¿Estás cansado de ver el odio y la negatividad propagarse como la pólvora en las redes sociales? ¿Alguna vez te has preguntado de dónde viene toda esta animosidad y división? No busquemos más que los generadores de odio, los generadores de odio que prosperan difundiendo negatividad para obtener beneficios políticos.
En la era digital actual, es más fácil que nunca para los políticos y sus partidarios utilizar las redes sociales como herramienta para manipular e incitar al odio entre las masas. Estos generadores de odio se aprovechan de los miedos y las inseguridades de las personas, utilizando un lenguaje divisivo e información falsa para despertar emociones y crear una sensación de nosotros versus ellos.
Pero ¿por qué estos generadores de odio recurren a esas tácticas? La respuesta es simple: poder. Al sembrar semillas de odio y discordia, pueden reunir a sus bases, ganar apoyo y, en última instancia, asegurar su posición de autoridad. Es un juego peligroso que juega con las emociones de las personas y puede tener consecuencias duraderas en la sociedad en su conjunto.
Esto lo entendemos bien, y sobre todo del como se ha sembrado en Venezuela con fines exclusivamente políticos. Imponer la violencia para causar temor o terror en el adversario. Este terror está bien estudiado. Inmovilizar y neutralizar cualquier respuesta que los combata. Y así poder imponer su posición. Ellos mismos, los más descarados, lo decían abiertamente. ¡Esto no es electoral! ¡Nunca ha sido electoral y quien crea que es electoral, no sabe de qué se trata todo esto!
Por eso es que el FRAUDE solo es la excusa para la imposición de la violencia para buscar la parálisis del adversario y su inacción. Al menos esa era la primera etapa, lograr la confrontación directa y causar la percepción de una guerra civil. Entonces vendría la segunda parte. La intervención militar. Porque sin la violencia y la confrontación, o sea, la percepción de guerra civil, una intervención militar no se vería de "buena manera".
Cuando esos pasos necesarios no se cumplieron. Fallaron. Ahora, toda esa violencia y confrontación; el terrorismo de redes y el terrorismo real en las calles, no pueden justificarlas realmente. Pero existieron. No las pueden negar. El juego ahora está en minimizarlas, desaparecerlas, o trocarlas y hacerlas ver como "represión" del Régimen (que quisieron tumbar y no pudieron).
Ahora después que quemaron, mataron, desaparecieron, golpearon, asustaron y aterrorizaron a medio mundo. Ahora se escudan como perseguidos políticos del régimen e incluso supuestos izquierdistas le siguen el juego, hablan de represión, de autoritarismo, de persecución a la protesta. DESCARADOS. CARA E´TABLAS.
No se puede dejar de lado todo el terror que causaron. Debe haber responsabilidades objetivas y subjetivas. Debe castigarse con toda la dureza que se pueda. Porque esa violencia terrorista no debe quedar impune. Sería lo más terrible que podría pasar.
Y después de la justicia, debe venir la prevención.
Entonces, ¿qué podemos hacer para combatir estos generadores de odio? El primer paso es la concientización. Al reconocer los signos de manipulación y propaganda, podemos protegernos mejor a nosotros mismos y a nuestras comunidades de ser víctimas de sus tácticas divisivas. También debemos responsabilizar a estos generadores de odio por sus acciones, denunciando sus mentiras y desinformación cada vez que los veamos.
En última instancia, depende de nosotros, los alumnos de la sociedad, enfrentarnos al odio y la intolerancia y crear un espacio digital más inclusivo y respetuoso para todos. No permitamos que los generadores de odio dicten más la narrativa. Es hora de recuperar nuestras plataformas de redes sociales y, en cambio, difundir positividad y unidad. Juntos podemos marcar la diferencia y construir una comunidad en línea mejor y más armoniosa.
El amor y la paz deben ser tendencia y tener muchos "LIKES".