El paradigma comunal (3)

Lunes, 07/10/2024 12:59 PM

Todo lo señalado en los dos artículos anteriores me lleva a recordar que Marx y Engels escribieron muchas veces sobre la imperiosa necesidad de avanzar en la construcción de un nuevo modo de producción que permitiera sustituir el valor de cambio de los bienes por un valor de uso. Esa es la etapa del socialismo. No hay otra manera de lograr superar la división de clases y la explotación de una sobre las otras. Y no hay otra manera de profundizar la democracia. Sin ese nuevo modo de producción el comunismo seguirá siendo una entelequia. Por cierto, la alergia que produce tal vocablo, es más culpa de los socialistas que han estado en el poder que de los defensores del capitalismo.

No hay manera de avanzar en lo descrito si los obreros, los campesinos, los artesanos, los técnicos y los profesionales no unifican su capacidad de trabajo, sus conocimientos y experiencias, para producir en los territorios que le son propios. Esto significa asumir como colectivo el control y la administración de ello. Esa es la tarea de la comuna. Es, como un cronista definió la Comuna de París: la unidad de la colmena y no la del cuartel…

El enunciado político que Chávez le presentó a la nación fue, "el socialismo del siglo XXI". Iba acompañado por una nueva geometría del poder. Eran los consejos comunales, las comunas productivas y las ciudades comunales. Las tres instancias con autogobiernos. Y voy a insistir en algo que varias veces he afirmado: había un cuarto escalón, la inédita Asamblea Nacional Comunal como máxima autoridad de la Nación. Mis viejos camaradas de La Causa R: Ali Rodríguez Araque y Aristóbulo Istúriz sabían de ello.

¿Cómo vislumbró Chávez tal retícula democrática tridimensional?: 1ª. La Asamblea Comunitaria de los Consejos Comunales que, en los barrios, reunía hasta 400 familias y designaba a sus voceros. 2ª. El Parlamento Comunal, en las Comunas, constituido con un vocero de cada Consejo Comunal que la conforma. 3ª. La Asamblea de Ciudadanos en cada Ciudad Comunal, gobernando la ciudad y su eje territorial, conformada por los designados de cada una de las comunas que la integran. Y por último, ese 4º escalón que mantuvo en estricta reserva: la Asamblea Nacional Comunal, conformada, en número proporcional a su población, por aquellos miembros de las Asambleas de Ciudadanos de cada ciudad, que resultaran escogidos en votación directa de sus ciudadanos. Una gran asamblea nacional democrática y revolucionaria, de seguro más de dos mil miembros -todos revocables- que sería la máxima autoridad de la República -¡na´guará!-. Va mucho más allá de la democracia que tenemos, donde los "jefes", de calles y de comunidades, designados por el Partido, sustituyeron a las asambleas comunitarias.

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