Los Brics, Lula, Maduro, François Mitterrand y la guerra de Las Malvinas. ¿Dónde está la contradicción fundamental?

Domingo, 27/10/2024 12:30 PM

He leído de alguien, quien debe ser muy buen pensador, pues nos da a conocer los títulos académicos que le amparan, defendiendo el veto de Lula al ingreso de Venezuela a los Brics, fundamentado en lo concerniente al 28j y por sus indisposiciones contra el gobierno de Maduro, entre ellas por el bajo salario de los trabajadores todos, asunto que me concierne y por lo que comparto su incomodidad, pues me afecta gravemente y obliga a reclamar.

El referido autor hace una relación completa de lo que le afecta y le hace discrepar radicalmente del gobierno, mucho de lo que comparto, más en ningún momento pareciera percibir, la preeminencia del fortalecimiento y ampliación de los Brics, en la lucha contra la unipolaridad y la dictadura del dólar para el beneficio de gran parte de la comunidad mundial, incluso Venezuela. Pese sus méritos académicos, razona como el personaje de la obra del Brecht, "La "opera de los 3 centavos", para quien "lo primero es el comer" y como me dijo alguien, un humilde trabajador ayer; "a mí eso de los Brics me resbala, lo que me interesa es que me suban el salario". Manera de razonar propia de un humilde trabajador de poca escuela, aunque llena de justicia. Pero ignora que ambos objetivos no se contradicen, sino que bien pueden defenderse al mismo tiempo.

Pero también percibí en el texto del personaje primeramente aludido, aparte de la angustia derivada del movimiento de las tripas que, como dije, también me agita e incomoda, mucho de odio y hasta rencor. Por eso escribí esto. Omito nombres porque no estoy para debates, el tiempo ya no me sobra; pues, mientras él corre a prisa, yo apenas "gaspaleo".

Ahora, entre las tantas cosas que escribo, aunque queden por allí tiradas en un archivo de esos que no incluye un enorme arrume de papeles y un espacio grande, sino un pequeño dispositivo, lo hago sobre un tema para mí muy importante, como lo es el manejo de las contradicciones. Trabajo, que llamo "jorungando la memoria", que por lo que veo, terminará en algo muy largo, como para ser por lo menos un libro, pues apenas estando en lo que creo el comienzo o la apertura, va por más de 60 páginas. El placer de escribir y la soledad de un anciano con limitaciones para desplazarse y viviendo en un espacio que, si antes me fue ajeno, ahora con la transformación del mismo de zona residencial en empresarial, mi soledad se consolida o se hace "más nutrida", me llevan a satisfacer o divertir la ya muy larga y enmohecida existencia, escribiendo, aunque nada significativo haga. Y un poco por aquello que, Kotepa Delgado, volvió una consigna de su vida, "escribe que algo queda".

El trabajo que aludo, está referido a nuestra experiencia en la "lucha interna en AD", después de derrocada la dictadura y el período entre ese acontecimiento y el nacimiento del MIR. Aunque lo que allí aludo, el mal manejo de las contradicciones, halla abundantes muestras a lo largo de la historia posterior de Venezuela y en América Latina, en los diferentes espacios o grupos políticos sin importar sus caracterizaciones. El sentimiento, malo o bueno, amor u odio, estorba al manejar las contradicciones. si es que tenemos una meta definida y queremos llegar a ella.

En 1982, se desató la guerra de Las Malvinas, unas islas situadas en el Mar Argentino, a unos 600 km, aproximadamente, de la costa patagónica. Dichas islas, a partir del año 1765, fueron ocupadas por las autoridades españolas del Virreinato del Río de la Plata. En la década de 1820 las autoridades argentinas con asiento en Buenos Aires, tomaron posesión de las islas. Pero más tarde, el 3 de enero de 1833 fueron ocupadas por el gobierno británico.

Para abril de 1982, mediante la "Operación Rosario", Argentina recuperó las islas con sus fuerzas militares. El 14 de junio de 1982, de nuevo, el Imperio Británico, volvió a usurpar el derecho del pueblo argentino, retomando aquellas islas y dando origen a lo que se llamó "la guerra de las Malvinas".

Para el momento de desatarse la que se llamó "La guerra de Las Malvinas", Argentina padecía el gobierno dictatorial del teniente General Leopoldo Fortunato Galtieri, quien había accedido al poder ilegalmente, como una continuación del gobierno nacido ilegalmente, dictatorial, en 1976.

