Bajo la dirección política de los Estados Unidos, que ve como única salida a su declinación económico-política, el dominio total y aplastante de las mayor cantidad de naciones en el mundo, en Venezuela se mantiene una práctica política de terror, basados en el principio "desea el mal para los demás y aplícalo", donde los demás es todo aquel que no es rico o poderoso o se opone a su dominio. Está practica es ejecutada por la derecha más alienada y americanizada, que responde a la versada mano de María Corina. Es algo que va más allá del neocolonialismo ya conocido.
Y es que sectores de la derecha política utilizan cada vez más estrategias de manipulación emocional, desinformación y miedo para influir en las elecciones a su favor. Estas tácticas incluyen la exageración de amenazas percibidas, la difusión de teorías de conspiración o la generación de un clima de incertidumbre y polarización, y aunque hay que reconocer que estas tácticas no son exclusivas de la derecha fascista, en ella adquiere su máxima expresión para, en primer lugar generar un clima neurótico antes de llegar a las elecciones, que serán también neuróticas.
Es de recordar que este clima neurótico, de lo cual tenemos amplia experiencia en Venezuela por los esfuerzos de la derecha por implantarlo con guarimbas, invasiones Gedeón, comanditos, se hace permanente como el caldo de cultivo donde esa derecha prospera y que le sirve como comprobación ante la población, de la certeza de sus planteamientos y de la necesidad de gobernar.
Cuando se llega al acto electoral en este ambiente o clima neurótico estamos frente al voto neurótico, que podemos entenderlo informalmente como una elección realizada bajo una fuerte influencia emocional o dominada por impulsos irracionales, de los cuales no se conoce su origen, en lugar de basarse en una evaluación racional de los candidatos o propuestas políticas, llenando a grandes sectores de la población de miedo y suspicacia. Este es un ambiente ideal para la derecha que no tiene argumentos racionales para gobernar, sino los primarios intereses de la clase dominante burguesa, que se siente desplazada del poder.
En este voto neurótico, prevalecen entonces las emociones como el miedo, la ira, la ansiedad o la esperanza de un cambio que no se sabe exactamente cuál es, jugando un papel desproporcionado en la decisión de voto haciéndolo por lo tanto irracional. Esto va acompañado por esfuerzos propagandísticos de introducir o ampliar el pensamiento simplista en la población, que es simplificar la realidad política, reduciendo las opciones a un enfrentamiento entre el bien y el mal, o entre "nosotros" y "ellos", o un simplemente tienen que irse, o aserrarlos con una sierra en la mano. Este es el paroxismo del voto neurótico: la población dejo de pensar.
Todo ello facilita la polarización política fomentando la división y el enfrentamiento, dificultando el diálogo e impide toda búsqueda de soluciones consensuadas. Al estar en la oposición, la derecha fascista estimula y promueve la desconfianza en los políticos y en las instituciones, con lo que apoyan sus esfuerzos para llevar a las personas a buscar soluciones simples y emocionales. ¡Esa es la mujer y basta.¡
También se resaltan ciertas características de la personalidad del candidato fascista, aunque realmente no las tenga, aunque sea una persona totalmente banal, para hacerlo parecer como un hombre o una persona con grandes capacidades para gobernar, todo ello logrado o comoconsecuencia de predisponer a las personas a votar de forma neurótica.
Recordar que las campañas de primavera de colores, que han aplicado en todo el mundo se basan en esta estrategia imperialista del voto neurótico, que se acompaña con la campaña del miedo y la campaña de extorsión con una invasión o el uso de la fuerza, campañas que le han producido grandes éxitos a Estados Unidos y sus aliados y que les ha permitido impedir el avance de las posiciones progresistas y reconfigurar el mundo actual.
En ese contexto de campañas terroristas es que Venezuela ha enfrentado a su derecha fascista.