El sujeto entrevistado por El Pitazo es uno de los transportistas del galpón consumido por el fuego. Desde el anonimato, precisó que estaba fuera del recinto cuando empezaron propagarse las llamas. Comentó que observó cómo algunos de sus compañeros intentaron apagarlas, pero la voracidad de estas fue mayor.
Los galpones de Damasco eran el sitio de trabajo de más de 100 personas, según el gandolero. Él gestionaba un tercer vehículo de carga pesada con arena para evitar que la fuga de diésel se derramara por toda la calle.
Miguel Barrios, otro de los trabajadores del sitio, dijo que sus compañeros ubicados en el piso más alto fueron los primeros en percibir el incendio.
“Buscamos la manera de extinguirlo pero qué va, muy tremendo, mucha candela. Fue horrible, no tengo palabras para describirlo”, narró.
Otro de los trabajadores, Giovanni Landaeta, comentó que tras ver el incendio, lo que más le angustia es quedarse sin empleo ya que se sentía agusto allí.
“El jefe es buena gente. Vi nacer ese edificio y verlo así (entre escombros) pega”, describió entre lágrimas.