Desde el día domingo 8 de septiembre del 2024, cuando llegó exiliado a Madrid el excandidato presidencial, Edmundo González, han surgido cualquier cantidad de interpretaciones y confirmaciones políticas sobre la actitud política de éste personaje jubilado desde hace rato de las funciones diplomáticas y que de paso, tampoco vivía en Venezuela, hasta que los sectores opositores más radicalmente antichavistas, le pidieron un primer gran favor: que prestara su nombre y apellido, para no perder la tarjeta electoral con la inscripción de una candidatura presidencial, ante el Consejo Nacional Electoral.
A partir de ese momento comenzaron en paralelo, otras negociaciones con el Señor González, cuando le dijeron que era probable que en el camino, podía ser sustituido por una candidatura presidencial definitiva y que mientras tanto, no era necesario mucha exposición pública, a lo contrario le pedían que actuara al más bajo perfil, hasta nuevo aviso.
Sin embargo, a raíz del rechazo por parte del CNE a la inscripción de una inhabilitada política (MCM) y como tampoco al interior de los sectores opositores ubicados en la ultraderecha nacional, no llegaron a ningún acuerdo con el gobernador del estado Zulia, Manuel Rosales y el rechazo a la presentación de "otra Corina" como posible candidata presidencial, no les quedó más remedio que negociar de nuevo, con Edmundo González.
Le dijeron que sería oficialmente el candidato presidencial de la ultraderecha política y que no se preocupara con las fuertes y agotadoras actividades proselitistas en la campaña electoral y que entendían y respetaban su edad y estado de salud y decidieron que Maricori haría toda la campaña por él y que simplemente llevarían un afiche con su cara en todos los recorridos y es por esa razón que se le conoció como el candidato tapa – afiche.
Hay un detalle nada menor, cuando en una de las pocas entrevistas que el señor González ha concedido, dijo que su compromiso original era de participar solo hasta el domingo 28 de julio, lo cual es coherente cuando se presentó (tipo escondite) el lunes 29 de julio en la mañana en la residencia del embajador de Los Países Bajos, para luego pasar a la embajada española y allí pedir asilo político.