Cáscara Amarga 961

Pensar y no pensar

Miércoles, 10/07/2024 11:25 PM

Pensar y no pensar. El pensar con el cerebro y el no pensar con el cerebro. El pensar con lo cerebral y el pensar con lo corporal. El pensar con la mente y el pensar con el cuerpo Asina ansí así, deviene, aquello de cuerpo sano y mente sana, que aparece en la República de Platón. A lo que el fascismo, del italiano Benito Mussolini 1914, fuera un movimiento de extrema derecha radical elitista exclusiva impulsiva conservadora del odio al feminismo y al socialismo, de la rabia al feminismo y al socialismo, del desprecio al feminismo y al socialismo, del maldigo al feminismo y al socialismo. Agora ahora hogaño, el italiano Benito Mussolini 1914, hijo de su madre, le sacara la punta puta putativa a la Lógica de Aristóteles y al principio del tercio excluso, del ¡O estás conmigo o estás con mi enemigo!, que lo aprovechara el presidente de los EEUU de Norteamérica George W Bush en 2001 con la invasión y el golpe de Estado a Venezuela y al presidente Chávez en el 2002. Asina ansí así, deviene, aquello de cuerpo sano y mente sana, que aparece en la República de Platón, tanto como en la Política de Aristóteles, que a según: "Que ha de prohibirse la cría de los hijos con graves defectos físicos corporales". Agora ahora hogaño, qué hubiera sido de la vida, en tiempos de Aristóteles, del físico divulgador científico británico con grave defecto físico, mas y más, con un poderosa naturaleza mental sana, Stephen Hawking 1980, físico teórico cuántico astrofísico cosmólogo moderno, el de la Historia del Tiempo. Del Big Bang a los Agujeros Negros. Y, se ha de seguir que a la Política de Aristóteles, en tanto en cuanto a la prohibición de la cría de los hijos con graves defectos físicos corporales, el nacismo, del alemán Adolfo Hitler 1917, el nacismo del holocausto impulsivo ideológico exclusivo racista genocida homicida de odio al judaísmo. Agora ahora hogaño, el alemán Adolfo Hitler 1917, hijo de su madre, que sí le sacara la punta puta putativa a la Política de Aristóteles. Asina ansí así, aparece la República de Platón, que se erigiera en muchos pensadores en el cuerpo y la mente. Asina asín así, como en la idea y la ignorancia, en el pensamiento y el sentimiento, en el sujeto y el predicado, en la inteligencia y el objeto, en la reflexión y la irreflexión, en el significante y el significado, en el símbolo y la realidad, en la ubicuidad y el espacio, en la historia y la eternidad, en el nihilismo y el eternalismo, en la lengua y el habla, en la razón y la sinrazón, en la lengua y la cultura, en la tendencia y la trascendencia, en la inteligencia artificial y la memoria artificial, en el pensamiento natural y el pensamiento artificial, en lo emocional y lo cerebral, en el pensamiento y el no pensamiento, en la razón lenta y la emoción rápida, en la razón cuestionadora y la emoción funcionadora, en el funcionar y el no vivir, en lo que es y lo que debe ser, en la belleza eficiente y la horrible eficacia, en lo bello afectivo y lo horrible efectivo, en las tecnologías del yo y las tecnologías del no yo, en el dormir y el despertar, en el ganar tiempo y el perder tiempo, en con divagancia y sin divagancia, en con digresión y sin digresión, en con concordancia y sin concordancia, en con etiqueta y sin etiqueta, en con reflexión y sin reflexión, en lo humano y lo artificial, en el mundo con pensamientos y el mundo sin pensamientos, en lo humano y lo divino, en lo justo y lo injusto, en lo disruptivo y lo fijo, en el Derecho Usual Ordinario y el Derecho Inusual Extraordinario, en el lóbulo frontal y el lóbulo temporal, en el hemisferio derecho cerebral y el hemisferio izquierdo cerebral, en la consciencia y la inconciencia, en Dios y Diantre, en la historia y la eternidad, en el espacio y la ubicuidad, en la inteligencia y el objeto, en el sujeto y el predicado, en el símbolo y la realidad, en la memoria y la inteligencia, en la escuela y la antiescuela, en el algoritmo y el dato, en el medio y el fin, en el método y el resultado, en la pregunta y la respuesta, en el estímulo y la reacción, en la entrada y la salida, en el insumo y lo totalizado, en el método didáctico y el método lógico, en el teorema directo y el teorema indirecto, en la verdad y la mentira, en la certidumbre y la incertidumbre, en lo visible y lo invisible, en la partícula y la onda, en el término excluso y el término incluso, en el pensamiento que piensa y el pensamiento que no piensa, en las máquinas que piensan y las máquinas que no piensan, en las máquinas que aprenden y las máquinas que no aprenden, en los humanos piensan cada vez menos y las máquinas que piensan cada vez más y mejor, en que somos virtuales como las máquinas y no somos virtuales como las máquinas, en el capitalismo histórico histérico rapaz y el materialismo histórica ingenuo capaz, en el hedonismo y la esencia, en el exceso y el defecto, en natura y persona, en la crisis y el éxito, en control externo y el control interno, en la tesis y la antítesis, en lo concreto y lo abstracto, en el ser y el no ser. O sea y es decir, decir que vivimos en un mundo plagado de contradicciones hiperconectadas. Y, asina ansí así, como tiénese dicho y deténtase mentado, el pensar y el no pensar.

