Armando Gallarraga, lanzador venezolano, nacido en Cumaná, lanzaba por los Tigres de Detroit el 2 de junio del 2010 contra los Indios de Cleveland. A la altura de la novena entrada, faltándole un "out" o aut para cerrar el juego y completar la hazaña de uno perfecto, el novato Jason Donald conectó un "roling" entre primera y segunda que salió a "fildear" el también venezolano, de Maracay, Miguel Cabrera. Como es práctica en el beisbol, Gallarraga acudió presuroso, cosas curiosas de la vida, a cubrir la primera base y allí recibió el lanzamiento de su compatriota para completar la jugada que cerraría el juego y como doblemente por manos suyas. Lo que pareció un "out", como se dice en el argot de ese deporte, "de calle", el árbitro Jim Joyce lo decretó "safe" o a salvo el corredor, generando una trifulca en las tribunas, donde hasta los partidarios de los Indios protestaron por aquella errática decisión. De esa manera, no sólo le rompió un juego perfecto al venezolano, pues el siguiente bateador fue "out" o fuera, sino que impidió se ejecutase con apenas 84 lanzamientos, el más bajo desde 1908 que fue de 83. Jim Joyce, el árbitro que impidió a Gallaraga disfrutase de esa gloria al día siguiente le presentó excusas y prontamente se retiró al descanso. Poco tiempo después, la liga de beisbol estableció la revisión de las jugadas con la ayuda del video para corregir las fallas arbitrales, lo mismo que ahora en el fútbol llaman VAR.
Unos cuantos años atrás, celebrándose en Caracas una Serie del Caribe, en juego entre Venezuela y creo que Puerto Rico, lanzaba por el anfitrión Emilio "El Indio" Cueche. En la novena entrada, Venezuela ganaba por una carrera al equipo visitante. Con dos "out" se produjo una jugada en primera en la que fue decretado quieto el corredor. Los jugadores venezolanos y quienes llenaban las tribunas juzgaron aquella decisión errónea y, como era habitual entonces, se produjo una trifulca que llevó a gran parte del público a invadir el terreno de juego. Aquello paralizó el espectáculo por cerca de una hora y al reiniciarse, por cosas del beisbol de entonces que un joven no entendería, Cueche volvió al montículo, como se dice en la jerga del deporte, "con el brazo frío".
Estando entonces un hombre en primera y el juego ganándolo Venezuela por una carrera, llegó al home de bateador por Pto. Rico, nada más y nada menos que Willie Mays, hoy en el Salón de la Fama de Grandes Ligas, a quien "El Indio" Cueche había dominado en tres oportunidades en ese cotejo. Mays sacó su clase en aquellas circunstancias desfavorables para el lanzador, conecto un jonrón y Puerto Rico ganó el juego.
Esas son cosas del beisbol donde su historia digamos reciente, por lo menos de los últimos cuarenta años, ha sido más o menos decente, mientras que en el fútbol todavía siguen originándose escándalos como en el que ahora aparece enredado el ex astro futbolístico francés Richard Platini en la relación con la organización del mundial 2022.
La historia del futbol está llena de truculencias, trampas e injusticias que dan asco y hasta producen consternación. Ha sido frecuente, eso uno vio y como aficionado de ese deporte lo sufrió, que en competencias como la Copa América o Mundial, los árbitros decidan para complacer a las autoridades de la FIFA o de acuerdo a algún interés particular. Ha sido regla que a los equipos pequeños, Venezuela bastante que de eso ha sufrido, los árbitros castiguen con demasiado rigor, se ensañan, cuando juegan con uno de los favoritos. Era común decir que en ese caso el pequeño, aparte de serlo futbolísticamente hablando, debía jugar contra el equipo que tenía como rival y el árbitro. ¿Cuántos goles ilegales, a lo largo de la historia del futbol, le habrán cantado a los débiles de manera deliberada para ayudar al equipo fuerte, que por serlo ejerce gran influencia dentro de la FIFA? ¿Cuántos fauls, fuera de juego, posición adelantada, manos se habrán cantado o dejado de cantar para favorecer a los equipos grandes y en contra de los débiles? ¡Cuántos jugadores fueron expulsados injustamente para debilitar más al "débil" que en algún cotejo, sobre todo de competencia internacional, tuvo la osadía de alzarse contra el fuerte y favorito!
