Hay un hecho noticioso que la maquinaria mediática de la extrema derecha nacional e internacional, ha intentado ocultar o minimizar y es sobre la numerosas detenciones de mercenarios extranjeros y un significativo número de armas, en el pasado mes de octubre, lo cual ha logrado (por los momentos) neutralizar los planes insurreccionales de grupos políticos radicales, que apuestan a la violencia callejera, para crear "las condiciones objetivas" que justifiquen una intervención militar extranjera.
Es importante las declaraciones ofrecidas por el ministro para las Relaciones Interiores, Justicia y Paz, Diosdado Cabello, cuando advirtió este viernes a los grupos de extrema derecha que planifican acciones para alterar la paz social del país "los que intenten dañar al país van a encontrar una respuesta contundente". Durante el acto de entrega de equipos para los organismos de seguridad del país, celebrado en Caracas, Cabello aseguró que los cuerpos de respuesta rápida estarán para apoyar al pueblo.
"Nosotros hacemos operaciones conjuntas: Fuerza Armada-cuerpos policiales, pero debería ser el día a día, estar sustentado en esa relación armónica, entre un pueblo que confía en sus organismos de seguridad y éstos que estén para cuidar al ser humano, no a los bienes", añadió.
Y en ese mismo acto, El presidente de la República Bolivariana de Venezuela, Nicolás Maduro, denunció que la extrema derecha venezolana ha otorgado dinero, dirigido a entrenar a migrantes en el exterior para repetir los eventos de violencia, similares a los del 29 y 30 de julio de 2024. "Recientemente, fueron capturados un grupo de mercenarios que entraron a Venezuela y confesaron todo esto. Próximamente se darán los detalles de la captura y las pruebas de los entrenamientos".
De este modo, aseguró el jefe de Estado que todas las investigaciones deben seguir adelante. "La extrema derecha fascista no le quitará las navidades, la paz, ni la alegría al pueblo venezolano. Les aseguramos que el próximo año 2025 seguiremos construyendo un gran país".
Eso significa que la extrema fascista, no descansa en su afán insurreccional y terrorista, para alcanzar el poder de manera violenta, en donde las y los autores intelectuales esconden su identidad (cobardía)