Con digresión y sin digresión, el pensar y el no pensar. Agora ahora hogaño, esta perola perorata paraulata llanera cojedeña cantarina que se orina de entre nube con agua y nube sin agua, en mi rancho de Cantaclaro de San Carlos de Cojedes, a las cinco en punto de la mañana, del día de Santa Felícita, del 10 de julio, cuando por la FM 96.5 de San Carlos, sonaba María Tereza Chacín 1984, En este país. A 18 años del Acuerdo de Ginebra entre Venezuela, el Reino Unido y Guyana, Cuando viéneseme encima la página web de La Iguana TV

https://www.laiguana.tv/articulos/1261501-tiktok-william-castillo-escribe-sobre-un-mundo-sin-pensamiento/ "Pensar no está de moda, está de moda "tiktokear", escuché decir en una conversación del grupo de amigos de mi hijo. Hubo un tiempo, en cambio, en que pensar era algo prestigioso, tan extraordinario, que era difícil ponerse de acuerdo respecto a su importancia. Platón estaba convencido de que existía un mundo de las ideas, y que estas –buenas o malas– habitaban en la cabeza de cada individuo. De esa concepción tan arraigada, difieren hoy –desde la neurología– quienes postulan que no se piensa solo con el cerebro, sino con todo el cuerpo. Pero vamos, que el bueno de Platón no tenía por qué saberlo, ya que nunca tuvo internet. Descartes, por su parte, convirtió al pensamiento en la única y definitiva constatación de la existencia: Solo existimos si somos capaces de pensar. Más tarde, los lingüistas dirán que el habla –máxima creación del pensamiento– es lo que a su vez permite comprender el acto de pensar. La Biblia se había adelantado varios siglos: "Al principio era el verbo, y el verbo era Dios". Más allá de lo que pensemos respecto a una u otra idea, la reflexión sobre la significación y trascendencia del pensamiento es tan antigua como el pensamiento mismo. Hoy hablamos de inteligencia artificial (IA) como de un pensamiento no natural, un poderoso fenómeno que desborda los límites de la actividad cognitiva humana, cuya invención –paradójicamente– se debe a la propia capacidad humana del pensar. Alain Turing, al que muchos le asignan la invención del concepto "máquinas que piensan", sostenía que se debía considerar inteligente a una máquina si esta era capaz de engañar a un humano, comportándose de una manera similar a este. De allí nace el concepto tan en boga hoy del "machine learning" (máquinas que aprenden) o "deep learning" (aprendizaje profundo), sintetizados en la idea de las redes neuronales, noción sobre la que se asientan aplicaciones tan sorprendentes como los chatbots. Vivimos la paradoja de un mundo en que mientras parece que los humanos piensan cada vez menos, las máquinas cada vez piensan más y mejor. Miguel Bensayag y Ariel Pennisi, investigadores argentinos, dicen en su libro La inteligencia artificial no piensa, el cerebro tampoco, que una de las características de este cambio epocal, acelerado por la aparición de la IA, no es que las computadoras puedan efectivamente llegar a pensar como los humanos; lo extraordinario es que los seres humanos constatemos que cada vez nos parecemos más a las computadoras. "La humanidad se encuentra en un despertar, en realidad en una pesadilla que no consiste en darse cuenta de que la máquina es como nosotros sino en sentir que nosotros somos como la máquina, es decir, virtuales. Vivimos la ilusión de un mundo hiperconectado, con una identidad que no nos pertenece, hablando con gente que no sabemos si existe, impactados por un volumen de información que somos incapaces de procesar; un mundo saturado de datos, de bits, de contenido, que nos aturde, en el que se nos borran las huellas dactilares mientras nuestros ojos –irritados– viajan de post en post. Pero aún tenemos 800 millones de analfabetos en el mundo, una cifra incalculable de analfabetos funcionales y hay quienes dicen que 23 de cada 100 personas en el planeta son analfabetos digitales. Es decir, no se llevan bien con los dispositivos "inteligentes". Pensar, vivir, no funcionar. El filósofo de moda, el coreano Byung Chul Han, ha definido como "tecnologías del yo" a los dispositivos y procesos informáticos que lideran la actual transición en el capitalismo neoliberal del siglo XXI: el tránsito del control biopolítico al control psicográfico. Fenómenos que llevan al ser humano del control externo al locus del control interno, de la explotación laboral-represiva del sistema a la autoexplotación hedonista, individual. Esas tecnologías, cuya base son poderosos algoritmos basados en inteligencia artificial, no necesitan individuos pensantes, que vayan por la vida razonando y cuestionando, gastando su tiempo como hacían los griegos por los jardines de Atenas, sino de individuos enfocados en sí mismos, esclavizados frente a una pantalla. Encerrados en una caverna –permítanme usar la alegoría de Platón– y dominados por las sombras que proyectan las redes sociales. Pensar requiere memoria, las redes sociales prescinden de esta. Pensar exige autonomía, el mundo de los algoritmos propone una sujeción permanente a los dictados y reglas del propio algoritmo. Pensar exige razonar, las redes sociales viven de la explotación de las emociones, de un no-pensamiento. Byung Chul Han dice que la razón es lenta y la emoción rápida. La razón cuestiona y la emoción funciona. Hoy se nos pide funcionar y no vivir. Se nos induce a ser "más eficientes" o "más bellos", no a pensar en lo que somos o queremos ser. Las tecnologías del yo postulan un mundo incesante, trepidante; que no descansa, que no duerme, que no pierde el tiempo, que no vaga ni divaga. Que funciona. Enganchado a la ruleta rusa de la emocionante virtualidad (los trending topics, los likes, las notificaciones) el ser humano ya no necesita reflexionar. Un mundo sin pensamiento -sin embargo- es un mundo vaciado de humanidad. Benasayag y Pennisi afirman que es esencial pensar la transición que nos lleva a un escenario que, inevitablemente, integrará lo humano y lo artificial, desde una perspectiva auténticamente disruptiva que reivindique la singularidad, la belleza y el enigma de la vida. La investigadora canadiense Naomi Klein dijo hace algún tiempo que en un mundo en crisis, lo único que nos mantiene alejados del shock, del colapso, es nuestra propia historia. Nuestro relato. Para construir nuestro relato, necesitamos historia, necesitamos memoria. Necesitamos vivir y pensar. Cuestionar. Dudar. Porque, al final de cuentas, lo único que puede ser singular, único, inasible e inaprensible, es la vida misma." Agora ahora hogaño, la figura significativa conmovedora. Nuestra propia propiedad espiritual racional de reconocernos a sí mismo como personas. Nuestro propio yo interior medular estable profundo. Nuestro penetrante propio relato. Nuestra propia resolutiva optimalidad pretendida. Nuestra propia historia profunda. Nuestra propia optimalidad ortogonal pitagórica del Teorema de Pitágoras. Nuestro propio rincón de la palaba que nuestra salvación labra, ha de estar de entre la historia y la eternidad, de entre la inteligencia y la memoria, de entre la certeza y la duda, de entre el consciente y el inconsciente, de entre el exceso y el defecto, de entre la tesis y la antítesis, de entre natura y persona, de entre lo concreto y lo abstracto, de entre la vida y la muerte, de entre el ser y no ser. Asina ansí así, la figura significativa conmovedora, nuestra propia propiedad espiritual racional de reconocernos a sí mismo como personas, que ha de ser la perogrullada primera vez de Perogrullo, ha de estar de entre el pensar y no pensar.

