A propósito de Alí Primera, que "...el que ha sido marinero cuando ve la mar suspira / y el que vive en la oscurana con mucha luz se encandila…", parafraseo a la cotilla, que "...el que ha sido buen gallero / le apuesta es a gallo fino / no se embarca, no dice tal cosa / pero tal y que se yo sí / …"
Así que los margariteños / que bien inteligentes son / y de las margariteñas / que ni hablar de portentos, además de bien bonitas, ¡eh, a defender la paz este domingo 28J!
Morel, que chavista no es, dispuso un mensaje para la red y que vía celuloko llegó hasta aquí, a la escuelita donde ahora me encuentro disfrutando un solaz, y el cual mensaje me fue leído por la institutriz muy pausadamente porque yo soy de poco entendimiento; asimilar la cartilla cuando me la deletrean no es mi fuerte, pero cuando se trata de ciertos temas de interés, entonces entiendo, observo con suficiente claridad.
Le dije a la maestra (o Institutriz), ¡oocñ, es seguro que los extremistas y toda su cohorte van a empezar a ponerle sobrenombre a Morel y cuidado como lo llaman alacrán y le espetan toda suerte de improperios pero, Morel parece tener la astucia de un gato!
Todo eso me hizo evocar una poesía de un (creo que) mejicano (o si se prefiere, mexicano) llamado Juan de Dios Peza al que se atribuye ser creador de la prosa poética "Verdades amargas" (o algo así) uno de cuyos párrafos dice "… hay algo de virtud en el malvado / y algo de maldad en el virtuoso…).
La paz beneficia, o debe beneficiar, a todos. Independientemente de quien la proclame la paz debe ser nuestro destino; de modo que Morel, sea adeco que milita en Copei o/y viceversa, tiene razón en alertar al Estado Nueva Esparta a que se pronuncie por la paz y no por la guarimba sangrienta.
Sin paz no hay desarrollo democrático sustentable alguno. Desconocer los poderes del Estado ---en este caso al Poder Electoral--- es un acto delincuencial y a eso hay que pararle los mochos.
Aquí cabemos todos los venezolanos y las venezolanas de buena voluntad. Es de observar que Morel no califica ni descalifica a nadie en su escrito (según me dice la Institutriz; [ah, aclaro que yo no sé leer pero me escriben]).
Ñapa:
¡Hoy no hay ñapa!