Maduro lo sabe: los protectores peores remedios que la enfermedad. "Quien nace barrigón…"

Jueves, 01/07/2021 04:07 PM

El presidente Maduro, en su nuevo empeño de quitarse de encima las sanciones y el bloqueo, las que según él y sus amigos, son las únicas causas que aquí estemos llenos de moho, trancadas las rolineras y con el hambre atrás, sin hablar de otras carencias, como educación y salud que, ante las primeras, son como de segundo orden, quizás por aquello de Berthold Brecht, "lo primero es el comer" y para Don Francisco Quijano, "El Quijote", "para tener el dominio de las armas, primero hay que tener el dominio de las tripas", ha empezado a aflojar. Eso sí, al arranque lo ha venido haciendo como quien anda a la carrera y está loco "por salir de esta vaina".

Anda con eso de las "Zonas Económicas Especiales", concebidas por él y los suyos, como espacios para que el capital externo haga en ellos lo que mejor le convenga y estrangule lo que pudiera y hasta debería hacerse fuera de ellas, con el mismo desespero de quien arruinado, quiere salir de las prendas de la herencia familiar por lo que le den; el asunto es ponerse en unos reales para el desayuno de mañana. Contrario a lo que dijo Chávez, "no debemos dejarnos llevar por los dictados del contrario", el gobierno hace lo que aquél quiere para hacerse perdonar y se le saque de la lista de los muchachos malos, aquella que elaboró Obama, que no es Republicano, como si lo es Trump, sino Demócrata como Biden.

Para Maduro y los suyos, este estado como de congelamiento, ruina total al que pareciéramos estar condenados, donde hasta el silencio de las calles grita con desespero, todo está en el bloqueo y las sanciones gringas; entonces saliendo de ellas, de la manera a que sea, estaríamos hechos. Sus visiones o no visiones, ineficiencia de los suyos, como unos ministros puestos en sus cargos solo para amarrar la perra porque son cuotas de las parcelas, nada tienen que ver. Piensan que, sólo con que los gringos les aflojen las argollas y extiendan el dogal, basta. De esa manera ellos pudieran seguir como venían para no romper la unidad y que cada quien tenga bastante mortadela que repartir. Pues, como ya se dijo, todo se explica en las sanciones; por mucho que uno recoja la cabuya, siempre en cada nudo, hallará sólo esa respuesta. Que el capital externo haga lo que ellos no pueden, porque ni idea tienen cómo ni que hacer.

Los gobernadores partidarios del gobierno central son malos, muy malos y lo son por dos cosas. La primera es que ellos, como quienes manejan aquél, poco tienen en la cabeza, como un proyecto global coherente con "El Plan de la Patria", compromiso con la comunidad, pues lo suyo es con las macollas del partido y una vaina que no sea distinta a dedicarse a manejar el presupuesto, algo así como "caminar pa` lante", porque nada tienen en la cabeza, ni les anima nada trascendente. Tienen brújula aletargada y maniatada, cuya aguja sólo señala lo que decida la jefatura de arriba, que de paso está loca. Porque se les escoge según sean más "leales" que los demás, nada de eso de pedirle tengan una visión anidada en las aspiraciones de cambio que animó al Comandante, lo establecido en el formal discurso oficial, según el cual se proponen cambiar la sociedad hacia una forma más humana, justa y equilibrada. El gobernador es una cuota de uno de los tantos grupos y, al escogerlo, la única condición es que sea del grupo "dueño" de esa parcela regional. Que esos gobernadores sean como el de Carabobo, quien es como una versión adeca, con mucho de payaso y se mira conviviendo en un circo, basta, pues sería uno de aquellos, pero simpático, gozón y dicharachero. ¡Pa` qué más!

