Necesario es vencer, Chávez, marzo de 2012, en el Encuentro con la Dirección Nacional y Regional del Psuv, clara y preocupada advertencia directa sobre la corrupción, a la dirigencia del Psuv, que por el contrario ha hecho un silencio cómplice:
"vinimos a servir al pueblo, no a servirnos de él"
"¿Para qué la política? ¿Para buscar cargos, para enriquecernos, para hacer grupitos y estar enfrentados allá en un municipio por la alcaldía, o en el estado por la gobernación, o por los negocios de mis amigos y mis familiares, y las empresas que yo conozco? No, para eso no es la política".
El poder al que aludimos es el público, y nos limitaremos a los tres poderes principales del Estado en una República, el que representa la conducción política del gobierno a cargo del presidente, primer ministro o líder similar; que ejecuta las políticas, administra los recursos y toma decisiones en beneficio colectivo ajustado a derecho. O de quienes tienen como cuerpo la responsabilidad de crear, modificar y aprobar leyes, legisladores que representan a la población y debaten normativas. O los encargados de administrar justicia, e interpretar y aplicar leyes, resolviendo los conflictos legales, garantizando cumplir los derechos ciudadanos. Sin embargo, no todo lo que brilla es oro, porque el abuso de poder, se manifiesta desde las propias decisiones a falta de transparencia, que desmotivan a los empleados y deterioran el clima laboral en la administración, cuando las instituciones o funcionarios públicos usan su autoridad de manera arbitraria e indebida en beneficio propio, abusan del poder nepótico. Lo fundamental es que el poder público se ejerza dentro de los límites legales, en beneficio de la sociedad en su conjunto. La vigilancia mutua entre las ramas del poder y la rendición de cuentas son esenciales para prevenir el abuso y mantener un equilibrio en el Estado.
En cuanto a la corrupción es:
"toda violación y/o acto desviado, de cualquier naturaleza, con fines económicos o no, ocasionada por la acción u omisión de los deberes institucionales, de quien debía procurar la realización de los fines de la administración pública y que en su lugar los impide, retarda o dificulta". Hernández G. José R.
Corrupción, ausencia de integridad moral, de ética en el ejercicio de las actividades públicas que involucra a uno o varios funcionarios o servidores de la administración pública en el poder. Las formas en que se manifiestan son varias, el abuso de autoridad, la falta de transparencia, el nepotismo, el clientelismo político, la impunidad, son los factores que erosionan la confianza institucional y por lo que pierden su sentido, debilitando al Estado corrompido, que cabalga sobre el derecho, en perjuicio de las normativas legales, fundamento de las relaciones entre los individuos, la ciudadanía, que se trastoca ante el impacto negativo por la sucesiva pérdida de los principios y valores que tienen que ver con lo ético, base de equilibrio y armonía en una sociedad que se precie democrática, de igualdad, sin pobreza, ni violencia, inestabilidad política, o los terribles daños que conllevan a ser reputada en una nación; dificultando de esta manera las propias relaciones frente al resto de los países y sobre la economía, la base de sustentación, material, donde se generan los actos de corrupción, en lo que a administración de los recursos se refiere, y se tiene a disposición en una nación. La corrupción se la define como el uso ilegítimo del poder público en beneficio propio e ilegal, antiético en la actividad gubernamental, en consecuencia, es el beneficio político o personal, es decir el uso arbitrario del poder. Es un fenómeno social a través del cual el servidor público es impulsado a actuar contra las leyes, normatividad y prácticas que se realizan con el fin de favorecerse con los intereses privados. También se la ha definido como el comportamiento político desviado de la conducta antijurídica y la usurpación de cuanto corresponde al dominio público.
El acto de corrupción no siempre beneficia sólo el interés particular, y tiene que ver con un acto racional ilegal, no ético cometido por uno o más servidores públicos, y que van en perjuicio del interés común, de la sociedad, del gobierno. Es el beneficio de un interés egoísta, solidario con quienes lo promueven o lo encubre directa o indirectamente; lo que se extiende al beneficio familiar, de compañeros de trabajo, o una organización, causa o movimiento social, político o cultural. Es una tendencia presente en todo tipo de organizaciones, dónde quien presta un servicio se aprovecha de sus facultades para sacar provecho, o de obtener un tipo de beneficio económico de las personas susceptibles a tales circunstancias y situaciones.
