Con el perdón de los estudiosos del tema, con fundamento en un conocimiento básico y podría decir, hasta empírico, formado por la lectura, documentales, películas de Hollywood y la realidad del país en los últimos 25 años, para mí una guerra es simplemente una guerra y lo que varía son los métodos de ejecutarla. Los métodos son exactamente las tácticas que se aplican según las variables del escenario, tales como territorio, población, interés geopolítico; que ameriten ser prolongadas o de resistencia o, por el contrario, relámpago.
Nuestro país se encuentra en guerra desde que el comandante Chávez asumió la presidencia. Antes, nuestra nación, se hallaba ocupada por el gobierno de los Estados Unidos, administrada por partidos políticos al servicio de dicho gobierno y sus transnacionales. Las acciones de la guerra comenzaron usándose como frente, a lo interno, los medios de comunicación hegemónicos para la época, el cartel de los empresarios denominado Fedecámaras y otro cartel, pero religioso, denominado Conferencia Episcopal y ONG´s, financiados por el gobierno del norte. Acciones que concluyeron, a lo largo de los años, en varios escenarios: Derogación del texto constitucional y de las instituciones del estado mediante el decreto de facto de Carmona, estatuto de transición dictado por la asamblea "nacional" la cual desde el 2015 se declara vigente y, por último, el comodato para la administración del país que otorgó el "presidente interino" a una empresa de mercenarios denominada Silver Cop; intentos y Golpe de estado, paro "cívico militar", paro petrolero, golpe tributario, guarimbas, tentativas y frustrados magnicidios, saboteo a de los servicios públicos entre ellos al sistema nacional de energía eléctrica; favorecimiento a la violación de la integridad territorial e, incluso, se trató de utilizar la pandemia como ariete para una intervención "humanitaria" y pare de contar.
Ante la derrota del frente interno, que no descansa, pues se le paga para ello, la guerra contra Venezuela es formalizada en el 08 de marzo de 2015 por el entonces presidente de Estados Unidos y premio Nobel de la Paz Barack Hussein Obama quien emite un decreto el cual califica a Venezuela como "amenaza inusual y extraordinaria a la seguridad nacional y la política exterior de los Estados Unidos de América".
Así, declarada enemiga de ese país nuestra patria, todas las acciones de guerra dirigida a la república, a sus habitantes, fundamentalmente, se consideran, por el occidente colectivo, como legítimas. El decreto legitimó el boicot económico financiero que incluye no poder hacer pagos ni recibirlos (Se está fuera del mercado internacional de intercambio de bienes lo que, obviamente, para tramitar su adquisición, resulta más oneroso para la república); pretensión de aislamiento internacional, hostigamiento militar y diplomático por los sectores de la derecha internacional como el caso de algunos organismos de la ONU (recordar a la Sra. Bachelet y Acnur, entre otros.); embargo de activos fuera del país, prohibición de la venta de repuestos, insumos y servicios para las empresas básicas afectando por supuesto, PDVSA y al sistema nacional de energía eléctrica. Las acciones, en el frente económico financiero, son tácticas muy agresivas y efectivas en una guerra de ablandamiento (Resistencia), pues va socavando las reservas morales al impactar sobre las necesidades materiales de la población y no solo de las necesidades vitales como comida, vestido y medicina, sino, paralelamente, y hasta en muchos casos más graves, las necesidades creadas por el mercado de consumo.
La guerra de ablandamiento, con la táctica del desequilibrio económico, afecta a todos los eslabones del sistema burocrático del estado (funcionariato: órganos, organizaciones y entes o estamentos, sean públicos o privados); la moral de los cuadros se relaja imperando la anomia, el todos contra todos. Estos eslabones del sistema burocráticos del estado se ven descuidados por el gobierno nacional hasta que pierde la base, el sustento de apoyo (Golpe Suave).
No obstante, lo expuesto anteriormente, existe un modelo de gobierno que resiste, el modelo del gobierno actual. Un gobierno que ha garantizado la (i) integridad territorial, (ii) la soberanía, (iii) la independencia y la (iv) autodeterminación de la nación. Del otro lado, del lado de los operadores de los intereses foráneos, no existe un modelo de gobierno expuesto públicamente favorable a la existencia del estado nación, pero que, por sus accionar, se devela una meta: Entregarles la república a los intereses de gobierno de los estados unidos, porque para ellos, para la oposición, nuestro país no debe constituir una amenaza inusual y extraordinaria a la seguridad nacional y la política exterior de los Estados Unidos de América, pues somo parte de su territorio, conforme a la doctrina Morroe. Así piensan los antipatria.
En fin, con ese sentido de pertenencia, dependencia y subordinación de la oposición a los intereses foráneos y sin proyecto de país ¿Como se puede votar por ellos? El voto no sería para la oposición, sino a favor de quienes ellos le sirven.
En está coyuntura en este momento crucial para la nación, hay que cerrar filas y refrescar la memoria y decir aquí y ahora más que nunca PROHIBIDO OLVIDAR...!!