Bastante se ha opinado sobre el reciente proceso electoral por lo que en este escrito me limito a destacar tres elementos que, a mi entender, han incidido tanto en la gran cantidad de votos reconocida por el CNE obtenidos por la derecha fascistoide, como en la abstención de votantes nuestros. Elementos que merecen ser investigados y tratados adecuadamente para que el proyecto bolivariano pueda seguir su curso.
El primero de ellos y más difícil de digerir, la impunidad. Resulta dantesco que un personaje casi desconocido, con fama de haber participado como agente de la CIA en la implementación del Plan Cóndor en El Salvador, haya sido aceptado ¿dos minutos antes o después de la hora límite? como candidato a la presidencia de La República Bolivariana de Venezuela, sin al menos condicionar su aceptación a la verificación de sus antecedentes.
Igualmente dantesco que la inhabilitada señora Machado, -teniendo pendiente un proceso judicial congelado por la ex fiscal Ortega (Eligio Rojas dixit en el portal de La Iguana) y luego de haber promovido intervenciones extranjeras y la aplicación de medidas coercitivas unilaterales contra los venezolanos y de haber apoyado la toma de ce decisiones en contra Venezuela en la OEA en calidad de representante de Panamá siendo diputada de nuestra AN- sea apreciada como lideresa política por una porción importante de venezolanos.
El segundo elemento que explica tanto el caudal de votos por González como la abstención es la falta de formación política, particularmente evidente entre quienes, sin compartir los intereses del imperio y de "los apellidos", votaron por la oposición extrema. Supongo que más en contra del dictador.. -personaje de ficción creado por el poder mediático Occidental- que a favor del dúo antes señalado.
Cabe preguntarle a esos votantes si han oído hablar de dictadores que en procura de la PAZ hayan convocado diálogos, referendos y elecciones o hayan dado "una segunda oportunidad" a traidores y políticos delincuentes.
Finalmente, el tercer aspecto que deseo destacar es el ocultamiento y la tergiversación de elementos informativos y formativos coadyuvantes del desarrollo de la inteligencia emocional y del pensamiento complejo/crítico requerido para comprender la geopolítica mundial y su incidencia sobre la dinámica regional y nacional. Comprensión indispensable para desenvolverse con relativa fluidez en la transición civilizatoria que nos toca vivir.
Ocultamiento acompañado de una intensa manipulación psicosocial basada en la difusión por todo tipo de medios -comunicacionales, educativos, recreativos, lúdicos…- de principios y antivalores estimulantes del individualismo y el consumismo, lubricantes del sistema, y de la idoneidad e ineludibilidad del orden global vigente/decadente, urdido y operado por el 1% de la población mundial.
Orden que atenta contra la soberanía, la autodeterminación, la interacción respetuosa, solidaria y constructiva entre naciones y, más grave aún, amenaza la sobrevivencia de la VIDA en el Planeta.
Vencimos y seguiremos venciendo
(Basado en el artículo publicado el 09 de agosto de 2024 en el Correo del Orinoco)