Todavía recuerdo un juego, creo que en el mundial de México o Atlanta, al equipo modesto de Costa Rica se le ocurrió alzarse contra su rival, uno europeo de los favoritos, donde el árbitro para imponer el derecho del más fuerte, impuso sus reglas y a los jugadores centroamericanos no les perdonaba ni el derecho humano de respirar hasta que logró su propósito. Y en esto, los árbitros originarios de las áreas de los más débiles eran los más solícitos en prestarse a las "reglas" de la FIFA, pues de no hacerlo difícilmente aparecían en esos menesteres.
Era por demás evidente esa conducta y los aficionados al balompié bien lo saben y le tomaban como un mal inevitable aún sabiendo que aquello era la conducta externa de un gigantesco negocio en el que los integrantes de la FIFA se repartían la cochina. Hasta miembros directivos de esa institución, que por cierto llegó a ser dirigida por el brasileño Havelange casi de por vida, representantes de federaciones pequeñas se prestaban para todas aquellas trampas donde su representado salía perjudicado, para gozar de los beneficios de aquel gigantesco negocio.
Es un hecho conocido que la FIFA ha estado o estuvo dominada por una mafia de negociantes de los cuales muchos todavía están presos. Incluso un europeo, no sé si nacionalizado o no, ejerció la representación en ese organismo de Venezuela y, que sepamos, hasta no hace mucho, todavía estaba detenido por los delitos cometidos dentro de ese organismo. Delitos que incluían el repartirse el dinero, arreglar el resultado de partidos y hasta practicar el cohecho con los árbitros.
Una práctica usual de la FIFA era hacer lo que fuese menester para garantizar que el equipo anfitrión llegase a la final. Como en fin de cuentas esos eventos terminan siendo negocios y vistos como tales por quienes les manejan, cuidar que el anfitrión lograse esa meta era vital para que el negocio fuese más rentable. Por eso, para que el anfitrión ganase, a los árbitros se les asignaba para que cada partido donde este participase tuviese el resultado determinado por la FIFA. Entonces los árbitros se volvían perros de presa contra el equipo que contra aquél jugase, sobre todo si se trataba de uno de los débiles y sin influencia en la FIFA como es lo habitual.
Anoche, en el juego entre Venezuela y Brasil el VAR anuló tres goles ilegales en justicia, sobre todo cuando Venezuela jugaba contra Brasil, de los fuertes, favoritos y además anfitrión. Es de llamar la atención como en los casos de los dos de posición adelantada y de manera tan evidente que uno pudo "cazar" a los infractores desde la televisión, los árbitros de eso no se percataron. Y eso ha venido sucediendo de manera abundante en lo poco que va de la Copa América.
Para quienes de esto no pudieran saber diremos que el VAR es una especie de "respaldo" al árbitro, que hasta pudiera ser una supervisión al mismo, por quienes observan el juego a través de la trasmisión de la tele y además observan con posterioridad la filmación mientras el juego se detiene por el reclamo en una jugada. Son tres de estos supervisores, lo que hace difícil, habiendo pruebas a la mano, que se repitan las prácticas de antes. Por supuesto, en el fragor del juego los jugadores seguirán atreviéndose y hasta los árbitros haciéndose los locos y viendo lo que no pasó, pero allí estará el VAR para poner las cosas en su sitio.
Lo primero que he observado, sobre todo entre jóvenes y desconocedores de la sucia historia de la FIFA y olvidando que esa práctica que en el fútbol se llama VAR, se impuso en el beisbol años atrás, es como una primera reacción contra tal procedimiento y hasta la prensa le da un tratamiento inadecuado. Como si cada revisión que anula un gol no es un acto de justicia sino una dádiva. Al revisar la prensa internacional de estos días y leer las informaciones sobre la Copa América, uno se encuentra abundantes titulares, en los cuales pareciera asumirse lo decido por intermediación del VAR como un favorecer al afectado. ¡Gracias al VAR Venezuela empató a Brasil! Eso se dice en mucha prensa. Al contrario, lo que debe resaltarse y llamar la atención, como ha habido en abundancia, diría que por demás, decisiones que el VAR ha tenido que dejar sin efecto y eso es sospechoso o hace dudar de la eficiencia del arbitraje.
Ojalá en la política pudiera aplicarse un sistema parecido para quienes en esta actividad practican o ejercen sean más cuidadosos y cometan menos desatinos.