Si usted, señor o señora, está ansiosa por asesinar a su Madre, piense en las terribles consecuencias…

Miércoles, 17/07/2024 12:38 PM

  1. Sí, andan algunos, ansiosos por ver de qué manera asesinan a su MADRE. A algunos les parece incluso hasta divertido. Sólo muy divertido como quien ve videos crueles por las redes. Han perdido toda sensibilidad y se han acostumbrado ver correr con indiferencia sangre, gente quemada, verla implorar ayuda en medio de sus estertores. ¡DIVERTIDO! No saben que en el fondo esos asesinados son también su MADRE, esa a la que muchos no le perdonan haber parido hijos que jamás han podido ser nuestros hermanos. Ese es el máximo crimen de esa MADRE, aunque no haya sido su culpa. A algunos les gustaría sólo ser espectadores de su muerte, verla retorcerse de dolor, por el sólo entretenimiento o diversión de envolvernos todos en el infierno en el que caeríamos… por tan mortal indolencia, indiferencia. El peor de los males de este mundo se genera por la IGNORANCIA…

  2. Los malos hijos que desean asesinar a nuestra MADRE son muchos. De momento, pareciera que se lo están pensando, aunque lo sueñan cada noche. Lo desean en cada suspiro, incluso se lo piden a todos los santos. Son todos ellos esencialmente católicos de nacimiento, porque no les ha quedado más remedio, van a misa y se saben el rosario mejor que los curan, pero en lo hondo de sí son patéticos sicópatas. A veces, de tanto desear la muerte de nuestra MADRE, han llegado a creer que de hecho la han apuñalado, provocándole risas en sus fueros internos. Claro, esos son a la vez esos deseos dislocados que surgen producto de la manera como se formaron durante siglos. También es la maldad que se nutre de la IGNORANCIA.

  3. La MADRE es aquello por lo cual estamos en este mundo, la MADRE es un sentimiento y es la tierra, la historia. Algo a lo cual también se puede asesinar, digo, desfigurar, destruir. Es también una carga de inmenso dolor. Dijo Bolívar en 1826, viendo el horror que se cernía sobre la Gran Colombia: "Yo no quiero enterrar a mi MADRE, si a ella la entierran viva, la culpa será del Congreso que la ha reducido a esos extremos, por el acto indigno y torpe contra Páez…". Unos diputados en Bogotá, habían estado jugando a matar nuestra MADRE, y pidieron juzgar a Páez, condenarlo, el hombre entonces más poderoso de Venezuela. Dos abominables monstruos iban a asesinar a nuestra MADRE, por un lado, la horrible maldad de unos cobardes y miserables a la cabeza de Francisco de Paula Santander, FPS. Por otro, y debemos insisitir en esto, el puñal también empuñado por la IGNORANCIA.

  4. Uno ve en la calle a tantos matricidas. Están en las redes, cunden en la indolencia y en el abandono en que han vivido desde que los trajeron a la vida. Balbucean, no hablan. En realidad, jamás han tenido el valor de pensar por sí mismos, y ante este cuadro decía el Libertador: "Esta situación me desespera, tengo un desaliento mortal y un desgano absoluto de mandar en las actuales condiciones. Además el Vicepresidente FPS pretende contener a los facciosos creando otra facción igual en la capital. Sigue una carrera igualmente indecente a la de Páez: escribe anónimos, ataca con acrimonia a sus enemigos, publica nuestra correspondencia privada para encender los ánimos. Desautoriza a amigos que van ante Páez y no quiere que yo lo desautorice para que se diga que no hay contradicción en el gobierno… Yo mi general, no quiero presidir los funerales de Colombia. Mientras el pueblo quiere asirse a mí por instinto, ustedes procuran enajenarlo de mi persona con las necedades de Gaceta y oficios insultantes…"

  5. Veía en Libertador como se estaban preparando para asesinar a nuestra MADRE. Veía puñales por doquier, se sentía destrozado en todos sus esfuerzos, siendo que ya le había liberado totalmente a toda la América del Sur, y tenía que decir: "Está bien, salven ustedes la patria con la Constitución y las leyes que han reducido a Colombia a la imagen del palacio de Satanás, que arde por todos sus ángulos…"

  6. Camino de la ciudad de Quito, Bolívar se preguntaba: "¿Qué debo yo hacer? ¿Y qué debe hacer Colombia? Yo por servir a la patria debería destruir el magnífico edificio de las leyes y el romance ideal de nuestras utopías… No sé qué hacer en este negocio, semejante a la llaga del amigo de Teseo, que la irritaban cuantos remedios le ponían. Esta llaga cubre a toda la República. He combatido por dar la libertad a Colombia, la he reunido para que se defendiese con más fuerza, ahora no quiero que me inculpen y me vituperen leyes absurdas, que estoy cansado de servir contra mi voluntad... Un Congreso de animales habría sido, como el de Casti, más sabio.

  7. REMATANDO EL LIBERTADOR ANTE LA MUERTE DE NUESTRA MADRE: "Yo mi general (Santander), no quiero presidir los funerales de Colombia. Mientras el pueblo quiere asirse a mí por instinto, ustedes procuran enajenarlo de mi persona con las necedades de Gaceta …". No era Bolívar un animal astuto y ladino, actitudes típicas de ciertos políticos de partido y, desde que dejó Perú, estaba perdido. Había escrito a Santander que estaba ya cansado de su oficio de guerra a muerte contra los españoles y que aplacar las pasiones de los alzados requería de tanta sangre y fuego, que él no estaba en condiciones de empezar de nuevo. … En su sentido de justicia, que era de política sólo concebía que un granadino ocupara el segundo puesto en importancia del gobierno. Bolívar quería oír a todos y de allí sacar, con acierto, la esencia de un mando sólido y duradero, y esto, paradójicamente lo hundió. Ya había dicho una vez al Vicepresidente: "Colombia se perderá con o sin dictadura". A Bolívar quería imponérsele una camisa de fuerza y obligarlo a obedecer leyes de por sí viciadas, y del otro extremo los militares que habían logrado la independencia, querían gobernar como les viniera en gana. ¿Quién podía hacer el milagro de conjugar fuerzas tan irreconciliables que además controlaban la mayor parte de la población culta del país? Y por ese camino terminaron asesinando a nuestra MADRE…

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