Romance mediático

Jueves, 29/08/2024 12:30 PM

  • Cuando el amor llega así de esta manera, uno no se da ni cuenta. El carutal reverdece, el guamachito florece y la soga se revienta.¡ Uno no tiene la culpa¡.

Los Caminos del Señor son misteriosos, así comienza un Eclesiastés, pero las relaciones entre las personas también son misteriosas y algunas veces, por no decir otra cosa, extrañas.

Hoy vemos a dos personajes, uno del mundo político, el presidente de Argentina Milei y otro del mundo económico, Elon Musk, piropearse públicamente y prometiéndose ambos, una amistad idílica, casi eterna y yo diría hasta donde los intereses permiten la eternidad. Recordar el dicho popular: "el amor y el interés se fueron al campo un día, pero más pudo el interés que el amor que le tenía"

Dos personajes, ávidos de publicidad, que no pierden ninguna ocasión para dar las declaraciones más rimbombantes y estrafalarias: Uno, dice que habla con el "alma", de sus perros muertos, que según afirma, son sus asesores políticos y el otro, quiere llegar al Planeta Marte, como jugando Monopolio, sin pasar por Go.

¿Cuál más estrambótico?, ¿Cuál más pantallero,¿ Cuál más bocazas?, ¿Cuál personalidad más trastornada? y podríamos agregar otros cuales más.

El primero de ellos, que no tiene la estirpe, del Gaucho, que describe poéticamente Martín Fierro, se ha propuesto, por mandato del "alma de sus perros muertos", acabar de raíz con todo pensamiento de izquierda, no sólo en Argentina, cuna del "Che" Guevara, sino en todo el universo. Ese afán lo tuvo también Macri, su asesor entre bastidores y recibió un "Palo Cochinero".

El Segundo, con sus sueños marcianos, autoriza, aunque luego dice arrepentirse, una operación para cambiarle el sexo a su hija de sólo 12 años, en plena formación de su personalidad.

Eso de que ahora se arrepiente de la decisión, no se lo cree ni su actual, concausa, Milei. Suficiente madurez debería tener a su edad, para decir ahora, lo que la prensa reseña:

"El empresario también afirmó haber sido engañado para firmar la documentación necesaria para el cambio de género de su hija, Vivian Wilson". Ahora, Musk, le echa la culpa, según declaraciones, al progresismo". El flamante dueño de X, luego declaró que su hija era una especie de "perra muerta" y ella, rápidamente le respondió y fue publicado por los medios "Me veo bien para ser una perra muerta".

Observando a estos estrambóticos personajes, de conducta ruin, llenos de confusiones mentales, de manifiesta desviación, acusados incluso, de sospecha por drogas, de sentimientos tan dudosos y extraños, me pregunto cuánto daño pueden hacerle a una sociedad y sobre todo si llegan a ser líderes gubernamentales como es el caso de uno de los nombrados (MIlei) o tener poderes financieros y mediáticos, como es el otro caso, (Musk).

O es que en pleno Siglo XI, vamos hacia un mundo Bizarro, al revés, donde los valores estén invertidos, la fuerza de la armas se impongan sobre la razón, la realidad virtual sobre la real, la mentira sobre la verdad, la sustitución de las ideas religiosas por la brujería y la hechicería y lleguemos a un estado demencial repitiendo consejas sin sentido, como las de que puso Cervantes en boca de Don Quijote:
"La razón de la sinrazón, que a mi razón se hace, de tal manera mi razón enflaquece, que con razón me quejo de la vuestra fermosura".

Lo peor, medito yo, es que estos personajes excéntricos, con desviaciones manifiestas, para no calificarlos de otra manera, arrastran en sus delirios a miles de personas, porque tienen poder mediático y dinero a raudales para hacerlo, aunque luego, los que los sigan se queden en el abismo y ellos disfrutando de sus extravagancias.

Estos dos personajes que se apurruñan por los medios, hasta donde yo sé, serían los pacientes ideales que un investigador como Sigmund Freud, padre del Psicoanálisis, tendría en su Butaca para escudriñarles la mente y con toda su sapiencia, seguramente, le costaría, sacar tanta basura acumulada.

Sobre Musk, un importante medio acaba de afirmar:

"El medio británico Financial Times advirtió en un reciente artículo el "peligro" para las democracias que representa el multimillonario Elon Musk, dueño de varias empresas tecnológicas entre las que destaca la red social X (antes conocida como Twitter), por su apoyo a grupos radicales de extrema derecha y al supremacismo blanco". Es decir que estos personajes, ególatras, con deseos de control desmedido pueden proponerse cualquier aventura, dinero para ello no les falta y personalidad distorsionada tampoco, para acometerla.

La X, que hoy simboliza la poderosa empresa que dirige Musk, hay que ponerla ahora, como interrogante (¿?): ¿Hasta dónde puede llegar un romance mediático como el de ambos personajes desviados y estrafalarios? ¿Qué tanto daño pueden causar a los seguidores que pueden cautivar y a la sociedad en general?

 

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