Necesitamos nutrirnos de figuras públicas, conocedoras del campo político e ideológico, a fin de suscitar el mayor apoyo de partidista desde la base colectiva. La transformación del Estado costo cien, (100), años de desarrollo con el trabajo esforzado de los venezolanos y residentes, pero, hemos visto la desconstrucción del mismo hacia la ruina industrial y la pobreza de un pueblo por la caída de los salarios, indicando que hay factores apremiantes hacía el cambio. Los candidatos presidenciales deben ser preparados en el campo ideológico, partidista y diplomático.
Desde 1992, el país ha vivido en un deslinde que ha trazado una ruta en la crisis que busca erosionar la voluntad de los partidos, y abrirles las compuertas a los grupos económicos. Las reformas que se le hicieron al Estado es para reforzar intereses de una tolda partidista, que en base a un diagrama publicitario se beneficio en parte con el voto popular. Esto, ha traído desgaste en los ciudadanos que desean un campo de renovación en este sentido.
Venezuela, ha estado bajo la cresta de una ola critica al sistema, a sus partidos, y a los factores de poder fundamentales. Las reformas aplicadas enfrentaron la corrupción, donde la sociedad civil fue prácticamente aislada por la casta militar. Originando que la participación de los ciudadanos fuese escamoteada desde el poder central. Lo que implico contradicciones en el liderazgo dominante, y la sociedad se escindió en dos grandes bloques sociales y de opinión. Los de arriba frente a los de "abajo". Esto, trajo una consecuencia letal, la ira colectiva lo simbolizaban los dirigentes políticos y los partidos. Era una respuesta, a la sensación que prevaleció en la sociedad venezolana desde los años 80. Quizás sea una percepción imprecisa como injusta, pero, era la que dominaba hasta traducirse más adelante, en el tiempo del comandante Chávez, hasta niveles superlativos. El sistema democrático hay que promoverlo mediante un avance netamente democrático. Se debe quitar la ceguera de un liderazgo dominante, estamos viviendo un momento estelar para regir el destino de la patria, es necesaria nuestra participación en un proceso abierto de elecciones.