La soberbia, la avaricia, la lujuria, la ira, la gula, la envidia y la pereza son las pasiones del alma que la tradición eclesiástica ha fijado como pecados capitales.
Independientemente de la vigencia o no de la inconsecuencia como pecado capital en nuestra sociedad sucrense, ésta pasión está muy arraigada en la psique de algunos partidos politicos que sufren el Síndrome de Kazán o Nazbol o Alacrán.
La inconsecuencia, la hemos leído y oído en numerosos análisis indignados y hasta iracundos sobre la decisión de algunos compañeros de ordenar, intimidar, arrinconar -por no señalar los siete pecados capitales-, contra la "Sociedad Integrada: SI en positivo [+]".
Esta acción constituye una falta de respeto al estilo del Síndrome de Kazán o Nazbol o Alacrán o como quiera que se vaya a llamar de hora en adelante la pasión de deslealtad política más innoble del extremo de quiénes saben de su pérdida de liderazgo.
De entrada, no estamos de acuerdo con todos esos análisis, opiniones, descargas y catarsis de éstos partidos políticos con el síndrome Alacrán, Kazán o Nazbol.
Todo lo que ha dicho la "Sociedad Integrada: SI en positivo [+]", hasta ahora, contra los partidos políticos con el síndrome Alacrán, Kazán o Nazbol, se lo merecen. Muchos, incluso, nos quedamos cortos en sus epítetos.
En mi turno de opinar como miembro de la Junta Directiva de "SI en positivo[+]"
-[ https://m.aporrea.org/regionales/a335697.html ]-, aparte de suscribir esa propiedad inherente, prototípica o característica de lo designado por los Kazán-Nazbol-Alacrán, sólo tengo algunas ideas sueltas sobre lo ocurrido: "La actitud vergonzosa, bochornosa, traicionera y divisiones"
Este el tipo de posición en el que uno tiene que esperar que se le pase la tibiera -dicho en su acepción oriental venezolana-, para decir algo válido y contundente.
Dicho de un instrumento o de un acto deleznable: Que produce contusión, que produce gran impresión en el ánimo, sin argumentación alguna pretenden convencer sin argumento, sin razón, ni prueba contundente.
En el ámbito regional y local sucrense, nos deslindamos de esa antología de varios tomos que incluya los que al pintar sus primeras canas pasaron a ser confidentes del Gobierno Madurista o de la Oposición no Nacionalista, parlamentarios habladores de gamelote, pero que, al final, no votaban por los partidos que ellos representan, se convirtieron en empresarios ricachones con barniz progresista o pecadores neoliberales aplaudidos por la canalla o la fuerza gente baja y ruin.