Con divagancia y sin divagancia, el pensar y no pensar. Ha de tener a las grafías gratas gratificantes, a mas y a más, de los triángulos en el cuadrángulo rectángulo de Pitágoras, 500 años antes de Cristo, ha de tener a las pirámides pareadas paradójicas de Hans Kelsen 1927, ha de tener a los triángulos en el cuadrángulo rectángulo del método lógico y el método didáctico de Luiz A de Mattos 1963, ha de tener a los triángulos en el cuadrángulo rectángulo en la esquemática mecánica imaginaria del consciente y el inconsciente de Cirigliano y Villaverde 1966, ha de tener a los triángulos en el cuadrángulo rectángulo en el esquema básico de la retroalimentación cibernética del algoritmo y el dato, el medio y el fin, el método y el resultado, la pregunta y la respuesta, el estímulo y la reacción, la entrada y la salida, el insumo y lo totalizado de Fernando Arias Galicia 1979, ha de tener a la esquemática línea curva parabólica de Picasso 1927, ha de tener a la representada línea curva lemniscata de Bernoulli 1741, ha de tener a la slash diagonal hipotenusa contrarrecíproca correlativa ad absurdum mayéutica pitagórica socrática del gigantesco cartón cuadrángulo rectángulo que guindaba del techo del botiquín de Miguelito de San Carlos de Cojedes, en que por una de las caras leíase que la frase de la otra cara es falsa y por la otra la frase de la otra cara es verdadera, y, en este botiquín báquico mundano cuántico, se mandara al carajo al principio de incertidumbre de Heisenberg. De entre el pensar y el no pensar, hase de asentar y acentuar en la perogrullada primera vez de Perogrullo, 1605 años antes de don Quijote. El pensar y el no pensar, ha de tener, como grafías gratas gratificantes, al lienzo pictórico blanquinegro del yin yang de Laozi, 530 años de Cristo y de Walt Whitman 1855, ha de tener al lienzo pictórico blanquinegro cúbico de la composición con hoja de Fernand Léger 1918, ha de tener a la bacinilla de Rosa María, la mitad llena de miao y la mitad vacía de Maleo 2001, ha de tener al cóncavo convexo contradictorio caliginoso concupiscente 69 cojedeño de Cojedes de Maleo 2001. Y, como tiénese dicho y deténtase mentado, la figura significativa conmovedora, asina ansí así, nuestra propia propiedad espiritual racional de reconocernos a sí mismo como personas, que ha de ser la perogrullada primera vez de Perogrullo, 1605 años antes de don Quijote, ha de estar y hase de asentar y acentuar de entre la escuela y la antiescuela, de entre el pensar y el no pensar.

