Como los golpistas, triunfantes, se vuelven hasta contra sus colaboradores. Pablo Neruda y Eduardo Frei Montalvo

Lunes, 16/09/2024 04:13 PM

Nota; El presente trabajo forma parte de mi libro sin editar, "Golpes de Estado en América Latina". Como se lee en el título hace referencia a Pablo Neruda y al vulgar, represivo, tratamiento dado al gran poeta chileno, premio Nobel, aun en el momento que era trasladado de gravedad en una ambulancia a un hospital.

Pero también el caso de Eduardo Frei Montalva, jefe de la extrema derecha de la Social Democracia chilena, el mismo que se opuso que su partido, entonces bajo el control de Radomiro Tomic, apoyase en el Congreso la escogencia de Salvador Allende, quien había encabezado las elecciones en la primera vuelta, asunto que tratamos en entrega anterior, según el link : https://www.aporrea.org/actualidad/a334276.html. A Frei, la dictadura, pese haber participado en el golpe y dado apoyo por cierto tiempo a la misma, esta se lo "llevó en los cachos", tanto que hay serias evidencias que fue asesinado por sus "socios en el golpe". Su hija así la denunció ante el mundo.

Y este tratamiento dado a Eduardo Frei Montalva, es el mismo dado al senador Esteban Trueba, en la novela de Isabel Allende "La casa de los espíritus", lo que no por tratarse de una novela, es ajeno a la realidad.

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Alguien contó que, Pablo Neruda, recordaba las fuerzas del franquismo, como decir las del nazi-fascismo, quemando libros con odio y hasta con temor y también, como aquel régimen surgido después de la derrota de los republicanos españoles, dio muestras de terror a la poesía, por lo que se manifestó cruel con Federico García Lorca y agrega este escribiente, con Miguel Hernández, por sólo nombrar dos de las voces más altas envueltas en aquellos acontecimientos.

"Una de las experiencias más dolorosas de mi vida fue la quema de los libros que se hizo en el zócalo de la Facultad de Medicina. Hay que quemar todo lo que huela a marxismo, decían los militares".

Esas palabras fueron pronunciadas por la Dra. María de la Fuente, académica de la Escuela de Salud Pública de Santiago. Otros personajes declararon en abundancia cosas como estas:

"A mí me allanaron la casa, me quemaron los libros……"

Fue esa una práctica habitual, persistente y hasta festiva que se aplicó en Alemania, luego en España y por carabineros y policía política chilena una vez derrocado Allende.

En aquellos días cuando las fuerzas represivas recorrían las ciudades chilenas, allanaban cuanto espacio les resultase sospechoso, detenían de manera indiscriminada a ciudadanos y saqueaban bibliotecas, lanzaban los libros a la calle y con ellos hacían enormes hogueras. Parecían convencidos que en ellos estaba la culpa de la rebeldía popular y que constituían armas poderosas, herramientas eficaces a las que había que "neutralizar". Eran los libros las "Brujas de Salem" y una manera cómo las clases dominantes, a través de aquellos cuerpos represivos, desataban su odio y temor a la verdad. Esto me hace recordar una frase, creo que de la película "Queimada", de Gillo Pontecorvo, donde protagonizó Marlon Brando, en la cual se dice un poco quizás procazmente, "las ideas son como las ratas, el barco se hunde, pero ellas llegan a puerto seguro, montadas en alguna tabla".

La crónica periodística de Venezuela de los tiempos de Betancourt y Leoni, por sólo nombrar estos dos personajes y gobiernos, está llena de relatos más o menos parecidos a este: "En la madrugada, la policía política, Dirección General de Policía (DIGEPOL) detuvo a cuatro subversivos. Uno de ellos, identificado como

fulano de tal, mayor de edad y tres menores. En el allanamiento se les incautó material tan peligroso como pintura, brochas y abundante literatura subversiva. De esta, se encontró libros de Marx, Engels, Pablo Neruda y hasta de Rómulo Gallegos y Andrés Eloy Blanco".

La anterior no es una nota imaginaria, ni un sarcasmo, está fundamentada en lo que la crónica recogía todos los días. Como aquella cuando asesinaron en la ciudad de Puerto La Cruz a un joven y al día siguiente, la prensa que recogía las notas ya redactadas en los mismos cuerpos policiales que practicaban aquellos repulsivos actos, informó de la manera más formal, como quien hace la crónica de una fiesta: "Anoche, a tal hora los cuerpos policiales abatieron al joven de 17 años, Henrique Rodríguez, mientras éste cumplía labores subversivas".

¿Sabe usted, lector, cuál era la labor subversiva peligrosa, como para quitarle la vida a un joven, casi un niño? Empezar a pintar una consigna contra el gobierno; empezó, pues no llegó a pasar de la segunda letra de la primera palabra de la frase que se proponía pintar. Solamente había escrito "Ab". El muchacho inocente quiso escribir un grito rebelde y también inocente de: "Abajo el gobierno". No le permitieron ese grito y ningún otro, sino el de ¡ay mi madre!, mientras rodaba sin vida por el pavimento.

