Intentando leer el futuro, los planes de Trump y la designación de Marco Rubio. ¿Mensaje a García?

Lunes, 18/11/2024 03:23 PM

Soy de los tantos que suelo leer a Luis Vicente León y por ello estoy en conocimiento de lo que piensa acerca de la reelección de Trump y lo que eso pudiera significar para Venezuela. Como también la duda que le generó o genera la designación de Marco Rubio, un personaje con una disposición más allá de lo inamistoso contra el gobierno de Maduro, como el de Cuba y hasta Nicaragua. A León, con respecto a su concepción del mundo, percepción de los asuntos políticos y económicos, suelo adversar o para decirlo de manera cordial, y como es de verdad, tengo con respecto a él, muy sustentadas diferencias, pero le valoro como un personaje muy equilibrado, por lo que suele, con demasiada, frecuencia, acertar en sus análisis. No es de esos "brujos" y hasta "adivinos" de buena fe, que hacen predicciones sin sustento y tampoco de quienes intentan vender sus deseos como verdades, impulsados por sus emociones y suelen hacer lecturas convencionales en favor o en contra, según lo que le interese y quiera. Por esto, factores de la oposición extremista, lo rechazan, por decir lo menos.

En el comentario que hizo por Twitter o X, recientemente, en el cual, por razones ahora nada apropiadas para dar detalles, pude leer, acerca de lo que piensa podría suceder en lo que respecta a las relaciones del nuevo gobierno estadunidense con Venezuela, las que avizora como determinadas por la necesidad de cambiarlas, de parte de ambos gobiernos, hallo coincidencias con lo que percibo. Y da las razones que eso determinan, lo que también comparto y he expuesto muchas veces. Tanto que, la designación de Marco Rubio, para él y también para mí, da sustento para generar dudas y a la idea que Trump pareciera pensar en volver ahora con más empeño contra el gobierno de Venezuela. Lo que, desde ya, muchos esperan, anuncian y lo dan como un hecho. Es demasiado generalizado el prejuiciar o dejarse llevar, por los primeros síntomas o señales. Y hay quienes, los prejuicios, visiones ortodoxas, siempre, en cualquier circunstancia, usan como brújula. Pensar que Trump, se mueve exclusivamente por sus impulsos, rabietas o estados emocionales permanentes, es subestimarlo. Y no parece pertinente tal actitud ante quien vuelve a ganar la presidencia de Estados Unidos.

Casualmente ahorita, un amigo, me ha enviado un correo, donde me consulta, con respecto a los resultados electorales en USA, los que para nada le agradan.

A su reflexión e interrogante, le di la siguiente respuesta:

Bueno amigo, tu vives allá, desde hace mucho tiempo y, seguro sabes más que yo, pero intentaré darte una respuesta, aunque no te deje satisfecho.

Tengo un viejo amigo, estadounidense, nacido cerca de Nueva York, que además de ser escritor, conoce de asuntos relativos a la política y vida de su país, quien me dijo una vez, "los republicanos y demócratas, tienen la misma visión hacia afuera; por esto, la política internacional de ellos es la misma. Sólo se diferencian en lo atinente a las políticas internas, en lo que tiene que ver con los reclamos de la gente estadounidense común. Y en esto los republicanos son más cuidadosos. Por eso, suelo votar ". Ese amigo mío, ahora está en su país y solemos comunicarnos.

     

Por esto, me parece muy importante, lo que dijo, poco días atrás, un destacado demócrata, como Bernie Sanders, "No debería sorprendernos que un Partido Demócrata que ha abandonado a la clase trabajadora descubra que la clase trabajadora lo ha abandonado a él". Y dijo eso, a manera de explicar la derrota de Kamala Harris.

Yo percibo, pues no es nada difícil, que el estadounidense se percata que ya su país, no es la potencia que controlaba antes al mundo todo a su antojo y, además, por no serlo, imagino los cambios que allá dentro, en la intimidad, se producen y hasta las inseguridades que eso genera.

El fenómeno de la migración hacia allá, al cual se ha agregado Venezuela, que antes era receptor, tanto que de 3 millones de habitantes que éramos, llegamos a alcanzar una cifra descomunalmente grande en comparación con aquella en relativamente poco tiempo, está produciendo sus efectos en EEUU, tanto como generar temores e inseguridades. Leo que, hasta el voto latino se puso de parte de Trump, de esos que ya tienen su estadía resuelta en ese país y se sienten amenazados por los nuevos migrantes que pudieran afectar su tranquilidad, como que Trump, en campaña ofreció desatar acciones contra los migrantes. Ese voto latino, quizás se mostró partidario de Trump, porque ve en las nuevas oleadas de migrantes una competencia que, además, les genera una contradicción antes inexistente. O quizás, las dificultades económicas que comienzan a sentirse, por diferentes motivos, a ellos, los latinos, incitaron a optar por un cambio de gobierno.

