Después de las elecciones presidenciales del día domingo 28 de julio del 2024, no hay ninguna duda de que estamos en presencia del desarrollo de todo un plan insurreccional por parte de la ultraderecha nacional y que cuenta con el apoyo de diversos sectores de la extrema derecha internacional, que tiene como propósito principal, desconocer el triunfo electoral del Presidente de la República Bolivariana de Venezuela, Nicolás Maduro…
Para muchísimas personas, consideran que no es nada casual, varios acciones políticas que están encadenadas al plan "B" insurreccional: inscripción de una candidatura presidencial tapa – afiche y que luego rechazó la firma de todos los candidatos para respetar los resultados electorales, para sumarle "otros detalles" de las estrategias que estaban desarrollando, cuando no esperaron a que El Consejo Nacional Electoral , emitiera el primer boletín oficial y definitivo, para informar de que ellos ya tenían los resultados electorales, en donde supuestamente ellos ganaron las elecciones presidenciales por una soberana paliza de 70 a 30…
¿Que hizo la radical extrema derecha antichavista a partir del día lunes 29 de julio?...llamó a la calle a sus partidarios y espontáneos comanditos del terror (¿ángeles o demonios?) para que hicieran desastres sin importarles absolutamente nada las consecuencias producidas por cualquier cantidad de actos violentos, que cuando se analiza lo que ha ido pasando en una sola semana después de las elecciones, parece más bien "un parte de guerra"…
Hasta ahora no se sabe con exactitud el número de muertos y heridos, lo que sería el aspecto más lamentable de los efectos de ésta conspiración de la ultraderecha basada en un enfermizo odio político en contra del gobierno nacional y a todo lo que representa el chavismo.
Ejemplo claro son los mensajes destructivos por parte de la intolerancia y el fanatismo político, lo podemos observar con la destrucción de varias estatuas en varias zonas del país, desde el Comandante Hugo Chávez, pasando por el indio Coromoto, sin olvidar que hasta intentaron derribar una estatua del Dr. José Gregorio Hernández, situación que parece extremadamente inexplicable éste tipo de irracionalidad y salvajismo de los comanditos.