¿Mensaje de hermandad, el de Trump, con los nombramientos de Narco Rubio y Rick Scott?… OJO!

Muchos menos de reconciliación. ¿Reconciliación por qué? Este vendedor de hamburguesas y papas fritas puede que apele a su naturaleza meramente mercantilista para así tratar con nuestros países latinoamericanos. En él, no primará lo político, sino lo comercial, y va directo a un gran enfrentamiento con China. Viene a plantear nuevas guerras, y las sanciones que tiene contra Venezuela serán revisadas, probablemente para extremarlas. Y también para pensárselas…

El primer mensaje de lo que será su política hacia Venezuela lo vemos en el nombramiento del senador Marco Rubio como secretario de Estado, un dardo lanzado directamente contra Nicaragua, Cuba y Venezuela. Reforzado con la posible elección del abominable senador Rick Scott como el líder de los republicanos en el Senado.

Estos planes van asociados a las presiones que Venezuela va a recibir de Brasil y Colombia. Con un Brasil en el que el Partido de los Trabajadores (PT) seguramente pierda las elecciones presidenciales del 2026. Ya se está anunciando algo insólito, que Marco Rubio y Rick Scott les aplicarán sanciones a los miembros del Supremo Tribunal Federal (STF) de Brasil por abuso de poder y censura, al haber apoyado al ambiguo Lula. ¡Imagínense! Dice un informe gringo: "De darse este paso, tendrá un impacto muy positivo en la popularidad de la oposición brasileña, lo que ayudaría a elegir más diputados federales y senadores para 2026. Y si esto ocurriese, en el Senado cabría la posibilidad de emprender un juicio político contra estos magistrados, lo que luego haría que el presidente de la República proponga nuevos integrantes para que sean aprobados por la nueva Cámara alta".

Trump jugará a esa nueva carta que le han dejado los delincuentes y asesinos venezolanos, esta vez encabezados por María Corina Machado en sustitución de Juan Guaidó. Se analiza en el imperio los intereses gringos si se diera un cambio de gobierno en Venezuela, un "gobierno democrático", dicen ellos, porque "no solo porque miles de inmigrantes volverían a su país natal, sino que se reactivaría la industria petrolera y las compañías norteamericanas tendrían más posibilidades de explotar petróleo venezolano sin la presencia de petroleras de países antioccidentales". Vean por dónde van los tiros.

Estados Unidos quiere usar la coyuntura de las relaciones entre Venezuela y Brasil para ver si abren un boquete terrorista junto con Colombia y atacan combinadamente.

Dicen en la Casa Blanca, que con Marco Rubio y Rick Scott, Latinoamérica "tendría más probabilidades de enfrentar a los tiranos y autoritarios a partir del próximo año. Los Estados Unidos se sumarían a la agenda que lidera Argentina en Suramérica en favor de la libertad de Venezuela. Si esto ocurre, junto al hecho de que la oposición brasileña tiene cercanía con la nueva administración norteamericana y con el gobierno de Milei, es más probable que se sumen también al tema de Venezuela luego de estar al margen desde 2022".

No olvidemos que Narco Rubio es uno de los más encarnecidos gringos que odian Venezuela, aplaudiendo a rabiar las 930 sanciones contra nuestro país y apoyando en todo momento, ajustar aún más el criminal bloqueo que sufre el pueblo cubano desde hace más de seis décadas. Pocos cubanos de Miami, son tan agusanados como Rubio, ejerció desde el Comité de Relaciones Exteriores del Senado una notable influencia en la política injerencista hacia Latinoamérica del primer mandato de Trump, pero algunos asesores del futuro mandatario creen que su perfil de ‘halcón’ contrasta con la política aislacionista de ‘Estados Unidos primero’ que promueve Trump.