Si de entre el pensar y no pensar hase de asentar y acentuar la figura significativa conmovedora, nuestra propia propiedad espiritual racional de reconocernos a sí mismo como personas. Entonces de asentar y acentuar la figura significativa sea dicho que de entre el pensar y no pensar hase conmovedora de la perogrullada primera vez de Perogrullo, 1605 años antes de don Quijote. Ergo vergo sea dicho que el pensar y no pensar han de ser contenidos que contiene el continente de la Filosofía de las 4E del entendimiento y la estética ética espiritual de Maleo 2001. Que el pensar y no pensar han de ser contenidos que contiene el continente de los casos correlativos límite límbico grembo fronterizo contradictorios caliginosos de equilibrio dinámico dialéctico difuso dialógico diplomático diabético en la perogrullada primera vez de Perogrullo de la tesis inédita innovadora novedosa avanzada, cáscara amarga, cojedeña de Cojedes, TINACO de Maleo 2001. Que nuestra propia propiedad espiritual racional de reconocernos a sí mismo como personas. Nuestro propio yo interior medular estable profundo. Nuestro penetrante propio relato. Nuestra propia resolutiva optimalidad pretendida. Nuestra propia historia profunda. Nuestra propia optimalidad ortogonal pitagórica del Teorema de Pitágoras, 500 años antes de Cristo. Nuestro propio rincón cultural de la palaba que nuestra salvación labra. Nuestra primera vez de Perogrullo, han de estar de entre en el pensamiento que piensa y el pensamiento que no piensa, de entre las máquinas que piensan y las máquinas que no piensan, de entre las máquinas que aprenden y las máquinas que no aprenden, de entre los humanos que piensan cada vez menos y las máquinas que piensan cada vez más y mejor, de entre los que somos virtuales como las máquinas y los que no somos virtuales como las máquinas, de entre el capitalismo histórico histérico rapaz y el materialismo histórica ingenuo capaz, de entre el hedonismo y la esencia, de entre el exceso y el defecto, de entre natura y persona, de entre la crisis y el éxito, de entre control externo y el control interno, de entre el algoritmo y el dato, de entre la tesis y la antítesis, de entre lo concreto y lo abstracto, de entre el ser y el no ser, han de estar la figura significativa conmovedora, nuestra propia propiedad espiritual racional de reconocernos a sí mismo como personas, que ha de estar la perogrullada primera vez de Perogrullo, 1605 años antes de don Quijote, de entre la cordura y la locura, que fuera tanto como decir, el pensar y el no pensar.

Otrosí: Ha de ser materia del Ministerio del Poder Popular para la Educación, desde ya, desarrollar demostrar explicar con nuestra testimonial confesión propia propiedad espiritual racional de reconocernos a sí mismo como personas. Con nuestro propio yo interior medular estable profundo. Con nuestro penetrante propio relato medular. Con nuestra propia resolutiva optimalidad pretendida. Con nuestra propia historia profunda. Con nuestra propia optimalidad ortogonal pitagórica del Teorema de Pitágoras, 500 años antes de Cristo. Con nuestro propio rincón cultural de la palaba que nuestra salvación labra. Con nuestra primera vez de Perogrullo, 1605 años antes de don Quijote, asina ansí así de entre la teoría especial de la relatividad y la teoría general de la relatividad de Albert Einstein 1919, asina asín así de entre la escuela y la antiescuela de Maleo 2001, porque y para que se sepa, que con nuestra primera vez de Perogrullo, 1605 años antes de don Quijote, es con lo que se ha de enfrentar a las arremetidas arrechas de la antiescuela del celular contra la escuela párvula infantil escolástica escolar medular.

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