No apoyamos el asesinato político de nadie

Sábado, 21/09/2024 12:46 PM

En los últimos días hemos presenciado una muestra de la esencia del capitalismo: la compra y la venta de todo, de los sentimientos, de lo material, del tiempo, del espacio y, sobre todo, de la vida; la del humano y, también, la vida de la naturaleza. Unos sicarios han puesto en venta el asesinato de personalidades del madurismo, del presidente y de diosdado. Es obligatorio fijar posición ante este detestable hecho.

Debemos dejar sentado, afirmar categóricamente que el asesinato político, el sicariato no es revolucionario, no pertenece a la esencia revolucionaria. La Revolución es, ante todo, una lucha por la vida, por su plenitud; su permanencia, su expansión, su armonía, es profundamente humana. La Revolución se guía por el principio de que "El fin determina los medios y los medios determinan el fin": no es posible por medios de muerte, transformando la muerte, el asesinato en una mercancía, llegar al objetivo, a la meta revolucionaria; proteger a la vida plena. Al contrario, por medios de muerte, elevando el asesinato a instrumento político, sólo se puede llegar a un sistema terrible de la antivida.

Lo que estamos presenciando en Venezuela en los últimos días es un hecho profundamente contrarrevolucionario, antivida, y nosotros lo repudiamos enfáticamente. Ahora bien, nos alarma, nos llama a preocupación el poco rechazo que este suceso ha tenido en el ámbito político. Nos recuerda el poema de Bertolt Brecht:

Guardé silencio.

"Cuando los nazis vinieron a llevarse a los comunistas,

guardé silencio,

porque yo no era comunista.

Cuando encarcelaron a los socialdemócratas,

guardé silencio,

porque yo no era socialdemócrata.

Cuando vinieron a buscar a los sindicalistas,

no protesté,

porque yo no era sindicalista.

Cuando vinieron a llevarse a los judíos,

no protesté,

porque yo no era judío.

Cuando vinieron a buscarme,

no había nadie más que pudiera protestar"

Hoy nos vienen a quitar la vida, descarnan la esencia del capitalismo, un sistema antivida, pero, "es la vida de nuestros enemigos, no nos importa". Por ese camino se establecerá un sistema de muerte, el horror, de permitirlo todo si es contra nuestros enemigos, y al final ese sistema se engullirá la vida toda.

Que quede claro, nosotros somos enemigos del madurismo, lo odiamos, con el odio legítimo con el que se odia a los enemigos de la Patria, recordando siempre las enseñanzas de Martí: Patria es Humanidad. Lo odiamos porque obstaculiza el camino hacia la vida, impide el establecimiento del único sistema que garantiza la vida plena, en armonía, para estas generaciones y las generaciones futuras. Lo repudiamos, queremos su salida, pero para retomar el camino de la vida, del amor, no el de la muerte, queremos que salga pero no por medios que nos conduzcan a un sistema peor, el de la barbarie establecida con terrible eficacia.

Debemos reflexionar hasta qué punto la política del pranato madurista, de la mentira, del pragmatismo, privó a la sociedad de su capacidad de reacción frente a la barbarie; hasta qué punto la política del pranato permitió el desarrollo de la mentalidad criminal que hoy observamos con estas propuestas de crímenes a la carta. Y debemos concluir que es necesario salir de este pranato madurista, pero para emprender el difícil pero necesario camino de sanación de la sociedad, y hacerlo antes de que sea tarde, de que la barbarie, definitivamente, nos alcance.

¡CHÁVEZ, VIDA, SOCIALISMO HUMANISTA!

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