformación de este sistema. Los más de 4 mil millones de años restantes, fueron de la consolidación física de cada planeta. Cambios y más cambios en todo lo que existía. Todo en la tierra, su flora y la fauna pasaron por metamorfosis diversas. Solemos identificar estos procesos con "La Evolución".
Los descubrimientos científicos apuntan, a que fue en el agua donde se forjaron las primeras formas de vida: la flora y la fauna. En esta metamorfosis planetaria, la fauna animal y entre ellas los homínidos, evolucionaron para hacer posible el desarrollo que condujo hasta nuestro origen biológico. Venimos de los homínidos, pero aún no hay certeza del "eslabón perdido": del Australopitecos o del Neandertal. Lo cierto es, que estamos vinculados al Homo Sapiens.
La naturaleza con todo su esplendor; dadora de vida, cargada de misterios e implacable castigadora, infundió en los humanos superlativo respeto; DE AQUÍ VIENE LA MAGIA Y LAS RELIGIONES. Se necesitaban explicaciones de los entornos físicos, en su mayoría inexplicables para nuestros ancestros originarios. Apelar a los hechizos, a la magia, a los atributos de los misterios, fue en aquel entonces frecuente. La naturaleza fue convenida en espacios sagrados: las religiones. El poder económico, político y social le han acompañado. O si lo prefiere, los poderes usan las religiones para consolidar sus intereses.