Que ese Estado o entidad federal sea estratégica, por una razón u otra, eso no importa. Lo determinantes es que en el reparto inicial está en los límites del grupo que lo quiere tener allí. Los planes económicos, si existen, porque esa es otra vaina y prueba que no es solo el bloqueo, lo más probable es que no existan, nada importan. El gobernador será este porque es la cuota de nosotros. Nada de nada distinto se le exige.

Los gobernadores de la oposición son iguales de malos como los del gobierno. Porque, aunque ellos no lo sepan, son como hermanos siameses, "la misma vaina son". Su idea de gobernar es tener ese poder, andar también en sus camionetas negras y hasta siniestras, que les hace inaccesibles a quienes se hallen en el camino, administrar un presupuesto de manera determinada desde el inicio del mandato, comportarse todos los días de la misma manera, atrasar los pagos a trabajadores y hasta contratistas que les hagan sus tradicionales obras, como una calle y sus cunetas, manteniendo esos dineros en los bancos para ganar intereses de los cuales se apropian, además de quitarle a aquellos las consabidas comisiones derivadas de los contratos otorgados.

De allí no pasan. Porque ninguno de ellos, opositores o partidarios del gobierno central, se vuelve exigente con este, lo que sería reclamar por obras, acciones trascendentes para la comunidad, impulsar proyectos económicos con ideas de cambio, porque no les interesa eso para nada o temen, siendo simples cuotas, les saquen del círculo de la lealtad.

Por todo eso y porque el gobierno central le mete de frente al autoritarismo y abuso, ignorando hasta el rol que corresponde a la dirigencia regional y las Asambleas legislativas, también llenas con gente de la misma estirpe, en veces partidarias suyas en donde gobierna un opositor, ha venido optando por eso que llaman "el protector".

La figura del protector se ha vuelto hasta algo como cómico. Suele ser un candidato a gobernador que salió con las tablas en la cabeza, en veces hasta porque la gente de antemano sabía que no sirve y por eso no votaron a su favor. Pero ahora emerge, casi pulula, otra versión, un candidato a gobernador a quien de una vez se le da "la ley de la ventaja". Hay "protectores" que fueron alcaldes y, en este cargo, su fracaso fue tan descomunal que la comunidad a la que debió servir, ni siquiera se percató de su existencia; es decir, fueron tan inocuos que pasaron desapercibidos. Pero, como su parcela quiere tener allí su gobernador, le escoge de candidato y para darle el piso que siendo alcalde no se pudo construirse, lo nombra de protector y, en eso, el tipo tampoco sabe qué hacer, ni por dónde le entra el agua al coco, por lo que se dedica como presidente de una de esas organizaciones de "damas de la caridad", a resolver problemas casi personales, íntimos y a la dádiva. ¡Que se quemó el bombillo del poste! Y viene el protector con unos tres periodistas o quienes, por las particularidades de ahora, hacen las veces de ellos, un hombre con una escalera que resuelve el insignificante problema. Resuelto el asunto, el protector aparecerá en las redes como un audaz monta postes y pone bombillos.

Y sólo para eso y como ocuparse de otros problemas pequeños que asolan a determinadas comunidades, con tal que "los periodistas" tengan motivos y "sustancia", para ensalzar la eficiencia y capacidad gerencial del protector, quien cuando fue antes gobernador o alcalde fue un absoluto fracaso, tanto que nadie sintió siquiera su respiración, como que si usted va por allí preguntando quien es o como se llama el protector, ese mismo que antes fue alcalde y un altísimo gobernante, tan alto que es casi una cifra absoluta, nadie sabe de quién le hablan.

Y el presidente Maduro que sabe todo eso y más que él, es lo importante, lo sabe todo el mundo y por eso, tratando de crear en la oposición la idea de hacer una concesión como innovadora, tanto que uno de los miembros del CNE del bando opositor, calificó la medida de un gran avance, se manifiesta dispuesto a eliminarlos, con lo que haría solamente quitar del medio algo que a nadie sirve, más bien estorba.

 

 

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