"El odio es la furia/cólera de los débiles"
Alphonse Daudet
Los gobiernos de AD y COPEI se mantuvieron por varias décadas en el poder, amparados en una férrea y permanente vigilancia de todas las instituciones del estado y, el que era apresado en alguna actividad considerada, como un peligro para la democracia, el cual solamente favorecía a las direcciones de esos partidos y a la vez servía a los intereses de los gobiernos gringos, el cual habían convertido el país, en un depósito para llevarse los recursos necesarios para echar adelante su economía a precios de regalo –petróleo y hierro–era juzgado sin ninguna contemplación, no sin antes darle un paseíto por cuanto albergue de terror tenían preparado, con la asesoría de la CIA, por medios de cursos y, el método más utilizado era el terror y la tortura, cuando no los desaparecían.
Por eso la llegada del comandante Chávez al poder, significó un duro golpe, tanto económico, como emocional para los principales dirigentes del bipartidismo, del cual no se han podido reponer, a tal punto, que se fueron consumiéndose a la par de los caserones viejos, donde hacían vida esas organizaciones y, en el mínimo rincón del país se encontraba un local, con el cartelón identificando a esos partidos, sobre todo AD, porque COPEI, a pesar, que en el fondo jugaba el mismo papel, no tenía esa proyección; su principal relación era codearse con lo más selecto de la burguesía criolla y por algo se autodenominaba socialcristiano. Pero a la hora de actuar, no aplicaban lo social y lo cristiano, simplemente era para marcar una diferencia en las relaciones personales o cuando hacían presencia en las iglesias.
Nunca se imaginaron las direcciones de esos partidos, que a partir del mandato del comandante Chávez, se iban a hundir y por mucho pataleo no han podido salir a flote y cada día agarra más fuerza la sentencia ¡no volverán! Han tratado por todos los medios posibles de recuperar el espacio perdido, pero antes la desesperación, ya que, se les ha hecho imposible, han recurrido a la violencia, con los resultados ampliamente conocidos, para después negar, cualquier vínculo con los que son apresados in fragantes en las guarimbas. En estos momentos están atentando contra la paciencia del gobierno venezolano, con la ayuda del poder mediático, el cual está llegando en ráfagas, desde gobiernos arrastrados al servicio de los intereses gringos, ya que, todo lo niegan e incluso en muchos casos se hacen las víctimas.
Es el mismo libreto aplicado, por instrucciones de los gobiernos estadounidenses, cuando se rebelan pueblos enteros al no aceptar sus imposiciones, como ha sucedido aquí en Venezuela. La revolución cubana, abrió ese camino por donde transitan muchos pueblos, pensando en quitarse el yugo impuesto de distintas maneras, empezando por la moneda estadounidense, el cual ha significado el principal soporte del imperialismo para penetrar las economías, hasta debilitar las monedas de países, como es el caso del bolívar, para terminar, creando verdaderos ilusos abombados de una pedantería absoluta, por el simple hecho ver los dólares, como la salvación, hasta de la propia muerte.
Para esta tarea criminal se han prestado, los que tienen las ínfulas encendidas de saber de economía, pero siempre en defensa del capitalismo, algo así, como un Adam Smith. Hablan de todo, pero siempre aplicando su manera subjetiva y mal intencionada hacia el gobierno venezolano. Uno de esos personajes, es Rodrigo Cabezas, quien estuvo en el gobierno del comandante Chávez y al salir emprendió un viraje supersónico y, sin ninguna vergüenza aterrizó al lado del autoproclamado Guaidó, pero al ver, que nada estaba fácil se mantuvo agazapado, como los verdaderos oportunistas, pero sin dejar de exudar la enfermedad del odio. Ahora, sale cuestionando la emisión de billetes de 200 y 500 bs, con un argumento, como para hacer reír, en el cual uno de los grandes culpables es él, precisamente por aplaudir la dolarización y de ahí parte la grave situación económica, que el gobierno del presidente Maduro, contra viento y marea viene solventando.
La tarea era culpar al gobierno de todos los males habidos y por haber, al crear un bloqueo criminal y aplicar sanciones, que mucha gente del pueblo no entiende, pero lo siente en carne propia, cuando el dinero no le alcanza para satisfacer sus necesidades básica y por ahí se profundizó el odio, que cautelosamente iban introduciendo los mismos, que en las recientes elecciones andaban pidiendo votos, como esos curas, que predican el catolicismo, pero por la otra aplauden a los que no descansan en insultar al gobierno y en las homilías de los domingos antes de las elecciones hablaban más del gobierno, que del propio Jesús de Nazaret.
El que no tiene la razón, se equivoca o miente, así, cargue colgado en el cuello una colección de títulos universitarios. El motivo de emitir billetes de 200 y 500 es precisamente para destrabar el intercambio comercial creado por el dólar. Hace poco vi a un señor encolerizado, porque había recorrido una manzana entera de negocios y en ninguna parte le cambiaron un billete de 100 $; se expresaba con un odio propio de los que desconocen el motivo del problema, para finalmente después de calmarse expresar con cierta jocosidad: "no me queda otra, si no agarrar para Estados Unidos, donde los fabrican para ver si lo cambio". De este problema no dice absolutamente nada el economista y profesor universitario Rodrigo Cabezas, pero tan falso, como su propio presidente Guaidó.