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Dijo Bolívar: "si alguna vez vimos grande a España, fue porque lo hicimos de rodillas". Podía decirse que, en la sangre de Bolívar, al nacer, ya no quedaban vestigios de la raza española. Para completar, lo amamantó la Negra Hipólita, y entre esclavos traídos de África vivió hasta su adolescencia. Él mismo se sintió uno de ellos. De no haber sido plenamente un zambo, Bolívar jamás habría podido independizarnos ni decir lo que dijo de los españoles.
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En cambio, San Martín era mestizo, no estaba empapado de la raza negra e india como Bolívar. Los verdaderos progenitores de San Martín fueron una india guaraní, Rosa Guarú, quien lo amamantó y cuidó hasta los 3 años de edad, y Diego de Alvear, oficial de la Marina española. San Martín no podía entender América en su gran dimensión humana. Lo que llevaba de español lo malogró o inhabilitó para emprender con el sentido de unidad y grandeza que le dio Bolívar la causa emancipadora.
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"¿Qué dirán las naciones europeas, cuando lleguen a saber que Bolívar es zambo? –se interrogaba Simón Rodríguez en su famosa Defensa de El Libertador–. ¿Qué dirán los rubios de Inglaterra, los de Escocia, los de Francia y, sobre todo, los de …¿Andalucía? Un zambo mandando indios en el Perú… ¡qué impropiedad!". Y continuaba así: "¿Y qué dirían las gentes de juicio, si el autor de esta defensa emprendiese probar con papeles o con opiniones que Bolívar es ‘blanco de primera, de segunda o de trigésima extracción’. O ‘noble de primera o de centésima jerarquía’?" Y finaliza: "Bolívar y su defensor son ZAMBOS; pero ninguno de los dos es necio".
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En este sentido, está totalmente equivocado don Salvador de Madariaga cuando quiere meterle a juro el BLANCO al Libertador. Quiere adjudicarle valores y sentimiento españoles que nunca tuvo. Dice Madariaga que Bolívar como BLANCO, era heredero de dos raíces: el conquistador y el fraile. Ni tenía Bolívar de conquistador ni mucho menos de cura. Cuando independizó América del Sur, nunca lo hizo en plan de conquista, y en cuanto a lo de fraile fue multitud de veces excomulgados por la iglesia.
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Don Arturo Uslar Pietri se copió muchas ideas de don Salvador de Madariaga y sostenía la tesis de que la conquista era una especie de continuación de la lucha de los españoles contra los moros, pero en el Nuevo Mundo. Los moros aquí, para él y para Madariaga debieron ser entonces nuestros indígenas. Mayor salvajada y estupidez, el que para los españoles viniera a ser "una especie de segunda parte de la tierra de moros, para que en él las lanzas ganaran riqueza y honor arando campos de nuevos infieles".
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Los que se creían de sangre española en América, para el siglo XVIII, era todos unos verdaderos vagos, además de asesinos y explotadores de negros e indios. Sostiene Madariaga que "en la tradición, más honda que ningún pensamiento o teoría, inspiró a los BLANCOS de América, todos descendientes de conquistadores, su soberbia fe en su derecho a gobernar sin trabajar".
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Según Madariaga, en mayor o menor grado, cada uno de nosotros llevamos en la sangre (o en el alma) un CONQUISTADOR y un FRAILE. Y así, por lo tanto, es a la vez como se mueve la política entre nosotros: entre leguleyos y tiranos, entre gobernantes de GARNACHA o MILITARES. De los frailes, según él, se afianzó en nuestras instituciones el DERECHO CANÓNICO. Madariaga los separa, pero tanto frailes como conquistadores vienen a ser la misma cosa, ambos acabaron explotando tanto a negros como indios. Y es totalmente falso que "La obra creadora de la Iglesia de España en el Nuevo Mundo es una de las más hermosas de la Historia —tan hermosa que ni aun la corrupción y los crímenes que la empañan en los siglos XVII y XVIII logran disminuirla—. La Iglesia española aportó al Nuevo Mundo el principio de la libertad de los indios y el de la igualdad cristiana de todos los hombres".
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Es tan errado ese renglón de arriba que el padre Bartolomé de Las Casas, para sosegarle o aminorar la carga a los indios, pensó en que debían traerse negros de África para hacer los trabajos más duros. Dice Madariaga que los frailes, durante un siglo entero lucharon "tenazmente para refrenar la explotación de los naturales que los conquistadores trataban de justificar alegando necesidades prácticas y falta de brazos, con argumentos que aun hoy se oyen en boca de otros conquistadores en otras tierras". Todo sabemos que aquí no los españoles no fundaron realmente colegios ni universidades en casi tres siglos, pero Madariaga sostiene que la Iglesia "fundó las más de las instituciones de enseñanza y de caridad que pronto cubrieron todo el continente; y en general actuó siempre como la abogada del débil y del indefenso, sin prejuicio alguno de color". Falso, mil veces falso.
La magna obra de un zambo que extinguió para siempre todo rastro de España en América…
Por: José Sant Roz
Viernes, 05/07/2024 01:17 PM