Mis comentarios al respecto
Siempre serán buenas noticias enterarse de emprendimientos en pro del resarcimiento ambiental. En acción conjunta, MINEC – Ministerio de Desarrollo Minero – MAVETUR anuncian la ejecución de un "Plan de Reforestación y Restauración Ecológica de Áreas Degradadas por minería en el Arco del Orinoco" sobre 8.800 hectáreas. Aunque con alguna frecuencia se lee en medios de la acción puntual de reforestación de áreas degradadas por la minería tanto en el estado Bolívar como en nuestro Amazonas, en esta oportunidad se plantea la ejecución de un plan que, reseñan autoridades: "promete posicionarse como un ejemplo a nivel continental". Aplaudo la iniciativa, pero ¡cuidado! Ejecutar nuevas intervenciones sobre nuestros complejos y frágiles ecosistemas del sur del Orinoco siempre deben ser bien estudiados antes de proceder, aunque las intenciones sean buenas.
Lamentablemente creo haber agotado las vías para obtener más información y estudiar suficientemente dicho plan, sin éxito. Solo referencias noticiosas (reseñas, declaraciones) que señalan diversos objetivos: que "es para la mitigación de los impactos ambientales causados por la minería en la región", que son "para restaurar áreas degradadas", que además servirá "para contribuir a la recuperación de la biodiversidad", en fin, "para que el desarrollo minero vaya de la mano de la conservación de ecosistemas". También indican las noticias al respecto de dicho plan que se empleará con abundancia la especie forestal Acacia mangium, dentro de lo que supongo será un grupo mayor de especies a establecer. No obstante, lo imposible de conseguir el documento (plan oficial), las referencias periodísticas son suficientes para permitirme hacer algunos comentarios técnicos al respecto.
Primero debo decir que no existe tal cosa como "minería ecológica". La minería es necesaria, requerimos de sus productos, pero sus consecuencias ambientales y sociales poco muestran de "socialismo ecológico". Aún la minería de subsuelo, siendo la menos agresiva, produce importantes impactos ambientales negativos. Es que, per se, el concepto de "minería" es antagónico con el de "salud ambiental".
Toda minería implica la deforestación o eliminación total de la cobertura vegetal del área, alejamiento / migración de la fauna, remoción total del mantillo orgánico del suelo, remoción de capas de suelo mineral, cambios drásticos en la pendiente, alteración del régimen hídrico y cursos de agua, activación de procesos erosivos, transportación / acumulación de sedimentos minerales y orgánicos, cambios en las propiedades químicas de las aguas (PH, carga mineral, oxígeno) y, para el caso de nuestra minería aurífera, contaminación por mercurio de los suelos y cuerpos de agua de la zona (y aguas abajo del proyecto minero particular) y de toda la cadena trófica hasta llegar a los seres humanos; incluso llega a las aguas y ecosistemas lacustres y marinos. El impacto de la minería no se debe nada más a la mina, sino a las plantas procesadoras asociadas; esto es también importante tener siempre en cuenta.
La minería nunca será "ecológica", pero se puede hacer de tal manera que sus impactos ambientales negativos sean más localizados y reducidos a niveles de resiliencia, y que no genere afectación social. Muchas medidas pueden y deben tomarse para minimizar las afectaciones ambientales, como, por ejemplo: salvaguardar espacios naturales prohibidos a cualquier minería, prohibición absoluta de la minería de aluvión, aplicación de tecnologías alternativas, reducción drástica hasta eliminación total del uso del mercurio (convención de Minamata), planificación y supervisión ambiental estricta. Lejos estamos de contar con una minería de mínimo impacto.
Con "el daño ya hecho" no queda sino remediar y evitar que vuelva a suceder (que son dos cosas distintas). Ambas tareas son complejas y difíciles. La primera tarea, remediar, es la que comento acá: "Plan de Reforestación y Restauración Ecológica de Áreas Degradadas por minería en el Arco del Orinoco", y paso a realizar las siguientes reflexiones y comentarios:
La acción "restauración ecológica" es asunto complejo, en correspondencia con lo complejo del ecosistema que pretende restaurarse y del nivel de afectación del mismo. Exige de mucho conocimiento, exige de trabajo especializado, exige de paciencia. Existen estrategias y técnicas que simplifican en algo y abaratan la labor (como la llamada "forestería análoga") pero siempre será de múltiples acciones especializadas. No se trata de simplemente reclutar unos voluntarios y plantar arbolitos. En especial sobre áreas degradadas por minería aurífera (y diamantífera también) pequeña mediana o grande ejecutada sin consideraciones ambientales. "Ver resultados" es asunto de años.
Corregir pendientes, ejecutar obras anti erosivas y anti escorrentía, atrapar sedimentos, establecer cobertura vegetal, inducir procesos ecológicos, descontaminar aguas, para restablecer procesos bioquímicos y biodiversidad, deben estar incluidos en cualquier plan de acción que pretenda establecer (restablecer) condiciones mínimas que permitan al ecosistema afectado recuperarse a un estado muy parecido al original. Estas acciones deben realizarse sobre el área afectada (área de mina); el problema es que la minería en general, y de superficie y de aluvión en particular, que de paso usan mercurio, con sus impactos llegan hasta muy lejos desde el punto de vista geográfico ("aguas abajo del proyecto", cuerpos de agua, otros ecosistemas, cuenca mayor, costas y áreas marinas) y desde el punto de vista ecológico y biológico (suelo, aguas, atmósfera, vegetales, cadena trófica, fauna, población humana). Lo mismo vale para los proyectos mineros industriales o de refinación. Restituir suelos, descontaminar, corregir torrentes, iniciar un proceso de sucesión vegetal, pueden tal vez resumir las principales líneas de acción.
