Alrededor de unas declaraciones del Presidente de la Bolsa de Valores de Caracas, la ultra derecha enemiga de la paz en Venezuela está creando una polémica que en nada contribuye a la marcha de los negocios en el país, lanzando groserías e insultos en el camino al mejor nuevo estilo de María C.
Hay que recordarle a La Patilla, (¿financiada por la derecha española?) que es el impune vocero comunicacional de esta derecha, que fueron los empresarios quienes convencidos por posiciones políticas, quienes lanzaron un saboteo y parálisis de la producción. Ahora es que se ven algunas señales tímidas de superarse esta recesión inducida y donde es necesario la conjunción de esfuerzos de los políticos y el Gobierno, las empresas y sus líderes y la comunidad con sus organizaciones para lograrlo con grandes dificultades. Esa es la nueva realidad que se está forjando y el retorno al pasado empresarial paralizante no puede ocurrir y si ustedes se están sumando a esas acciones de terror para todos, me imagino que el gobierno ya ha aprendido lo suficiente para contenerlas y evitar su avance.
Por supuesto que para las nuevas tareas deben surgir nuevos dirigentes y aunque el Presidente de la Bolsa no tiene apellido de marginal, tiene nuevas visiones que le dan en el pecho a la derecha que espera la incondicionalidad de todos al mejor estilo fascista mientras que hay empresarios que quieren sumar al esfuerzo unificador venezolano, unidad que la derecha odia. La derecha terrorista y sus medios como La Patilla y sus periodistas, no tienen una solución capitalista a los problemas de hoy de Venezuela, porque el capitalismo no tiene esa solución sino el socialismo, todo ello los lleva a encontrar afuera, en los Estados Unidos o en la sometida España a la monarquía, formas imposibles de solución a los planteamientos venezolanos.
En el artículo de La Patilla, cargado de un odio que difunde e instiga hacia el Presidente de la Bolsa, hay elementos a considerar, siendo el primero que defender las posturas del gobierno no es ningún delito en Venezuela excepto según ustedes y sus periodistas, por lo que acusar a un venezolano de hoy de oficialista, donde la mayoría voto por el gobierno, es un agravante al odio que ustedes propalan al convertirlo en un delito de opinión y de posición. Otro elemento es que niegan a los empresarios que expresen su opinión sobre la situación política y económica del país y quieren acallarlos. La voz del sector empresarial es crucial, ya que están en la primera línea de los efectos de las políticas gubernamentales y las sanciones internacionales y son un factor con el que se cuenta para avanzar en la superación de la Venezuela actual.
Es que lo que expresó el Presidente de la Bolsa es una verdad que comparten todos los empresarios y que ustedes, la derecha extrema vinculada a Estados Unidos, a Trump y a la España monárquica niegan desde su bilis y es que la derecha terrorista no ofrece estabilidad ni la eliminación de sanciones, lo que le da un final a sus acciones. Muchos empresarios desean estabilidad y un entorno predecible para invertir y crecer. Las sanciones pueden afectar sus operaciones, y la falta de opciones viables por parte de la oposición busca mantener un sentimiento de desesperanza.
Con la derecha los empresarios están perdidos. Solo la cooperación con el gobierno, con otras empresas, clonar experiencias exitosas, puede hacerles recuperar los altos niveles de rentabilidad que hoy se ven imposibles.
El privilegio de opinar no se debe restringir solo a una parte de la sociedad. Ustedes lo que quieren es ser los únicos que opinen o lo hagan aquellos que estén de acuerdo con sus tramas y conspiraciones. Si bien las opiniones de los empresarios pueden ser criticadas, también pueden son completamente válidas si reflejan preocupaciones legítimas sobre el futuro económico del país, son un agente activo en la economía del país y además deben responder día a día a las observaciones de los consumidores.
En cuanto a groserías e insultos, los periodistas y editorialistas de La Patilla pueden consultar obras ya famosas como "Mis mejores improperios" o "Insultos y ofensas completas" del señor Ramos Allup ya dadas a conocer por Los Robertos en sus programas televisivos.