Ya henos expuesto recientemente, que las masas ciudadanas están entretenidas en un proceso electoral que fundamentalmente gira en torno a dos candidaturas: Maduro y Edmundo-Corina.
También hemos argumentado que tanto uno como otros, incluido el presidente Maduro, y los viejos ostentadores del poder, tienen una comprensión clara de la crisis. Unos y otros se han enriquecido con los recursos del Estado y han establecido grandes y fuertes capacidades organizativas ciudadanas, políticas y militares, pero no han resuelto la contradicción entre las aspiraciones populares de una vida mejor y las limitaciones impuestas por las sanciones euro-norteamericanas y el saqueo de los recursos naturales impulsado por las transnacionales, como lo hiciera Chávez.
Elegir a Maduro muestra que muchos venezolanos insatisfechos con la situación actual, creen con ello, que pueden cambiar algo. Incluido la mejora de las relaciones con Europa y Estados Unidos para aliviar las sanciones. Esto lo ha dicho claramente Maduro en la reapertura del diálogo con Estados Unidos.
Eso está por verse. Porque está claro que tanto Estados Unidos como la Unión Europea van a ser muy exigentes, sobre todo en el reconocimiento presidencial de Maduro y las alianzas de Venezuela con Rusia, Irán y China.
Y aquí está la dificultad para Maduro, con Rusia Irán y China de por medio, un acercamiento así es suicida para él. Sobre todo, porque la confrontación occidental con estos tres Estados está aguda y muy caliente en estos momentos de conflicto en Ucrania, el Medio Oriente y Taiwán.
Habrá intentos de suavizar las sanciones, pero no va a cambiar nada. Pues la situación general de confrontación entre Rusia, el Eje Islámico del Medio Oriente, China y Estados Unidos, está ardiendo. Y Estados Unidos quiere vasallos y mantener su hegemonía y cambiar esto, no es competencia de Maduro ni de sus ministerios de exteriores.
Para agravar las cosas, está claro que la causa fundamental de la crisis económica y social venezolana arranca con el desmontaje del socialismo y la desarticulación política del chavismo. Haciendo esto, Maduro condenó la economía de Venezuela a vivir una especie de economía de resistencia y a afrontar períodos especiales cortos, pero difíciles. Con repercusiones graves para la mayoría de la población, encarnadas en miseria extrema, migraciones masivas y descontento popular.
Aun así, la tesis fundamental de los economistas asesores del gobierno de Maduro es, desarrollar una economía independiente del petróleo y en un contexto de sanciones. Por lo tanto, la propuesta del candidato gubernamental Maduro es desarrollar el futuro económico de Venezuela en un contexto de sanciones pero que se pueden suavizar con el diálogo entre Venezuela y Estados Unidos. En otra manera de decirlo, se trata de evitar lo peor, aunque no se resuelva nada…
Que hacer para que el descontento popular no se traslade a la derecha.
En el contexto anunciado, las elecciones para los chavistas revolucionarios y para los izquierdistas son de alto riesgo; porque, por un lado, todos ven cómo avanza la derecha extrema tirando al aire un discurso conciliador, pretendiendo con ello hacer que los ciudadanos descontentos con la crisis creada por el gobierno actual se trasladen a lado de Edmundo y Mariacori.
Y por otro motivo, también se dan cuenta que el chavismo revolucionario y las izquierdas, incluyendo al PCV, no han tenido la capacidad de organizar como respuesta, un nuevo movimiento que acerque todas las tendencias revolucionarias, progresistas, comunistas y chavistas y articule esa diversidad en un proyecto político nuevo y urgente.
Viéndolo bien y con más detalles, se puede sostener que, sin la capacidad de respuesta efectiva, el chavismo y las izquierdas, corren el riesgo de quedarse inmóvil, y esto es análogo a aceptar como normal y sin crítica un evento que le está dando aire a un gobierno exhausto, que no resuelve nada y que está exageradamente rehabilitando a la derecha para que olímpicamente jalonee y traslade las masas hacia el fascismo, estilo Milei.
Lo más serio es que si no se analiza críticamente ese proceso y no se da respuesta orgánica y de movilización masiva, se estaría sentado desde la puerta, viendo pasar el cadáver de la revolución social de Chávez, llevado por Maduro y la extrema derecha.
Otra forma de decirlo es, quedarse compungido e impotente viendo como la lógica social del sistema decadente está prorrogando el adormecimiento y la inmovilidad revolucionaria de las masas descontentas.
Y eso es sinónimo de caer en el burocratismo y la inmovilidad, que fue el gran error del comunismo del siglo pasado, al que Chávez combatió con la movilización y el poder popular activo.
Ahora bien, como búsqueda de salidas al problema del chavismo y las izquierdas, podría ensayarse la creación de una organización que se levantaría sobre la base de las denuncias del peligro de la derechización de la sociedad, el rechazo a la economía de subsistencia y la presentación de un proyecto de gobierno que rompa con el capitalismo miserable de Maduro y lleve como políticas de movilización popular inmediatas, las siguientes demandas:
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La libertad de los presos políticos y sindicales
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Reformas económicas, que tengan que ver con el incremento salarial y aumento del monto de las pensiones.
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Reorientación de la administración de PDVSA.
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Suspensión de la persecución política y derogatoria de las 3 leyes fascistas.
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Proponer un nuevo calendario electoral sin restricciones políticas.