De ahí que sea importante, fundamental que las instituciones promuevan la transparencia, la rendición de cuentas, educar más a la población sobre la importancia de la ética, de la integridad, de la honestidad, del decoro, del compromiso que involucra llamarse servidor público, y del combate a la corrupción con las previsiones del caso y las sanciones a que haya lugar para los delincuentes de cuello blanco o del color que prefieran. Para lo cual se requiere de un enfoque multidisciplinar para combatir a los corruptos y mantener a raya la corrupción. Para ello es necesario más que tener conciencia, alcanzar la supraconciencia, porque se trata de un asunto que demanda principios y valores, de una ética y mayor democracia en favor de los derechos de toda la humanidad, sin discriminación de ningún tipo, en defensa del primer principio el de la propia vida, amenazada a cada momento por la violencia desatada en el mundo, donde el poder de los pocos impera con privilegios sobre las mayorías, afectándolas en lo personal, acabando con la ciudadanía. Privan en el corrupto los intereses individuales sobre el colectivo, de nada sirven los códigos de conducta, violentados a diario en Venezuela y el resto del mundo. Pero es entre nosotros donde las propias instituciones se han corrompido de arriba hacia abajo, donde le poder sirve de blindaje para volverlos intocables ante las leyes, y el pueblo que los coloca con sus votos, se convierte en la víctima predilecta de quienes se convierten en sus verdugos.
Estos capitostes políticos que se hacen llamar mandatarios, ya no mandaderos del pueblo soberano, es lo que hace la diferencia entre los corruptos y la gente honesta, que tiene y practica la ética, esa ciencia de la conducta humana, al estudiarse la manera de actuar y desenvolverse los humanos en las actividades cotidianas. Hoy esta disciplina racional, que trata los actos humanos y los principios, del conjunto de conocimientos sistemáticos, metódicos, racionales basados en las experiencias fundadas en principios. Hablamos de normativas y rectitud en los actos humanos. La filosofía, su método y características para buscar la verdad, investigando para llegar a concordar con ella misma, donde sus autores concuerdan en apuntar a virtudes o valores básicos de los seres humanos, de la prudencia, la fortaleza, la templanza, la Justicia, la solidaridad, la autenticidad, la fidelidad, la bondad, el agradecimiento, la responsabilidad, la libertad, la amistad, la belleza, la paz, la laboriosidad; a los que se les agregarían la honestidad, la responsabilidad, la integridad y el respeto a la dignidad de las personas. Luchar contra la corrupción es un reto principal en importancia de quienes enfrentamos en el mundo de hoy lo que se destapó a mediados del siglo pasado cuando se comenzó a sentir lo que hoy son sus secuelas en prácticas degenerativas de las relaciones vitales, al modificarse los valores en el pueblo, por falta de adecuada educación, lo que favorece a los corruptos como parte enquistada en la administración pública, individuos sin integridad, ya que son causas de la corrupción el nepotismo, el amiguismo, el clientelismo político, el egoísmo, y el propio afán de poder.
Todo este conjunto de elementos hace que se incrementen los actos de corrupción en los gobiernos y su administración de los negocios públicos, si se carece de individuos íntegros. La ética es la herramienta efectiva en la lucha contra la corrupción en la función pública, contribuye para generar confianza en las instituciones, promoviendo una conducta honesta, eficiente, íntegra para el servidor público, se requieren entonces estrategias y acciones concretas en un plan de lucha contra la corrupción, que se aplique desde la función pública, lo que genera confianza y eleva la calidad de las instituciones y del personal a todo nivel estatal. Los funcionarios y funcionarias deben estar formados con sólidos principios éticos, los políticos, los estadistas, los profesionales, la gente común, nadie debería estar exento de una vida ética, para que entre todos y todas se acordara la lucha frontal contra la corrupción que crea desconfianza en las instituciones que dirigen, y se deben acompañar con una activa gestión pública, con más educación que influya en la cultura social, como instrumento integral para la prevención, investigación, sanción y participación ciudadana. La relación entre ética pública y lucha frontal contra la corrupción gubernamental es clave para generar confianza y elevar la calidad de la administración pública, la corrupción resulta de la falta de ética en los servidores públicos, la ética es una necesidad imperativa en todos, pero principalmente entre los políticos, quienes son las principales presas para la corrupción, lo que degenera en pérdida de confianza en las instituciones, puesto que afecta en la aplicación de los servicios para la comunidad, elemento clave a tener en cuenta y presente si se habla de adecuada administración pública, sin conductas deshonestas, ineficientes, cuyos objetivos son contrarios los de la íntegra función de los servidores públicos. Sin principios sólidos que se antepongan a la corrupción no habrá posibilidad de que triunfe el bien común y los intereses de la comunidad, puesto que privará el interés personal, y la desconfianza en los actores en las instituciones gubernamentales frente a la ciudadanía.