Dentro del madurismo hay un goce torcido por las teorías conspirativas, por denunciar a los denunciados, por develar las mentiras develadas, por descubrir la maldad de los que siempre han sido malos; sorprender a Trump conspirando contra de Venezuela, pillar Mariacorina reunida con un funcionario del gobierno gringo, escandalizar con las confesiones cínicas de la CIA y sus planes contra de Venezuela. Hay algo terapéutico en mear donde todo el mundo mea, sobre todo para los fieles al gobierno de Maduro, los hace creer en que el "madurato" es chavista y no se equivoca, que no se tuercen ni están torcidos, que los malos están en España y en Mayami y son la causa de todos nuestros males.
El dolor de ver a Maduro vociferando la desgracia del "crecimiento económico", cuando no tenemos cómo alimentarnos bien ni cómo costear nuestra salud, es tan intenso que preferimos seguir durmiendo. El fin de la revolución de Chávez sería para muchos "maduristas quebradizos" un desengaño letal, pero para los acoplados al gobierno es solo otra oportunidad de ascenso personal.
Ser socialistas es un compromiso ideológico que parece no lo tienen los maduristas débiles, y tampoco los duros del gobierno, por razones obvias. Un socialista es fiel al socialismo y su revolución, no a un gobierno que se dice socialista y ejerce como aliado de los capitalistas y del capitalismo – eso debe incomodar en la conciencia de muchos, de ahí el método de consolarse con la maldad de los malvados y las desgracias de los desgraciados ("¡de qué nos lamentamos!, podríamos estar como los palestinos", se consuelan algunos)
El problema de esta falsa revolución de maduro es que cuando no se tienen objetivos políticos claros para guiar a la sociedad, ya la guerra está perdida sin haber peleado, porque ¿contra qué o quién peleas?, ¿contra el imperio que lo tienes en tu casa, llevándose el petróleo a su antojo?, ¿contra el capitalismo que te tiene rebuscando en la basura, con tus hijos a medio educar, y a ti sin salud física y mental?, cuando no sabes dónde está el enemigo ¿a qué o a quién le disparas?, ¿a Mariacorina, a Edmundo, a Trump, a la CIA, a las ondas electromagnéticas, si ya tienes al enemigo dentro?, Maduro les abrió la puerta hace rato
Ya basta de consolarse con la maldad del imperio para no ver la maldad que tenemos dentro, orientando nuestra economía hacia la destrucción global del planeta, nuestras vidas y la vida de nuestro paisaje. ¡Maduro los dejó entrar y de aquí no se van!: va costar sacarlos otra vez. Basta de tanta negligencia, de tanta flojera mental. Para hacer una revolución social hay que tener nervios de acero y estar "despiertos". Olvídense de Edmundo, los que tenemos aquí, dirigiendo el país, son más peligrosos porque simulan ser socialistas. Traicionaron la revolución y ahora están felices porque la "economía crece", pero a costa de la vida miserable que lleva la mayoría de los habitantes honestos de este país; crece en las cuentas de banco de los capitalistas, de los empresarios, de los más ricos, de los propietarios, de los importadores, exportadores y especuladores, de los bancos, hacia allá se va el "crecimiento económico", hacia sus economías; las de los pobres, la economía de los trabajadores honestos no existe. El "crecimiento económico" y el despilfarro (porque van de la mano) es lo que tiene al planeta al límite de su existencia, y estos idiotas pareciera que no lo saben. Socialismo es planificación y racionalización de la producción, cambios de hábitos de consumo, aliviar la carga a la naturaleza, es ahorro, conservación, es otra lógica para la acción humana. Pero que estos bobos trabajen para eso, es mucho pedir.
No obstante, ese "madurismo frágil", cándido, sí puede dejar de creer "cuentos" y hacer el esfuerzo de superar el shock del desengaño. Más cerca de nosotros está el chavismo verdadero, que tiene que ser más decidido y más claro a la hora de fijar sus posiciones frente al show poselectoral. No podemos perder tiempo en este episodio insulso mientras el desespero madurista por sostenerse nos retrocede y nos coloca detrás del peor de los gobiernos adecos – o una combinación de los cuatro, que es bastante decir –. Maduro está dispuesto a venderlo todo, la paranoia los llevó a impedir el acceso al país a los mismos venezolanos, a querer modificar las leyes electorales, a encarcelar adolescentes, a contratar a jubilados para suplir la carencia de docentes, … mientras la economía de los ricos "crece" boyante, y todavía faltan locuras para ganarle tiempo, al tiempo que se les viene encima. Mientras buscamos el origen de nuestros males fuera del país, lo tenemos fermentando en Miraflores.
VOLVAMOS A CHÁVEZ!!!