"La corrupción era mala, cuando me dejaban por fuera". El alacrán candidato a gobernador de Anzoátegui, cínicamente a sus secuaces, dixit. Fin de la cita.
¿Existen Judas en la política venezolana?...Si, y muchísimos… pero ya que estamos en un año electoral, vale la pena recordar al traidor, quizás el más conocido de la historia de la humanidad: Judas Iscariote, el cual delató a Cristo ante los romanos, señalándolo con "el beso de Judas", a cambio de las 30 monedas de plata. Y, de acuerdo con la historia, Judas, al dimensionar lo que había hecho, y a quién había sacrificado, quiso devolver las monedas, sin tener éxito en querer lavar sus culpas, en su "arrepentimiento"; así que decidió colgarse poniéndole fin a su vida, horrorizado por sus actos de traición, utilizando su última decisión como algo de honor, de lo que quedaba en su alma. ¿Se podrán señalar nombres de traidores políticos venezolanos? Cualquier ciudadano puede ponerle nombres a quienes considere traidores, pero de personajes de la política venezolana que han sido traicionados, muchos se me vienen a la memoria. Juan Vicente Gómez Chacón fue traicionado; lo mismo que Rómulo Gallegos, Gustavo Machado, el propio Jovito Villalba, (sobre todo en épocas electorales); Alirio Ugarte Pelayo fue traicionado; Luisa Cáceres de Arismendi, Manuel Piar, de igual forma; en su momento, Carlos Andrés Pérez, y Hugo Chávez, según algunos, quienes figuran también, en una larga lista de personajes que sufrieron traición por parte de allegados, o de sus equipos cercanos de asesores, y en algunos casos, no sólo fueron traicionados, sino hasta sacrificados electoralmente hablando, como el caso de los alacranes, y la mesita de noche con Guaidó. Maquiavelo decía… De acuerdo con su criterio el príncipe sostenía: "la traición es el único acto de los hombres que no se justifica"; "los celos, la avidez, la crueldad, la envidia, y ser déspota, son inexplicables", siempre los consignaba en sus escritos; "sin embargo, los traidores son los únicos seres que merecen para siempre las torturas del infierno político, sin excusa alguna". Otra parábola mas del pensador, y filósofo italiano: "La política no tiene relación con la moral". O ésta de los generales revolucionarios, cuando alguien les reclama la falta de ética en sus actos: "La moral revolucionaria es un árbol de frutas que produce moras".
Ambos criterios, en diferentes etapas de la humanidad, y en diferentes escenarios, con míster dólar por el medio retratan de pies a la cabeza, en general, a la decadente clase política venezolana, agrupada en un chiriripero de partiditos prostibularios, para alquilar la tarjeta, actividad a la cual le falta ser ejercida con valores, con ética, con moral, y con honestidad. El honor en la actualidad parecería que con el se limpiaron el trasero. Toda acción, produce una reacción… Y a la distancia electoral, el síndrome de Judas persigue a los buhoneros politiqueros, que alquilan, tarjetas de los partidos del burdel, al parecer, por los siglos de los siglos, ya que siempre ha habido traidores, envidias, celos entre los hombres en general, pero en particular en la aberrante clase política venezolana. Sin embargo, la traición, que es ruin, despreciable, y vergonzosa, se aplica de manera cloacal, como si no supiéramos que todas esas acciones tienen sus consecuencias. De acuerdo con la tercera Ley de Newton, si un cuerpo actúa sobre otro con una fuerza (acción), éste reacciona contra aquél con otra fuerza de igual valor y dirección, pero de sentido contrario (reacción). Llámenles así, dígamoles karma, pero: "el traidor cuando está muy encochinado, el resto de la banda lo elimina, el que la hace la paga", diríamos con base en los sabios refranes venezolanos. Judas lo pagó con su muerte, y otros personajillos han muerto políticamente, otros en el total desprestigio, otros son reconocidos como mitómanos, y así podríamos ir mencionado como los que actúan mal, terminan en la podredumbre de la Historia, o de sus propias miserias. Nadie por encima de la ley, hay que explicar muy claramente que mientras más responsabilidad se tiene, y mientras a mayor población afecten con sus macabros actos, es mayor el grado de traición, y así debería ser la sanción, y el rechazo de la población. No se puede soslayar a los politicastros que traicionan al pueblo o a la patria, sea de derecha, centro o de izquierda, neoliberales, alacranes, o de la mesita de noche. Nadie, absolutamente nadie, en un país con una verdadera separación de poderes, y un estado de derecho fuerte, debe estar por encima de las leyes.