El inicio del nuevo año merece celebrarse, no sólo por el hecho de estar vivos y juntos, sino porque hay muchos motivos de esperanza y de progreso con el impulso y la motivación que genera lo nuevo, y que marcan todos los eventos desde la buena voluntad y el empeño por celebrar que las cosas cambien para mejor de todos y todas en el mundo tan vapuleado como lo fue el año que pasó. Seguimos de fiesta por el inicio del 2025, y por el clima de distensión ante una realidad de superación frente a lo que nos deparará el futuro, que no es otro que lo que podamos realizar en presente, pese a que el planeta siga girando y el mundo que construimos y creamos entre todos y todas, pese a todos los buenos sentimientos, hay una deuda eterna frente al resto de la población que sufre y añora salir de abajo, para poder incorporarse a los cambios y la dinámica acorde con las necesidades sentidas por las mayorías, y el alcance efectivo de una existencia llena de gloria, de dignidad y de vida sana y agradable como se debe, siendo todos y todas seres humanos, y que teniendo a disposición en el mundo de la nueva tecnología, que hacen posible desde los paradigmas actuales, y apoyados en la inteligencia artificial, podamos superar los entuertos y coadyuvar en el beneficio de la paz de las naciones y llegar a entendimientos entre todos los países del globo terráqueo, dejando atrás los atavismos perniciosos de los dogmas y el atraso.
Vivimos una nueva era, y para estar acordes con las vibraciones positivas que emanan de esta nueva realidad, donde lo virtual también tiene cabida, pues es como soñar despiertos en las inmensas posibilidades, para alcanzar los sueños y anhelos de cada uno, sin interferir para nada en cada uno como personas con personalidades distintas y diferentes, pero aportando para el crecimiento responsable con la naturaleza, de modo que podamos aunar los esfuerzos necesarios para que el mundo sea distinto, sin más sufrimientos producto de las malas decisiones que se toman por parcialidades políticas, adheridas a ideologías retrógradas, para un mundo que ha alcanzado los más altos estadios como nunca antes en la historia de la humanidad, por lo menos, hasta donde hemos sido capaces de alcanzar, con nuestros dispositivos, que en la actualidad dan esperanzas en saltos cualitativos, gracias a la cuántica, para traspasar las barreras de la ignorancia y ver hacia adelante y de cara al futuro y ahora sí dándole la espalda al pasado en cuanto a que fue y dejó de ser.
Los avances tecnológicos y la inteligencia artificial son la revolución actual y a futuro será la manera en que viviremos y haremos lo que nos corresponde hacer, trabajando en función de mejorar la calidad de vida y de experiencias que se abren paso con nuevas posibilidades que antes eran inalcanzables. El compromiso es con la paz, y pese a que hay conflictos, los esfuerzos globales deben conducirnos a resolver pacíficamente los asuntos, entendiendo que los que sufren son los que todavía o no han podido vivir sus vidas por ser niños, o los que ya con el sol a las espaldas tienen derecho a disfrutar de los años que les quedan para cerrar sus ciclos. Lo prioritario y urgente es las sostenibilidad y el medio ambiente, pero se debe reconocer como tal por parte de los líderes en el concierto de las naciones, donde prive la protección del planeta, tomando las medidas más urgentes y firmes, para combatir el cambio climático, preservando los recursos naturales, vitales para las especies y la prosperidad en la Tierra.
El progreso en medicina garantiza que habrá más salud pública, lo que ayuda a vivir más sanos, manejando mejor las pandemias y otras amenazas para la salud global. De manera que sea un paso importante para que se respete la vida, los derechos humanos, habiendo cada vez más movimientos que buscan dignificar a todas las personas, trabajando hacia una sociedad más justa e inclusiva. En Venezuela se hace el esfuerzo y es un faro hacia el mundo y el futuro próximo, siendo necesario que los cambios sean para bien, superando los factores concomitantes para que se hagan posible, desde las reformas económicas y nuevas políticas que impulsen el crecimiento y la estabilidad en todas las regiones afectadas. El cambio también debe ser en lo político, y de los políticos, pues se requieren de los mejores liderazgo, que desde la propias políticas internas, impacten en lo internacional, y todos los países se enrumben en satisfacer las necesidades de los pueblos, lo que amerita que los movimientos ciudadanos y la participación del pueblo lo potencie, para modelar el futuro con equidad y más democracia.
El momento es el más propicio para que estas reflexiones se hagan eco entre los hombres y mujeres de buena voluntad, con optimismo y una acción propositiva para enarbolar la vida, al servicio de las mejores causas para la entera humanidad.