Americo Marti hizo un trabajo sobre el militarismo en nuestramérica de excelente calidad. A pesar de su antichavismo radical se entiende perfectamente que el militarismo ha sido en nuestro continente una enfermedad de estado lo cual se centra en el poder particular que ha tenido el poder militar superadas las guerras de independencia. No ha sido el caso de todos los países entre ellos Venezuela, pero aún así nos ha llegado el momento. Estamos enfrentando un proceso que de una legitimidad regalada por la decisión de Chávez de dejarle el poder a Maduro luego de su muerte que se hacía inevitable por las propias maniobras que cubanos y la mafia que rodeaba su gobierno produjeron, cobraron con su muerte el principio del chavismo sin Chávez. Es esta mafia conjunta entre militares y burocracias tanto de cuba como de estas tierras quienes facilitaron la muerte del caudillo libertario, como en algún momento lo nombramos, garantizando así no solo la presidencia a Nicolas Maduro sino un poder conjunto entre civiles y militares, es decir un corpomilitarismo, que en tres meses y consolidado el fraude se convertirá en una dictadura corpomilitarista. Faltaría un libro para recoger los datos donde este fenómeno se repite en todo el continente, pero en este caso centrémonos en nuestra tierra.
Por esta tendencia consolidada n ecesitamos estar claros como enfrentar ese poder burocrático y militar que se convertirá en dictadura de facto en los próximos meses. Este corpomilitarismo se asemeja a los nacionalismos mas reaccionarios contrarios a lo que han sido desde las guerras de independencia las luchas de liberación nacional. La retórica nacionalista del chavismo de Maduro sigue siendo un poder amamantado desde los poderes oscuros que reinan sobre el mundo, por ello es totalmente falso y terriblemente detructivo. El propio enfrentamiento que se acrecienta entre los grupúsculos mafiosos, civiles y militares le dan a este corpomilitarismo las características de un escandaloso saqueo que se pelean entre ellos mismos, pero manejados desde poderes ajenos que no son identificables desde la política rastrera de lo que hoy se nombran democracias. Podemos decir entonces que esa condición corporativa y militar de la dictadura que a partir de la represión y la multiplicación de saqueo a la patria ya ha comenzado, no queda otra salida que enfrentarlo en su propio terreno. Se trata de la combinación de una movilización popular en coacción con los militares realmente patriotas que por las informaciones que llegan están a punto de enfrentar toda esta dictadura corpomilitarista.
Son los momentos de la incertidumbre, del quiebre nacional enfrentado a una dictadura de facto retenida en el poder gracias al manejo fraudulento de las elecciones. Por supuesto como lo hemos repetido tantas veces todo esto pide de niveles de organización y alianza junto a un programa de reconstrucción patriótica que no va a ser fácil de alcanzar. Seguramente serán retos pasados el 10 de enero.
El corpomilitarismo es un militarismo combinado civilmente por lo cual ha sido tan difícil enfrentarnos a él aún más si a partir de sus asesores y combinación de aliados la manipulación psicológica de la población ha sido brutal. Por ello se les hace tan importante las políticas de bloqueo que son en realidad la otra cara de una misma sumisión a la globalización que ha llevado al mundo a su propio traumatismo. Lo importante en este caso es el conocer a fondo como física y psicológicamente se manipula una población, y de que forma es posible neutralizar esta fuerza destructiva. La tecnología y su desarrollo para bien o para mal son fundamentales. Toda la manipulación y el propio control social desde el cuerpo militar y civil se traduce en un orden tecnológico desde donde es posible reconocer el quehacer y el pensar de toda una población. El corpomilitarismo ya no es un ejercito mandatario es una utilización de determinadas tecnologías cuasiclandestinas desde donde fuera y dentro de los limites nacionales se lleva a una población al lugar de sumisión mas conveniente. Por ello repetimos que la única manera de enfrentar el corpomilitarismo es en su propio terreno, el cual no suma solo las armas y la movilización sino la propia tecnología y ella equivale a la capacidad de inteligencia de registro como las comunicaciones. La capacidad comunicativa lo cual incluye una suma de artefactos básicos en la comunicación, viene a ser el cuarto condicionante para la confrontación con el corpomilitarismo. Nada es fácil en este mundo de guerras blandas como diría el propio Americo Marti.