No debe pasar desapercibido el lector como para la policía de los gobiernos de Betancourt y Leoni, no sólo Aquiles Nazoa, sino hasta Andrés Eloy Blanco y Rómulo Gallegos, eran autores subversivos. Los dos últimos, como sabemos bien fueron respectivamente, un buen poeta y excelente novelista, ambos habían sido, en la cuarta década del siglo pasado, dirigentes de AD, partido que gobernaba cuando esas cosas sucedieron. Basta con registrar la crónica periodística de aquella época para encontrar abundantes pruebas de lo que aquí estamos afirmando.

¿Cuántos venezolanos recuerdan que, bajo el gobierno de Betancourt, en un país con bajo índice delictual en ese entonces, se rebajó la condición de lo que coloquialmente llamamos mayoría de edad de 21 a 18 años, únicamente para poder castigar con violencia y hasta maldad a los jóvenes, hasta ese momento "menores", que participaban en actos políticos pacíficos que, aun siéndolo, el gobierno los castigaba como si fuesen delitos?

Por estas cosas, sucedidas en Europa con el franquismo-nazi fascismo, en la Venezuela de IV República y en Chile después de la caída de Allende, cualquiera se alarma al ver a quienes hoy intentan deshacerse del gobierno de Nicolás Maduro, repetir aquellos hechos repugnantes como quemar libros. Con el agravante, que ahora en Venezuela no se han quedado en eso, hacer hogueras en las calles con libros, sino también incendiar bibliotecas enteras, con edificio, mobiliario y todo, hasta el extremo de incendiar universidades y escuelas de infantes con estos adentro.

Pablo Neruda: "Revisen bien, en esta casa hay algo muy peligroso…Poesía".

Caído el gobierno de Salvador Allende, Pablo Neruda, quien se hallaba enfermo y recluido en su casa vacacional de "Isla Negra", hubo de ser trasladado el 19 de septiembre en una ambulancia a la Clínica "Santa María", en Santiago; fue un largo y penoso viaje de seis horas para cubrir sólo 100 kilómetros, por los constantes controles militares, en un país en estado de sitio. A la salida de una población, varios carabineros detienen el vehículo y comienzan a revisarlo detenidamente, humillan al enfermo, ante lo cual, Matilde Urrutia, esposa del poeta, indignada, después de proferir una palabra gruesa, gritó más grueso todavía a quienes importunaban, supongo acompañándose de un ¡coño!: "En esta ambulancia viaja Chile".

¡Vaya frase! ¿Cómo pensar en Chile sin hacerlo de Pablo Neruda?

¿Hay alguna manera que, uno que nació y ha vivido siempre sintiendo el golpear de las olas del Caribe, piense en Chile y no rememore a Neptalí Reyes Basoalto o el Pablo Neruda, el mismo que cantó a aquel Quijote llamado Simón Bolívar, "el pequeño capitán", como le llamó, a quien vio en "la boca del Quinto Regimiento"?

El mismo que estuvo metido siempre en medio de nuestras tertulias juveniles y luchas por la justicia, libertad y hasta en las serenatas diurnas o nocturnas con sus "Veinte poemas de amor y una canción desesperada".

Las casas de Santiago e Isla Negra del poeta fueron allanadas y destruidas. Hay una versión de un amigo de Neruda quien fue a su casa de Santiago, dos o tres días después de la muerte del poeta, según la cual daba la impresión que por allí hubiese pasado un huracán. Eso se le hizo a Neptalí Reyes Basoalto, Pablo Neruda, para el mundo, quien fue miembro del Partido Comunista chileno, integrante de su Comité Central, pero también una de las figuras más altas de la literatura universal y motivo de orgullo para cualquier chileno que tenga la cabeza en su puesto.

En Isla Negra, Pablo Neruda, se burló de la represión, del miedo, con la invencible poesía de quienes, aun teniendo el poder, sospechaban, como todavía sospechan, que no tienen la razón y son usurpadores.

Hay una anécdota, contada varias veces, por diversos medios que, producido el golpe, estando Neruda en Isla Negra enfermo, el 14 de septiembre le allanan la casa. Un grupo de militares llegó hasta el dormitorio del poeta.

-"Revise bien" – dijo Neruda a quien comandaba el grupo invasor – "en esta casa hay algo muy peligroso para ustedes".

Uno de los oficiales, alarmado, preguntó al enfermo a qué se refería.

-"A la poesía", respondió el poeta.

Los golpes que ha armado y ejecutado la derecha en América Latina, así como sus componendas, cual "Pacto de Punto Fijo", comienzan por arremeter contra sus enemigos inmediatos, irrenunciables, pero luego la tendencia es imponer los conceptos más extremistas. En ello juegan un papel fundamental los intereses de Estados Unidos y los grandes capitalistas, de dentro del país que se trate o del exterior. Estos procurarán que la vida, la política y el Estado se organicen de manera que puedan obtener los mejores beneficios y dada las circunstancias o condiciones favorables, procurarán eliminar toda resistencia. Esto pasa, incluso por colaborar para derrocar una dictadura, cuando esta deja de ser ineficiente, como llegar a un límite de incapacidad para contener el descontento popular.