Yo me pregunto, ¿buscaron nuestras autoridades promotoras del plan, el asesoramiento de nuestros expertos venezolanos en materia de ecología, botánica, suelos y forestería de nuestra Guayana? Yo he preguntado a algunos "expertos en Guayana" y nadie ha sido consultado. Sabemos que dentro de nuestras instituciones públicas tenemos también profesionales y técnicos en esas materias, pero un tema tan complejo y de tanta implicación ecológica debió ser consultado no solo por "expertos independientes" sino por nuestras universidades ¡Estamos hablando de un patrimonio natural mundial: nuestra Guayana venezolana! ¡Hablamos de Imataca y El Caura! Entres otros escenarios de gran complejidad (a la vez de gran fragilidad) los cuales tienen gran implicación en la ecología local regional continental y mundial.
El hecho de que hayan escogido a la especie arbórea Acacia mangium como especie principal del plan, demuestra que no se consultó con nuestros expertos y facultades especializadas. Primero porque si hablamos de áreas degradadas por minería, nos referimos a espacios geográficos que hasta el suelo mineral han perdido y, por tanto, de poco o nada sirve establecer plantas jóvenes de especies arbóreas, en especial si estas especies provienen de ecosistemas naturales consolidados (estados de sucesión vegetal avanzada). Segundo porque esa especie forestal en particular es una especie "extraña" a nuestros ecosistemas del sur del Orinoco y nada sabemos de posibles impactos que pueda producir en la ecología de esas regiones. Perdón, algo sabemos: Acacia mangium es una especie que se reproduce muy bien, de manera natural, en nuestro ambiente tropical, por lo que se tiene por "agresiva y peligrosamente invasora", es decir, tiene la capacidad de, a largo plazo, afectar severamente la biodiversidad (tanto vegetal como de fauna y entomológica). Tercero, nuestra legislación ambiental (Ley de Diversidad biológica) impone un criterio de prudencia y hasta de catalogar a las especies exóticas como "presumibles de ser potencialmente perjudiciales para el ambiente".
De usarse especies forestales no debería ser con acacia mangium; es peligroso. Además, disponemos de un amplio grupo de especies forestales muy buenas para primeras etapas de sucesión vegetal. Mejor aún, deberíamos pensar en la utilización de especies vegetales con capacidad de absorber y retener metales pesados (mercurio especialmente). Claro, esto último no tendría sentido si no se acompaña con un plan de cosecha de los individuos una vez estén cargados de dichos minerales peligrosos; no hacerlo significaría su reincorporación a los suelos aguas y cadenas tróficas.
Uno de los primeros y principales trabajos que deben realizarse en una acción de restauración de ecosistemas devastados por minería es el de "PROVOCAR" la reaparición de cobertura vegetal, que no es "plantar arbolitos" o simplemente plantar. Esta cubierta vegetal a generar, debe corresponderse a especies que aguanten y prosperen en condiciones ambientales tan extremas como la de no contar ya con suelo propiamente dicho, es decir, nos referimos a especies vegetales "de sucesión vegetal inicial y temprana". Estas especies, herbáceas y arbustivas, monocotiledóneas y dicotiledóneas, criptógamas y fanerógamas, que se conocen como "colonizadoras" de nuevos sitios, son las adecuadas para trabajar en áreas degradadas por la minería de superficie. Las ciperáceas y las gramíneas deben ser empleadas con profusión en la primera etapa de recolonización. Algunas dicotiledóneas, como Solanum sp y miembros de las familias Rubiaceae, Cecropiaceae, Myrtaceae, Piperácea, Pasifloras y Melastomataceae (como Miconia sp) deben también emplearse.
Hidrosiembra - impregnación, riego de mezcla de semillas, cobertura con manto orgánico, riego y fertilización inicial, lo cual puede ir acompañada con plantación de pocos individuos de muy selectas especies fustales, debe ser la tarea. Y esto preferiblemente con trabajo previo de corrección de pendientes, obras de retención de suelos y mejoramiento edáfico en general.
Hago tres últimos comentarios:
Debería ampliarse la geografía de aplicación del plan de reforestación y restauración, a todo el estado Bolívar y buena parte del estado Amazonas. No debería estar circunscrito solamente a la geografía del arco minero. Por ejemplo, nuestro parque nacional Canaima, aunque no forma parte del arco minero, ha sido muy afectado por minería ilegal (sobre Ikabarú, al igual que el resto del PN Canaima, pienso no debe existir ningún tipo de minería).
Me llama la atención la participación de Maderas Del Orinoco (MAVETUR) en el plan. Se compromete esta empresa en aportar 5,5 millones de plantas de acacia. Me pregunto ¿no tiene suficiente compromiso con su tarea propia sobre sus plantaciones del sur de Monagas y Anzoátegui? Producir 5,5 millones de plantas equivale a casi 5.000 hectáreas de plantaciones ¿Ya aseguró MDO su necesaria cuota de plantación para este año? Porque se entiende lo del apoyo interinstitucional, en especial con iniciativas como la de ayudar a recuperar áreas degradadas por minería, pero esto solo se justifica si ya tiene asegurado el cumplimiento de sus compromisos silviculturales propios.
Llama la atención también la ausencia de la Empresa Nacional Forestal S.A. Es contradictorio: involucrar a MDO mientras el ente oficial con responsabilidad directa sobre el presente y futuro de nuestras reservas forestales, no aparece. ENFORSA posee capacidad de producción de plantas tropicales y cuenta con varios "alianzados" para el manejo y aprovechamiento forestal de Imataca.