4 dejunio de 2020.-
Como ya es costumbre, las autoridades locales de la populosa y patrimonial parroquia La Pastora (Distrito Capital) brillan por su ineficiencia y su silencio administrativo. Esta vez en lo referente a un servicio público de primerísima necesidad: EL GAS.
Desde hace un mes aproximadamente, no llegan los camiones de la empresa GASCOMUNAL al Casco Central de La Pastora, afectando a miles de familias trabajadoras, que, en tiempos de crisis sanitaria, se ven aún más afectadas en su quehacer cotidiano.
Ya el drástico racionamiento de agua venía afectando, desde hace meses, a las familias pastoreñas, lo que obligó a varios sectores, en particular Sábana del Blanco y Los Mecedores, a protagonizar una legítima protesta trancando la Avenida Baralt por varias horas hace aproximadamente diez días.
Ahora, con este problema tan cruel de la falta de gas doméstico para poder cocinar, la crisis se va agudizando cada vez más, hasta llegar a límites insostenibles. Una gran cantidad de vecinos y vecinas tuvieron incluso que pedir la colaboración de un camión privado perteneciente a uno de los vecinos del sector Madre Tierra para aventurarse a buscar ellos mismos el preciado producto en una de las plantas de llenado de gas, lo que lograron después de innumerables peripecias y dos días de intenso trabajo. Pudieron, de esta manera, atender la situación de emergencia más inmediata y llenar unas 350 bombonas pequeñas. Sin embargo, el problema de desabastecimiento queda intacto: ni las autoridades locales ni GASCOMUNAL le ha dado respuesta a los vecinos del Casco Central de La Pastora. Tras una supuesta “restructuración” de las rutas y circuitos de distribución del gas en las 22 parroquias del Municipio Libertador, la única respuesta que nos dan los funcionarios es la misma a la que nos tienen acostumbrados desde hace dos décadas: “hay que ser pacientes, estamos montados en el trabajo…”.
¿Hasta cuándo vamos a soportar la burla y la arrogancia de estos “servidores públicos”, los mismos que vienen concentrando todo el poder de decisiones y los presupuestos parroquiales desde hace veinte años, los mismos que han destruido las organizaciones sociales, las plazas, las escuelas, los parques y los centros culturales de la parroquia, los mismos que han despilfarrado los recursos destinados a los espacios públicos de La Pastora, los mismos que han pisoteado los preceptos constitucionales y siguen violando los derechos más elementales del pueblo pastoreño?