Cuando el enemigo a pesar de su crueldad que la tomamos como hipótesis, se convierte en tu amigo respetado se produce el llamado síndrome de Stocolmo; amar o acatar a tu torturador un masoquismo como hecho político. Que ha pasado en Vzla es el síndrome en su estado claro y duro?. El torturador en masa que no es otro que el gobierno mismo ha hecho de su tortura trabajada sobre dos flancos. Uno es la tortura directa a prisioneros tratados sobretodo en los últimos tiempos como terroristas muchos de ellos menores de edad sin prueba alguna y por otro lado se ha torturado a una población quitándole sueldos, servicios y derechos. Por varios años la sociedad ha soportado esta situación insoportable, a través de un perfecto mecanismo de manipulación y miedo al estado que en su combinación han terminado hasta hace poco, probablemente un año atrás que el pueblo en su mayoría no solamente soporte sino desee la situación impuesta, bajo una esperanza de mejoría o de simplemente placer a la hiperexplotación de hecho. Volvemos entonces al pasado, un pueblo esclavizado que en respuesta hasta quiere a su explotador.
Dirán que estamos exagerando pero no hay manera de entender como pudimos sobrepasar tanto tiempo semejante humillación que se sintetiza en el sueldo cero y una manada de corruptos saqueando y destruyendo este país. Tratar de entenderlo es imposible tanto como el placer del humillado y esclavizado, lo cierto es que existe. Igual dirán que eso a pasó, que ya dejamos de lado ese places que el pueblo se alzó con las elecciones. Por supuesto pero el engaño es parte de la supuesta victoria. Alli esta Gonzáles Urrutia exiliado pero advirtiendo que el será el próximo presidente el 10 de Enero, regresara y será proclamado. Por quién, no se sabe. Sobre que realidad monta estas afirmaciones; ninguna porque el régimen ya se convirtió en una dictadura y la represión su arma preferida como toda dictadura, auxiliada por el conjunto oficial de la totalidad de las fuerzas en armas. Entramos entonces en un nuevo síndrome que llamaríamos de liberación. El placer de que la dictadura no tiene escapatoria y ya la democracia en su versión más liberal está garantizada. El síndrome es el placer del autoengaño, el fraude es un hecho prácticamente consumado sin embargo hay un placer escondido sin razón que habla de absurdos como que Maduro ya tiene todo preparado para irse. Que fuerza lo va a obligar a tal hecho, ni idea ni la tienen se trata de engañar para producir el fenómeno placentero de la esperanza cuasi imposible.
La única salida para escapar de todos estos síndromes de origen básicamente es la misma fuerza. Fuerza contra fuerza, pero de donde sacarla si no hay armas y una muchedumbre capaz de frenar los intentos de violencia que obviamente se harán presentes. Esa es la pregunta del momento. El misterio de la incertidumbre donde desaparece el síndrome autodestructivo.