El amor no es un adorno para mí, no pretendo definir lo abstracto y mucho menos podría hacerlo si quisiese porque yo soy empírico, la teoría carece de objetivo si no está relacionada con la práctica.
Hasta ahora la humanidad ha vivido sumergida, que sepa yo, en una tras otra guerra y acaso con algún ínterin de paz; y la guerra, cada guerra, es atizada por quienes no aman a nadie. La palabra amor está demasiado contaminada, muchos engañan cuando dicen amo tal cuestión; dice la canción tal: "...te amo mujer / no puedo vivir sin ti / si te marchas yo me muero / o voy a ponerme flaquito porque no voy a comer/…"
O también, "¡amo a mis hijos como a nadie!" —dice otro embustero—, pero eso es peo y más regaños, y hasta agresiones físicas contra el muchacho por quítame esa pajita del hombro, y desde mi punto de vista eso tampoco es amor.
¡No me engañes carajo, dime la verdad! —dice furioso el padre a la hija o al hijo—, pero celebra ante ellos cuando Messi engaña al contrario y mete un golazo. Ahí si es válido para el falso sujeto, el arte de engañar; ¿y, entonces, como es la vaina?
"...yo amo a Chávez —dice prácticamente un camello a diario en la red—, Maduro es un dictador y el madurismo es tal y que se yo , porque el madurato es que si el pato y que si la guacharaca…", prosigue el sujeto de marras tratando de cortarnos con ese vaso´e cartón, y es que ese pérfido embustero que a diario regurgita un hipotético madurismo y/o de madurato, a sabiendas de que aquí lo que hay es chavismo y pa´lante, usa el engaño para intentar destruir el chavismo tratando de hacerse pasar por chavista.
Así que mucho cuidado con esa estrategia sucia, soterrada, que no pasa de ser una chimba maniobra para tratar de desaparecer, borrar, eliminar de los corazones del pueblo la presencia inmarcecible del Comandante Hugo Chávez y suplantarla en el imaginario popular con la de un Maduro destruido y de ahí que traten de sembrar la palabra madurismo; menudo trabajito el asignado por el enemigo de Venezuela a ese sujeto, destruir lo indestructible; ah, y no se deje pasar por alto que el fin mayor es borrar del mapa al Libertador Simón Bolivar.
Pero aquí lo que hay es chavismo y punto; es un abuso y una cobardía del camello seguir atacando a Chávez haciéndose pasar por chavista, y eso tiene que ser debidamente esclarecido ante la militancia revolucionaria.
Ese sujeto puede seguir atacando a Maduro, ok, eso es válido para él, pero eso de usurpar la memoria de Chávez no debe ser tolerado bajo ningún pretexto.
El odio del fascismo —valga la hipérbole— ataca por fases pero candelita que ellos prendan habrá de ser candelita que apaguemos, no debemos permitirles que avancen ni un trecho.
Y así como existe deporte extremo también hay amor extremo, ejemplo de éste es el inobjetable amor del Comandante Chávez por la patria venezolana.
¡Qué bonito es estar enamorado de verdad así como Chávez ama la patria!, Chávez tiene un lugar en cada corazón de todo revolucionario; retrocediendo, supongo que a Chávez le habría dado asco ser nombrado por el sinvergüencismo usurpador de indulgencias con escapulario ajeno.
Cuando digo del Comandante Chávez, lo más lo hago en presente histórico porque él nos sigue hablando, Chávez llega al pueblo íntimamente y eso es notable cuando observamos en videos al pueblo llorando de felicidad a su lado, presente; o en el recuerdo y sufriendo por el bestial ataque de los imperialismos, llorando también; es decir, en la felicidad y en el dolor el pueblo larga lágrimas por Chávez.
¡Acaso Oscar D´León no llora de felicidad cuando canta?, ¿y no va a llorar de dolor quien tenga una corona de espinas en su cabeza!, valga el ejemplo.
Lo íntimo es potente y dinámico, la intimidad suele estar en movimiento hacia afuera, pugna por salir, en este caso en forma de lágrimas pero debemos darle una interpretación profunda a ese desbordado sentimiento popular.
Nuestro esforzado pueblo digno y trabajador, revolucionario y consciente, no está bajo una alfombra de flores pero lucha con tesón para no dejarse esclavizar por los gringos.
El pueblo venezolano ríe, canta y llora pero siempre el motivo es nuestro inmenso amor patrio, eso me consta ahora pero siempre ha sido así; yo, nunca me quejo de la carga del trabajo sino que simplemente amalayo tener un espinazo más fuerte para soportar el peso de las obligaciones, cosa negada porque el tiempo transfigura todo a su inexorable paso pero cuando toca irnos, y con las botas puestas, otros de la misma cepa vienen a proseguir defendiendo la patria.
Escuelita, ¡oh escuelita, que plenitud!, aquí me abandono a la ternura de jugar con muchos penúltimos (mocosos) pero de reciente data con los más penúltimos, "dos gotitas de agua" que fueron apuntados por su papá y su mamá hace un par y pico de años para que viniesen a eso, a jugar y a joder; gemelos Guillermo e Isaías de los que estoy enamorado, cuando los abrazo (uno a la vez) les digo "miamor" y "remiamor", indistintamente, porque no atino a saber cuál es cuál, así que ando feliz.
En el agua, en el aire y en la tierra, doquier estemos, cada revolucionario, mínimo, tiene que amar a su patria pero nunca en desmedro de otras patrias ni de ninguna persona en particular sino siempre en pro de todas y de todos; amar, inclusive a la distancia, requiere hacer un ejercicio interior que no cualquiera, y de quien ha sido o es un revolucionario íntegro como el Comandante Supremo de la Revolución Bolivariana, Hugo Chávez, hay que decir que no fue inútil su vida.
¡Qué bonito es estar enamorado!