Estamos a escasos días de las elecciones presidenciales en Venezuela. Como se sabe hay 9 candidatos de oposición y el chavismo tiene un solo candidato, Nicolás Maduro Moros.
En la oposición se han producido hasta ahora 6 deserciones de alcaldes opositores y de un dirigente de AD (Carlos Prósperi), quienes públicamente han manifestado su apoyo al candidato del Gran Polo Patriótico, Nicolás Maduro Moros. Este hecho y el que Estados Unidos haya manifestado su decisión de normalizar las relaciones diplomáticas con Venezuela muestran con claridad la inminente victoria de Nicolás el 28J, tal como lo dijimos en un artículo reciente. Si los aparatos de inteligencia gringa tuvieran siquiera un asomo de posibilidad de victoria de algún candidato de la oposición, para nada les preocuparía hoy normalizar las relaciones con nuestro país.
Pese a la difícil situación que nos ha tocado vivir, como consecuencia del bloqueo y las Medidas Criminales Unilaterales (MCU), nadie puede negar que Nicolás Maduro ha manejado la situación con gran destreza y habilidad política, por lo que estamos evidentemente mejor que todos los años posteriores al 2015. No ha sido poca cosa haber llegado hasta hoy en las condiciones que todos conocen.
El gobierno ha desarrollado una política que someramente mencionaremos algunos resultados:
1) La HIPERINFLACIÓN ha sido derrotada y superamos niveles de inflación que llegaron a 6 dígitos. Más del 300.000% en el 2016.
2) La inflación acumulada en lo que va de 2024 llega a 8.9% y se estima que al final del año se ubique según fuentes de la UCAB (fuente opositora) en 31.7%
3) La economía venezolana ha venido creciendo lenta pero sostenidamente en los últimos 12 trimestres, siendo el mejor crecimiento en toda América latina.
4) La tasa cambiaria se ha mantenido relativamente estable, con excepción de las últimas semanas, en que ha tenido un ligero repunte, por razones que parecen obvias.
5) La producción petrolera se ubica actualmente por encima de los 900.000 barriles diarios, cuando llegamos a estar en niveles muy bajos, cercanos a la producción cero.
6) Estuvimos en los momentos más difíciles importando más del 90% de lo que consumíamos. Hoy estamos produciendo más del 90% de los bienes y servicios que se requieren. La situación se ha revertido positivamente. Ello es fácilmente comprobable, por mencionar sólo un caso muy sencillo.
al revisar el contenido de las bolsas CLAP.
7) El desabastecimiento en comercios de cualquier índole, hoy es cosa del pasado. dejó de ser el dolor de cabeza que fue para todos.
Los 7 aspectos señalados son los más resaltantes de los logros de las acciones de gobierno de Nicolás Maduro, aspirante a la reelección, apoyado por todas las fuerzas patrióticas. Son hechos concretos que nadie puede negar que han resultado de beneficio para todos. En mi opinión, es secundario si pudiera catalogarse de "Modelo Económico", que algunos señalan como el mismo que hemos venido aplicando desde el siglo pasado. Otros señalan de manera peyorativa que es una mal copia del modelo chino. En ambos casos no se muestran los elementos que sustentan esas afirmaciones.
En mi opinión, Nicolás Maduro Moros será reelecto como presidente de la República Bolivariana de Venezuela, no importando para los efectos de opinar sobre las perspectivas, si la diferencia con el que le secunde sea mayor o menor.
La oposición extremista nuevamente cantará fraude. Pretenderá reeditar las guarimbas violentas del pasado. Fracasará nuevamente, porque no cuenta, ni siquiera con el apoyo de toda la oposición, menos aún con el apoyo del pueblo de a pie, sea él chavista, indeciso e incluso opositor. La mayoría quiere un ambiente de paz y armonía. Y esa aspiración mayoritaria la encarna Nicolás.
Los que han emigrado, por las razones que sean, en nada les beneficia que la oposición extremista tome las riendas del gobierno en Venezuela. Veamos ahora en ese contexto, cuáles son las perspectivas después del hecho electoral.
Frenados como serán los intentos de violencia guarimbera, y reducida a su mínima expresión la oposición extremista, a nuestra patria se le abre un horizonte que se pierde de vista para seguir su crecimiento económico y garantizar a los venezolanos una mejor calidad de vida.
Las tendencias observadas en el cuadro geopolítico mundial favorecen a los partidarios de un mundo pluripolar y multicéntrico, donde nuestra patria juega un papel fundamental. La energía y con ella el petróleo seguirán marcando el rumbo de los acontecimientos. A Estados Unidos le resultará cada vez más difícil lograr la hegemonía que aspira.
La decisión de Rusia de reducir su producción petrolera más allá de los 500 millones de barriles, previamente decididos en febrero del año en curso, favorece a los países productores como Venezuela en cuanto a unos precios del petróleo en límites racionales que no afecte a los productores ni contraiga la demanda.
Así, pues, en un ambiente de paz, diálogo y estabilidad institucional, todo plan que se emprenda en cualquier área de la economía tiene los requisitos necesarios para darle confianza a los inversionistas y que se desarrolle de manera exitosa, generando empleo e ingresos al país.
Sólo pensemos que en unas condiciones adversas como las que vivió el país, no sólo no lograron crear el caos que aspiraban, sino que el pueblo resistió y el país experimentó modestos signos de crecimiento en los últimos tres años. Las
condiciones que se avecinan serán sin dudas favorables para un crecimiento más acelerado que tendrá un efecto multiplicador en todos los órdenes y sentidos.
Naturalmente que en este nuevo ejercicio gubernamental necesario es que el presidente reelecto tome nota de los errores cometidos por omisión y/o comisión. Hay que ser vigilantes con vicios como la corrupción, la burocracia, la negligencia y la desidia. Y esa vigilancia debe ser la antesala para tomar las medidas correctivas y/o punitivas que sean necesarias.
Muy importante es que en las relaciones con los aliados dejemos a un lado el conservadurismo, y con inteligente audacia, establezcamos los acuerdos que nos permitan hacer lo que hay que hacer con mayor eficiencia. Ser un país potencia, como tanto y con mucha frecuencia vociferamos, se logra más haciendo que diciendo. Es decir, debemos pasar de la palabra a los hechos, de la teoría a la práctica.
Tenemos con qué. De eso no debe haber duda alguna. No es cuento que contamos con uno de los partidos mejor organizados del continente. Si a ello sumamos u-n pueblo guerrero y con un alto grado de conciencia política, no hay ninguna excusa para no lograr lo que nos propongamos.
Queda, entonces, por delante un panorama esperanzador, a mediano y largo plazo. Podremos luego afirmar, como decía el timonel de la revolución China, Mao Tse Tung, "NADA ES IMPOSIBLE, SI UNO SE ATREVE A ESCALAR LAS ATURAS"