La dictadura en América Latina pues, mientras se afianza, avanza, intentará despejar el camino; quitar cualquier broza o piedra que estorbe su marcha. Al final, todo aquel que no los acompañe a su meta, la que no le consulta a otro que no sea la fuente de su poder, como el Departamento de Estado, será desplazado y hasta aniquilado. En fin, de cuentas, esos que apoyan desde el principio el golpe de Estado, esperando que los golpistas de derecha, retornen a la legalidad, sabiendo que eso encierra el riesgo de tener que devolver el poder a quienes se lo usurparon, no son más que "tontos útiles" que en un momento dado recibirán también su castigo. Por eso, pensando así para el mediano plazo, Pinochet dijo aquello de: "La adhesión a la Junta de gobierno implica renunciar a la Acción Partidista".

A Eduardo Frei también le llegó su momento

En el proceso hacia el afianzamiento de la dictadura y la eliminación de todos los escollos, le llegó el turno al mismísimo Eduardo Frei Montalva, jefe de la derecha de la Democracia Cristiana y quien había sido un colaborador de la dictadura, aun antes que se diese el golpe. El mismo que intentó evitar que la representación de su partido votara en el Congreso chileno por reconocer a Salvador Allende como presidente de su país, electo por la mayoría.

En diciembre de 1981, Eduardo Frei, ingresa a la clínica "Santa María" de la ciudad de Santiago, la misma a la que fue llevado Pablo Neruda en los días del golpe y donde murió el poeta. A Frei se le operó de una hernia de hiato, considerada una operación sencilla y rutinaria. Inexplicablemente, con los días, el paciente se agravaba y el 22 de enero de 1982 falleció.

Desde un primer momento, para los familiares y amigos del expresidente y jefe político de la Democracia Cristiana, aquella muerte estuvo envuelta en un misterio. Pasado un tiempo, el 13 de octubre del 2000, diez años después de defenestrado Pinochet, la senadora Carmen Frei, hija de aquél, manifestó a "El País", diario español: "…sus sospechas que la DINA (Policía Política de Pinochet) pudo haber asesinado a su padre".

Según el diario, la senadora pidió se investigara a dos químicos al servicio del organismo policial por haber envenenado a su padre. Agregó en sus declaraciones que a su padre: "se le encontró la bacteria proteus, muy poco conocida y que el informe de la autopsia había desaparecido".

La misma Carmen Frei, según el diario español: "sospecha que Estados Unidos proporcionó elementos químicos y biológicos a la dictadura militar y con ellos se produjeron venenos para eliminar personas".

También el diario español el 8 de febrero de 2011, reprodujo un cable de la embajada estadounidense en Santiago, de diciembre del 2009, en los términos siguientes: "Poco tiempo después de su muerte, dos doctores de la Universidad Católica vinieron a la clínica Santa María y efectuaron una autopsia de Frei sin la autorización de la familia. La muy inusual autopsia fue supuestamente efectuada en la habitación donde Frei murió, usando una cuerda para colgar el cuerpo de arriba abajo para drenar los fluidos del cuerpo en un recipiente. Algunos órganos, y en particular aquellos cuya composición química podría indicar envenenamiento, fueron sacados y destruidos y el cuerpo embalsamado".

Llama poderosamente la atención como en el cable se dan detalles que algunos periodistas calificaron de "macabros", casi 10 años después de haberse producido aquellos hechos, lo que junto a lo sugerido por la propia familia Frei, parecieran no dejar duda de la colaboración de alguna autoridad estadounidense con la dictadura para sacar del medio a Eduardo Frei.

En la búsqueda del esclarecimiento de este asunto, Carmen Frei, abundó en sus declaraciones: "les pediré concretamente al gobierno – de Piñera- y al presidente que se entregue al juez toda la información que la Central de Inteligencia del Ejército, la DINE, ha acumulado con el tiempo y posee en sus archivos".

Dijo además "El País": "Entre los acusados hay 4 médicos y dos personas asociadas con el aparato represivo de la dictadura. Uno de ellos Luis Becerra, quien admitió que era agente del servicio de espionaje chileno (CNI) e informaba sobre todas las actividades de Frei".

No obstante todo lo dicho sobre el comportamiento de las dictaduras con respecto a quienes definen desde su origen como enemigos y posteriormente contra aquellos que con ellas colaboran, creyendo que las cosas volverán a los cauces que aspiran, todavía nos queda por revisar el caso venezolano y particularmente el golpe del 2002, que depuso por breves horas al presidente Hugo Chávez y llevó a Miraflores a Pedro Carmona Estanga, Presidente de Fedecámaras, organismo que forman los empresarios venezolanos, de los cuales, su mayoría determinante, se ocupa de actividades improductivas, a expensas de la renta petrolera y apoyado por los militares de la derecha que controlaban los altos mandos.

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