En Venezuela, desde el año 1979, ejercía la presidencia de la República, Luis Herrera Campins, periodista, escritor y abogado, militante del Partido Social Cristiano (COPEI), electo en elecciones de conformidad con lo establecido en la constitución vigente entonces o, como se suele decir en el lenguaje cotidiano, "un presidente democrático o de la democracia". Y para destacarlo de antemano, ya que hablamos de las contradicciones, un gobernante de un origen y práctica totalmente diferentes al de la Argentina.

El 10 de mayo de 1981, François Mitterrand, fue elegido en la segunda vuelta, presidente de Francia. Para quien esto escribe, aquel inesperado acontecimiento, fue motivo de profunda alegría y esperanzas. Pensamos en una nueva época y forma de relaciones de Francia con nuestros pueblos y quizás por ese país, de Europa toda. Mitterrand, o la "Esfinge", como le llamaban, desde años anteriores, se había convertido en nosotros en una referencia trascendente. Pensamos en el inicio de unas nuevas y amigables relaciones del país de "La Revolución Francesa" y "La comuna de Paris", con América Latina toda. Más de una vez. Los buenos amigos, celebramos aquella anhelada elección del pueblo francés, donde sabíamos se habían acumulado fuerzas progresistas, las mismas que se solidarizaron con las luchas de los liberadores de Argelia del colonialismo francés; en las cuales estuvo Mitterrand y Jean Paul Sartre. Recuerdo como cuando reclamaron al entonces presidente francés, Charles de Gaulle, detuviese al autor de "El ser y la nada", por su apoyo abierto a la lucha del pueblo argelino, que lo detuviese, aquél, dijo, "No, detener a Sartre es detener a Francia".

La propuesta de los Brics, incluye unas nuevas relaciones comerciales y formas de inversión, destinadas a acabar con el monopolio de un grupo de capitales, como los de EEUU y sus socios de la UEE y hasta una nueva manera de manejar los asuntos relacionados con las agresiones al planeta. Se trata de la multipolaridad contra la unipolaridad que controla a gran parte del mundo a través de distintos mecanismos que van, desde el uso de las armas hasta el de la moneda, el dólar estadounidense y podría eso favorecer a las economías más débiles, dado que habría más competencia y libertad para los negocios.

Es decir la propuesta de los Brics está sustentada en la idea de unas nuevas relaciones económicas, tanto que en él estuvo el Brasil de Bolsonaro y otros países, los cuales, según la valoración del mundo occidental, no entran dentro de la calificación de democráticos y hasta Arabia Saudita, una monarquía absoluta, ha estado en las conversaciones sobre esa alianza; se espera y hasta desea su incorporación, sin que nadie la objete, porque su potencialidad y fuerza daría a esa nueva organización o relación de mercados y capitales que, hasta tiene en sus planes, la creación de un nuevo mecanismo monetario para operar, en sustitución del dólar.

En la Venezuela de 1982 de Luis Herrera Campins, todavía se sentían los remanentes dejados por la lucha armada, basta decir que, en octubre de ese mismo año, meses después de la guerra de Las Malvinas, se produjo, lo que se llama en Venezuela, "la masacre de Cantaura", donde un nutrido grupo de jóvenes, remanentes de las derrotadas guerrillas se habían reunido para decretar su disolución e incorporación a la vida legal, fueron acribillados y asesinados por ataques aéreos y fuerzas terrestres del ejército gubernamental.

No obstante haber en la Argentina una dictadura militar genocida, el ataque de Inglaterra a Las Malvinas, para nosotros también territorio argentino, fue considerado como una agresión a una nación y pueblo hermano. Se trataba, por encima de todo, de un desconocimiento de la soberanía de un país hermano y particularmente la agresión a él, de una potencia extranjera, antigua colonizadora de nuestro espacio.

En función del carácter primordial de esa contradicción, envuelta en la invasión y agresión de una potencia extranjera a una nación hermana, al margen que en esta hubiese una dictadura, el gobierno de Luis Herrera Campins se alineó con Argentina y los venezolanos casi todos, de un extremo a otro del cuadro políptico nacional, también asumimos el reto apoyar la soberanía de la patria hermana, sin importar la dictadura del general Galtieri y menos nuestras diferencias internas.

