El lunes el presidente candidato anunció el restablecimiento del diálogo con Washington; éste, había quedado inconcluso en Catar; pero, independiente de lo que traten y cómo se valore esa jugada, la acción es una maniobra política pre electoral, que favorece a Maduro.
Hay dos razones que marcan lo defectuoso de ese diálogo anunciado; en primer lugar, como se puede confiar en Estados Unidos, si los gringos, cuando a convenios se refieren; siempre han demostrado una conducta de poco interés en firmar o ratificar acuerdos; ellos son los campeones en ignorar e incumplir los pactos.
Hasta ahora hay una serie gigantesca de acuerdos internacionales que Estados Unidos no ha firmado ni ratificado y se agrega a esto, la enunciada conducta anti jurídica e inmoral como argumento hipócrita o de doble moral que Estados Unidos esgrime para no cumplirlos.
Todo ello derivado del increíble peso adverso que EEUU. ejerce en el Derecho Internacional y frente a las cortes internacionales de justicia.
Hay una serie de flagrantes violaciones a convenciones y tratados internacionales que Estados Unidos comete.
-Los derechos humanos de los otros, EE.UU. ha manifestado poco interés
-Desconoce el Tribunal Penal Internacional
-No pactó los Acuerdos de Ginebra
-No firmó el Protocolo de Kioto
Estados Unidos desconoce los acuerdos internacionales sobre desarme y guerra, la Convención de Roma. De los 200 convenios de la OIT solo ha firmado 14; los protocolos facultativos de los derechos del niño y las mujeres no los ha ratificado. Violación del Protocolo de Minsk para poner fin a la guerra de Ucrania y el Acuerdo de Cese al fuego en Gaza, solo fue una maniobra preelectoral, en la realidad reforzó el apoyo militar a Israel.
Estos casos son ejemplos del desinterés de Washington por los protocolos de negociación.
Habiendo aclarado un poco la conducta irresponsable y de desinterés por los convenios, así como sus mecanismos de argumentación de doble rasero ante los organismos internacionales; Estados Unidos busca proteger sus acciones ante las cortes penales, sancionando las cortes y aplicando sanciones a países que no lo apoyen.
Hemos visto así, como Estados Unidos ha manifestado el poco interés en los asuntos convencionales, tanto en el momento de dar su firma o ratificación a los documentos como en el momento de su aplicabilidad. De manera recurrente este país ha ignorado, violado y pasado por alto los diferentes pactos que se han ido desarrollando a lo largo de los siglos xx y xxi, con el objetivo de elevarse en medio de todos los países como el súper héroe.
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Ya contextualizando, podríamos decir que, en un mundo donde la hegemonía de Estados Unidos ha sido cuestionada por Rusia, China y los BRICS+, para mantener ese poder, el imperialismo norteamericano está tirando zarpazos como bestia herida, a quien más se acerque.
La segunda razón, para que este contacto, no se convierta solamente en un evento coloquial o intimidatorio, cabe en la reflexión preguntarnos si dicho país ¿cumple o se dispone a cumplir los convenios o acuerdos resultantes del diálogo con Venezuela.?
Resumiendo, estimo congruente en las aperturas a dialogar, llevar en paralelo, un verdadero diálogo con el pueblo y los chavistas revolucionarios que todavía le está prorrogando a Maduro, la oportunidad de corregir.
Porque para ellos todavía está en sus manos la patente y las llaves de Miraflores que aparentemente se las volverán a entregar a Maduro. Esa es la regla que se debe considerar, para entender la crisis venezolana; no solo el descontento de los informadores que no compaginan con el proyecto de Maduro.
Podría decirse ahora que, en el marco de la situación contemporánea, Estados Unidos se alza en medio de la comunidad venezolana como el salvador de la crisis, tanto por el papel de las remesas de los venezolanos en el exterior, principalmente de los que emigraron a Estados Unidos, como por las inversiones saqueadoras de petróleo y gas venezolano de transnacionales como la Exxon mobile, Chevrón y otras; más el agregado innegable del papel efectivo del dólar en la economía del país, en lo político, con la especulación al reconocimiento de Maduro como presidente, en lo cultural (pornografía, reguetón, rock, Hollywood, autos y ropa usados y el extremado consumismo de comida chatarra y para reforzar la influencia cultural, se robaron el cerebro del director de sinfónicas Dudamel, que ya se estableció en el Norte)
Por lo tanto, de cara al futuro y en términos realistas, podemos sostener que, Venezuela volvió a ser el típico país tercermundista, subdesarrollado, dependiente y con una soberanía débil. Remontar esta realidad, por el momento es una utopía.
Como dicen por ahí: cuando la miseria entra por la puerta, el amor sale por la ventana.