Señor Presidente Maduro: a los jubilados y pensionados de la CVG que, por alguna razón, estamos en el exterior, como es el caso mío, nos robaron nuestras cajas Clap. ¿Por qué digo que "nos robaron", porque en el mes de diciembre tocó el reparto de las referidas cajas, y a nosotros nos dejaron como la guayabera. Esas cajas llegan a la Corporación Venezolana de Guayana contadas. Es decir, donde se conforman estos productos tienen el listado de todos los trabajadores activos, jubilados y pensionados, y en base a esa lista envían las cajas. Está vez, porque a alguien le de las autoridades de la CVG, decidió dejar fuera, quienes no podemos retirar físicamente el beneficio alimenticio, pesar de que nuestros familiares tienen una autorización firmada para el respectivo retiro del "regalo" del Estado venezolano.
Señor Presidente Nicolás Maduro, los jubilados, pensionados y sobrevivientes desconocemos la razón de tamaña insensatez. Es una injusticia y una maldad meterse con los alimentos, y especial aquellos que van destinados a personas, como nosotros, que hemos servicio al Estado muchos años, dejando parte de nuestras vidas en las paredes del edificio sede de la CVV, en Altavista, Puerto Ordaz. Se necesita ser bien miserable e inhumano, aplicar una disposición tan retrógrada, en perjuicio de unos los jubilados y pensionados. ¿Qué hicieron con las cajas de alimentos, que han dejado de entregar? ¿Quién o quienes se quedaron con ellas? En efecto, estamos frente a un acto de raterismo constitucional.
Cosas como estas, contradicen su política de seguridad alimentaria, la que ha venido cumpliendo un rol importante para muchos trabajadores, jubilados y pensionados. Usted, señor Presidente, no cree que en este caso tan cruel, en una fecha tan preñada de alegría y solidaridad, merece la pena una profunda investigación para darle su castigo a quienes le han echado la partida para atrás, al asumir acciones repudiable e imperdonables.