La conducta insegura, por sólo hablar de esto, del actual presidente Biden, ante el panorama mundial, como la guerra ruso-ucraniana, el nacimiento de los Brics y la percepción que, EEUU deje de seguir desempeñando, sobre todo con su moneda, el dólar, el rol de líder de la economía del planeta, a lo que se agrega la avasallante presencia de China, podría ahora haber generado en la mayoría, la necesidad de protegerse. Y Trump suele manejar un discurso abierto, en el cual les da preponderancia a los derechos de sus ciudadanos; tanto como restarles valor a conflictos más allá de su espacio, al margen que eso, pudiera impulsar el proceso de desgaste de la economía y poder de EEUU, pero en el ámbito de los capitales dedicados a la producción de armamentos.

Con los demócratas como Obama, EEUU participó abundantemente en guerras e invasiones. Trump, pese su lenguaje, en eso fue más comedido y manejó con prudencia situaciones delicadas frente a Corea y hasta hay quienes dicen, hizo empatía con Kim Jong-un y amistad con Putin.

El pueblo estadounidense, mortificado, preocupado quizás, con o sin motivo, por la pérdida de la preponderancia de su país ante el mundo y viendo a un Biden incompetente y a un Trump, con un discurso que ofrece seguridad y fuerza, pudo optar por nuevo cambio. Y es evidente, amigo, el modelo estadounidense está concebido para esos vaivenes; en ello hay mucho de su fuerza y estabilidad, pues los factores poderosos que, pudieran oponerse al gobierno de turno, no sólo conservan sus recursos de poder, sino mantienen la esperanza de volver, como lo hizo Trump ahora. No es nada extraño que, en la política internacional, en el Congreso, casi siempre republicanos y demócratas, coincidan. Pues en eso parecieran ser como dijo García Márquez, al referirse a las diferencias entre liberales y conservadores colombianos, que unos van a misa el domingo en la mañana y los otros en la tarde. Es decir, lo que dijo mi amigo estadounidense.

Lo preocupante es, desde nuestra perspectiva, como vendría esta vez Trump, con respecto a nosotros, pues con Biden, no hubo ningún cambio significativo. Pero aquí adentro, las cosas han cambiado, como las relaciones de los diferentes grupos de poder; nosotros necesitamos de manera emergente el mercado estadounidense para nuestro petróleo, EEUU necesita de la misma manera ese recurso y hay importantes intermediarios, como los empresarios organizados en Fedecámaras, Fedeindustria y Consecomercio que están interesados en generar las mejores relaciones entre ambos gobiernos, pues ellos, aunque en menor cuantía que la población, sienten el peso de las sanciones.

Aquello de Obama de "Venezuela una amenaza inusual", parece un "cuento de camino" y no creo que Trump, después de lo acontecido y el nuevo cuadro, siga entrampado en la misma idea y menos como para repetir algo similar a aquella ridiculez de la presidencia interina. Y pese, lo que algunos, no sé si soñadores u otra cosa, digan que, el discurso de Miraflores, sigue siendo el mismo de antes, no es cierto, porque no es pertinente y menos conveniente, tanto que, el presidente Maduro, se ocupó de hacer reconocimiento al triunfo de Trump y se manifestó ganado para el diálogo.

No obstante, la designación de Marco Rubio, para el Departamento de Estado, hasta ahora, ha sido vista como una advertencia que Trump vendrá con respecto a Venezuela en la misma actitud de antes; cosa que, hasta ahorita, como lo acabo de exponer, es dudoso, pues eso, desde el punto de vista político y económico, no tendría sentido ni justificación. Pero vuelvo, lo de Rubio, pudiera ser como una advertencia, la que es permitido interpretar de dos maneras, como un volver a lo mismo o simplemente, una señal o hasta amenaza, para que las cosas sigan desarrollándose como vienen. Y también pudiera ser una manera de usar para sus fines a una pieza que, en ese asunto, pese sus antecedentes, no genere dudas en determinados sectores.

Los factores que apoyan a Rubio, son los mismos que apoyaron y votaron por Trump. De donde es natural que este, a aquellos, compense con un cargo de tanto peso. Pero no veo a Trump, débil y dependiente del partido republicano como a Biden del demócrata. Al recién electo presidente lo percibo con más poder y nada propenso a dejarse manejar por su partido y nadie en particular. A Trump lo percibo y se le percibe, como por encima de los compromisos emocionales con los grupos dentro del partido republicano. De donde es dable pensar que, el nombrar a Rubio jefe del Departamento de Estado, quizás lanzando un mensaje enrevesado, no es suficiente fundamento para creer que, el recién electo presidente, se deje manejar por éste y con ello, le imponga una política que, Trump sabe fue fracasada y ha dado muestras de desear cambiar.

Y para finalizar, lo haré, con algo que antes he dicho, por lo que leo de quienes saben de temas económicos y particularmente petroleros, cosa buena de hacer, citando a Leonardo Buniak, quien dijo de la mejor manera, "la política energética de EE.UU para Venezuela será la misma, gane quien gane las elecciones en noviembre, porque esta nación ha demostrado por mucho tiempo que su política energética no es ni demócrata ni republicana: Es bipartidista. Y esa, es la realidad."

La tendencia, porque esa es la realidad, más se parece a lo que dijo Luis Vicente León y por eso, como él dijo, yo le repito, "esperemos y veremos".

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