El juego del gato y el ratón

Viernes, 04/10/2024 12:32 PM

  • Para ambos bandos, tiene vigencia este refrán: " Tanto va el cántaro al agua hasta que se revienta"

  • Este es un juego que lo comprenden hasta los niños, pero los adultos lo subestiman: el gato y la gata, maúllan, tienen las habilidades del felino, lanzan zarpazos y se esconden, buscan refugio en predios monárquicos, donde los acogen y amamantan. Dicen que todos los gatos de noche, son pardos, pero ellos trabajan también en el día. Por todos los santos, nos preguntamos ¿Hasta cuando el jueguito?

Esto de las conspiraciones e intentos de magnicidio contra el Presidente de la República Nicolás Maduro Moros, fomentadas pero por la ultra derecha y contrarrestadas por el gobierno nacional, se nos está pareciendo a la fábula del Gato y el Ratón.

No es que pretendamos banalizar, hechos tan graves como los denunciados, pero es que la respuesta oficial y de las instituciones jurídicas de Venezuela, son tan leninas que se nos parece un juego interminable donde los participantes evitan neutralizar al contrario.

¡Ratón que te pilla el Gato!

Comienza el juego y los gatos, con apoyo internacional y utilizando un mequetrefe nacional, montan todo un aparataje mediático y financiero para debilitar, para estigmatizar al ratón y esperar la oportunidad propicia para caerle a dentelladas. El ratón se defiende a medias, responde como las amibas, como por instinto, sin que haya una estrategia definida nacional e internacional para evitar en forma definitiva las dentelladas del gato, pero no obstante, pese a las deficiencias, logra evadir la persecución.

¡Ratón que te va a pillar ¡

EL gato prepotente, porque se siente apoyado, oxigenado por factores extra nacionales a los cuales les ha ofrecido las riquezas de Venezuela, se pavonea nacional e internacionalmente ofreciendo villas y castillos y preparando una nueva celada contra el ratón

La impunidad de la que disfruta el gato, por la inercia de las instituciones jurisdiccionales, le favorece y se hace más agresivo, más osado.

Con apoyo tecnológico, financiamiento exterior, tomando como guarida la complicidad de los "hermanos" fronterizos y sobre todo de una impunidad que sólo aquí puede concebirse, se aventura y se lanza a una operación magnicida.

Con drones de alta tecnología, equipo entrenado en el exterior y mercenarios atentan en plena Avenida Libertador y frente a las cámaras de televisión transmitiendo en vivo contra la vida del ratón, que no se sabe si por mera suerte sale ileso, porque si hubiese tenido información previa no podía realizarse ese acto y exponer la vida ante la persecución del gato.

La información recorre el mundo, el ratón evadió una nueva dentellada del gato, pero aparte de tomar algunas medidas contra algunos gatunos implicados, no pasa más nada. Nuevamente el gato se sale con la suya. Dice Miau y se va al exterior por los caminos verdes, para tomar un nuevo aire, contactar a los felinos que lo apoyan desde el exterior, pedir nuevos financiamientos y pagarlos con los mismos bienes de la República, a los que él se ha prestado para confiscarlos.

¡Si no te pilla esta noche, mañana te pillará ¡

A pesar de haber salido por los caminos verdes, vuelve el gato a su redil, como si no pasará nada, mientras tanto la justicia, que ahora si realmente es ciega, da bandazos. El gato sigue su juego, confiscando, ofreciendo, amenazando, claro como luego de este hecho tan grave, no lo tocaron ni con el pétalo de una rosa, ahora está más guapo y apoyado.

No se sabe porque razón de la sin razón, los órganos jurisdiccionales invitan al gato para que comparezca a la instancias judiciales, pero no a la gata, que se mantiene agazapada. Para cualquier otro gatuno venezolano, esto sería un hecho grave, de no presentarse, se debería forzarlo a la presentación con las autoridades competentes. Pero en el caso de este juego, el gato no se presenta y continúa pavoneándose, continúa balbuceando amenazas y toma nuevamente aire, como los boxeadores muy golpeados, para volver pos sus fueros, ahora desde el exterior, con nuevas dentelladas.

Es así como el gato pone en juego otra de sus vidas y ahora vía aérea, con apoyo de otros gato autoexilados en la hispanidad y toda una manada de gatos escondida entre rastrojos, como queriendo establecer una cabeza de playa, desde España, cuyo gobierno se presta, para desde allí arrinconar al Ratón.

Vuelve a fallar el gato, salió derrotado, en esta oportunidad son retenidos gatunos nacionales y gatos de piel blanca y ojos azules que a ojos vistas son extranjeros, con olor al norte y aceite de oliva. El gato como es su estilo, evade responsabilidades, se hace el yo no fui pero el olor apesta a gato, las huellas y las pezuñas lo delatan y hasta gatunos de su manada reconocen su participación.

El ratón aparentemente evadió una nueva persecución, se escapó de una nueva dentellada, pero nos preguntamos hasta cuando este jueguito va a continuar, porque el gato y la gata que lo maneja no dejarán de dar dentelladas y arañazos, más aún, cuando después de cada una de las que lanzan, siente que no le pasa nada. Seguirá pavoneándose como si nada, recorriendo en el mundo, buscando cualquier tarima, aunque sea monárquica, para arremeter contra Venezuela. Nos llega a la memoria para graficar esta jugarreta una expresión muy popular: ¡Tanto va el cántaro al agua hasta que se rompe!

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