Me molesta mucho escribir resollando por la herida, así es fácil perder la objetividad. Pero ¡coño, ni que uno fuera de palo! Estaba esperando que "Patria" me depositara algún bono, o nos adelantara una de las partes en que "las circunstancias" nos dividió el aguinaldo navideño. Y en eso me llegó un bono, no sé de qué, por 420 Bs. Bueno, me dije, peor es nada. Con eso puedo pagar lo que me cuesta utilizar el Internet para enviar las cosas que escribo y de paso, leer a los que escriben en la Iguana y a los lectores de Aporrea.
Estando en eso me entero que "Patria", ese omnipresente cajero de todos los venezolanos, acaba de entregar el "Bono de Corresponsabilidad y Formación a la nómina especial de la administración pública". No sé cuán especial es la gente de esa nómina, pero reciben 5.000 Bs. Bien enbroncado recordé haber leído, no hace mucho tiempo que, en Alemania, el salario de un profesor universitario -lo he sido por 50 años- puede llegar a los 5.000 euros. Dos veces el de un profesional alemán promedio. Tal monto llegó a generar serios reclamos por parte de los gremios profesionales de ese país. Ángela Merkel, que era entonces la canciller, les contestó: Cómo les voy a pagar a ustedes lo mismo que a los que les enseñaron lo que saben…
Como es natural, la arrechera fue mayor, pues la tal Merkel ni roja pálida es. Seguramente nunca se enteró que un compatriota suyo, llamado Karl Marx, en un libro que llamó "Crítica al Programa de Gotha", había lanzado, hace siglo y medio, aquella premonitoria afirmación comunista que, este gobierno nuestro, parece haber olvidado: ¡De cada cual, según sus capacidades; a cada cual, según sus necesidades..!