Estados Unidos, nos cerca, nos cierra, nos agrede no solo comercial o diplomáticamente sino que también pone trabas a la proyección normal de nuestra imagen en el exterior afectando igualmente mentes y conciencias inclusive de muchos venezolanos que se ven sometidos a un bombardeo de mensajes incompletos, tendenciosos, falsos que crean una realidad distinta a la que vivimos en el país con la intención de provocarles conductas más acorde con sus intereses imperialistas de robarnos nuestras riquezas.
Es necesario por tanto romper ese marco comunicacional opresivo y desfavorable en el que Estados Unidos quiere encerrada a Venezuela, siendo fundamental para ello realizar una estrategia comunicacional efectiva que permita cambiar la percepción pública internacional sobre el país, lo que es complejo pero no imposible de lograr, si fortalecemos las acciones que el gobierno nacional realiza, manteniendo un enfoque integral de medios, mensajes y receptores
Es esencial mantener la difusión de información veraz y objetiva sobre la situación en Venezuela a través de medios de comunicación nacional e internacional, redes sociales y otros canales de difusión, los cuales además puedan o pueden ser corroborado por los lectores en otros medios o por información directa en el país.
Acompañar esta difusión con información que resalte los logros y avances de Venezuela en diferentes áreas, como la educación, la salud y la cultura entre otros aspectos. Incluir las iniciativas o proyectos en curso de garantizada ejecución y los problemas que con ellos se espera contribuir a solucionar. Tanto el Gobierno como el PSUV deben aderezar sus planteamientos con la siempre olvidad y temida autocrítica, la cual humaniza la gestión y al gestionador e incrementa igualmente la aceptación y la credibilidad, cuando esta autocrítica es sincera.
Mantener la participación de expertos y académicos en deliberaciones y discusiones sobre Venezuela para ofrecer esa visión equilibrada de la realidad del país. Esto siempre se ha hecho aunque creo que es necesario ampliar los invitados de otras nacionalidades, Perú, Chile, para que aporten su visión y perspectivas
Cuidar el alto perfil de la diplomacia comunicacional, que conlleve el trabajo con aliados para difundir mensajes que contrarresten la desinformación y que muestren la visión más equilibrada de la situación en Venezuela que necesitamos. Ello puede conllevar a conexiones con países y organizaciones internacionales que favorezcan la soberanía y autodeterminación y divulgar este apoyo a través de comunicados oficiales y acciones diplomáticas.
Apoyarse en el uso de medios alternativos para brindar una perspectiva diferente a la narrativa predominante. Esto incluye prensa independiente, blogs, plataformas digitales y redes sociales e implica utilizarlas de manera indispensable para difundir información correcta y resaltar aportes venezolanos en otros países y sus historias positivas. Crear hashtags y campañas virales que enfoquen temas de interés global, como verdaderos derechos humanos, acceso a la salud buscando mayor visibilidad a la posición venezolana y tratar de incrementar sus seguidores.
Utilizar como gancho para atraer público, impartir cursos en línea y educación mediática tanto dentro del país como en el extranjero, capacitándose en áreas tal cómo identificar desinformación y manipulación mediática.
Aunque sabemos que esta tarea de enfrentar la narrativa imperialista contra nuestro país es inmensa y morrocotuda, exigiendo además una gran cantidad de tiempo para notar buenos resultados, mantener una respuesta a sus pretensiones y el uso de una combinación de estas estrategias podría ayudar a cambiar la percepción internacional sobre Venezuela y generar un marco comunicacional más positivo y justo.
También se debe considerar revertir el sentido de las campañas mediáticas, preparando respuestas a su público nativo para mostrarles como el imperialismo y el capitalismo no trabajan por ellos sino por sus intereses y descuidan el bienestar de la población, principalmente de los trabajadores y marginados.
Superar el marco comunicacional negativo e imperialista que envuelve a Venezuela en los medios y redes es un desafío complejo, pero no imposible, entendiendo que la tarea no es de días o semanas sino de mucho más tiempo y aunque desde los tiempos de la Guerrilla Comunicacional de Chávez, se ha hecho mucho la tarea está lejos de culminar.