La obra de teatro bufo que montó la oposición venezolana bajo el infinitamente largo título "Hasta el final" parece estar en su capítulo cercano al desenlace; acto que, aunque pudiera considerarse bufo por su forma, no deja de ser trágico, ni malvado, ni criminal.
La huida de Edmundo González Urrutia, ayudado por el gobierno de Nicolás Maduro Moros es una demostración de la capacidad de sacrificio de nuestro gobierno en aras de lograr la paz, González Urrutia necesitaba escapársele a María Corina Machado antes de que, en su macabro plan por lograr el poder, esta atentara contra la vida del anciano, que mas que protegido se sentía secuestrado.
Fue una salida monumental que deja a la oposición sin protagonista y a María Corina sola en su laberinto, también se irá del país, supongo, creo que ya estamos cansados de su rostro con esa sonrisa de Guasón y ese tono de voz de película de terror llamando a que la sigan siguiendo y seguramente su llamado aún cala en fanáticos que cual secta están detrás de ella.
Venezuela necesita pasar esta página y comenzar a trabajar en unión y hermandad entre todos nosotros, Venezuela necesita que cesen los partidos y se consolide la unión entre sus hijos, necesitamos de manera urgente dejar de ser chavistas u opositores.
El gobierno debe reorganizarse, ya la obra de teatro terminó, ya María Corina está derrotada en su maquiavélico plan de asalto al poder con el uso de los viejitos (que cuando jóvenes fueron mas malos que guardahumo, según se dice por ahí) ya lo que queda es que el CNE publique los resultados, en el formato que pueda, así sea en suma de palitos, si la página se dañó para siempre, ese punto es de vital importancia para la tranquilidad que necesitamos todos, tanto los que nos sabemos ganadores como aquellos que se creen que lo son.
El Estado necesita resolver el problema técnico que nos impide entrar a ver que pasó en cada mesa para que podamos corroborar que los números que el CNE publicó y que tanto el PSUV como el mismo CNE presentaron en físico al TSJ son idénticos.
Estos días desde el 29 de agosto hasta el 8 de septiembre han sido de ocupación total, en cuerpo y mente para evitar la guerra que la María Machado tenía montada con el financiamiento del Elon Musk, el pago a infinidad de influencers y la manipulación a los mas sagrado que tenemos: nuestros jóvenes, es decir, nuestros hijos y nietos.
Una vez dominado ese escenario, como pareciera el caso en vista de que Edmundo se les escapó a sus captores, Venezuela necesita que nos enfoquemos en la recuperación de la economía del país y en el recate de los valores que siempre nos identificaron, empezando por el más importante: La familia.
El gobierno de Nicolás Maduro para el período 2025-2031 debe romper con el modelo que venimos arrastrando, el punto dominante de nuestra sociedad no somos nosotros los que nacimos a casi a mediados del siglo pasado, el punto dominante son los muchachos que nacieron al final del siglo pasado e inicios de este: es a ellos a quienes hay que hablarles, es a ellos a quienes hay que oír, es a ellos a quienes deben estar destinados los esfuerzos del estado si queremos que el país avance al siglo 21.
Las políticas publicas deben ser manejadas por y para los jóvenes, es a ellos a quienes hay que brindarles el apoyo y es a ellos a quienes hay que convencer para que se incorporen al duro trabajo de la construcción del país que todos necesitamos, los jóvenes no quieren depender de que el Consejo Comunal tramite y logre que llegue algún día la bombona de gas ni mucho menos una bolsa de comida o una atención medica, Venezuela necesita superar ese modelo que fue imperativo durante los golpes continuados del 2002, pero que al perpetuarse se han transformado en algo muy odioso y muy odiado.
Venezuela necesita, una vez cerrado este capítulo que llega a su final con la huida de González Urrutia, que el gobierno se auto critique y que el PSUV, que pareciera no tener limites definidos y no se sabe si es un partido político o es el Estado, se reorganice en sus espacios, se democratice en sus dominios y los jóvenes y no tan jóvenes que desean aportar ideas y proponer acciones sean oídos y tomados en cuenta.
No todo lo malo que pasa en el país es culpa del bloqueo o de la oposición, miremos también lo que pasa en los ministerios, gobernaciones y alcaldía revolucionarias, esto, sobre todo esto ultimo es lo que Venezuela necesita con urgencia para poder organizar el resto.
La oposición se alimenta de los malos ejemplos que muchos "revolucionarios" representantes del partido y del gobierno (que muchas veces es una redundancia nombrar a ambos en una misma línea) y son esos ejemplos los que tienen a muchos de nuestros jóvenes cada vez mas alejados de la política que les corresponde manejar y atender.
Venezuela, en conclusión, necesita un cambio significativo en su política interna y externa, para poder ingresar al impresionantemente veloz espacio económico mundial.