Una de las mayores frustraciones de mi vida y al mismo tiempo aprendizaje que, el mundo no es como un lego, donde no hay un cuadre o fórmula para que cada pieza encuentre su acomodo, sino es más bien como dijo Machado, "caminante no hay camino, se hace camino al andar", fue la respuesta ante aquella circunstancia de François Mitterrand, nuestro admirado izquierdista y cuyo triunfo presidencial celebramos como nuestro. Pues yo esperaba que el gobierno de Francia, presidido por él, como mínimo, se mostrase neutral y, hasta ortodoxamente, acariciamos la idea que se pronunciase en favor de la soberanía argentina. Pero no, el mundo no funciona como uno desea, ni las contradicciones se manejan al azar o según una sencilla cartilla, Francia se unió a su aliada de la OTAN, Inglaterra, como también lo hizo Estados Unidos.

Dicho de otra manera u orden, nuestros "enemigos", el gobierno de Luis Herrera Campins, su partido COPEI, AD, etc., de un lado y del otro, quienes nos definíamos como ocupando el bando de la izquierda, todos coincidiendo en la defensa de la legalidad de nuestro gobierno y acogidos a la fórmula de la democracia representativa, nos unimos para apoyar al pueblo argentino, a su país, donde había una dictadura militar, más no a esta. Y eso mismo hizo el pueblo argentino todo, apoyar la defensa de su territorio, pese a sufrir las agresiones y abusos de una dictadura. Si alguien benefició a aquella dictadura fueron Inglaterra y sus aliados.

Cualquier simplismo de esos usados hoy de manera desbordante, serviría también para acusarnos, a todos los venezolanos de entonces, de apoyar una dictadura, cuando en realidad, optamos acertadamente, por defender la soberanía de un país hermano nuestro.

Lula ha vetado, en nombre de su gobierno, el de Brasil, la incorporación de Venezuela al grupo Brics. Según lo que entendemos, lo ha hecho porque considera que el gobierno de Venezuela, ha violentado la legalidad democrática y no le ha dado las pruebas que aquel gobierno espera, de los resultados emitidos como oficiales de las elecciones del 28 j, según los cuales el presidente Maduro resultó reelecto. Es más, fuentes cuasi oficiales del gobierno de Brasil, hablan de "traición a la amistad" por parte de Maduro a Lula.

En la primera versión se hablaría de un gobierno usurpador en Venezuela y en la segunda, derivado de lo primero, de dos gobiernos antes amigos, ahora distanciados.

Pese uno opte por darle validez a los reclamos de Brasil, sin que estos tengan suficiente consistencia, dado los fines de los Brics, potencialidades económicas de Venezuela, los efectos de las sanciones que afectan en gran magnitud a la población toda, particularmente a los trabajadores y los empresarios gruñen y hasta lloran, no le vemos consistencia, menos sustento y validez a la posición de Lula de vetar la incorporación de Venezuela a los Brics. Pues como no fue a Galtieri, el dictador argentino a quien Inglaterra invadió y violó su soberanía y derechos territoriales, sino a Argentina y su pueblo, ahora la posición de Lula no va contra Maduro, su persona y gobierno, sino contra los venezolanos que ansiamos como hubiese dicho o dijo Salvador Allende, "se abran las amplias alamedas" o una opción para contribuir en favor del multipolarismo y aminorar el peso de la influencia de una economía dictatorial que, afecta a corto y largo plazo, no a Maduro, sino a los venezolanos y todos los pueblos empobrecidos del mundo.

Decir que no vetar la incorporación de Venezuela a los Brics, es darle un espaldarazo al gobierno de Maduro, ante el asunto electoral del 28J, es una valoración desacertada; pues los fines, la intención y valor de ese organismo es distinto a la naturaleza de nuestros gobiernos o a las diferencias que surgieran ante ello. Sería entonces válido decir que, no se debe aceptar en los Brics a Arabia Saudita, por monarquía absoluta o a China y Cuba, que se definen comunistas. Pues el grupo Brics se integra con quienes quieren y pueden darle una salida diferente al mundo unipolar. Es en esto donde está la contradicción que debe prevalecer.

Estamos ante una circunstancia donde debe cuidarse al detalle el manejar acertadamente las contradicciones, en el orden pertinente, si es que intentamos actuar de manera consecuente con el noble discurso e imágenes.

¿Para los pueblos de América Latina en particular, en este asunto de los Brics y la multipolaridad, dónde está la contradicción fundamental?

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