La especulación cambiaria es una modalidad delictiva tan dañina como el narcotráfico

Sábado, 09/10/2021 01:57 PM

Lo ocurrido este 1ro. de octubre, en el tránsito a la entrada en vigencia de la Reconversión Monetaria, debe obligar a la Nueva Asamblea Nacional a legislar sobre un fenómeno delictivo que se ha entronizado en la dinámica económica de la República, causándole perversas afectaciones -de todo tipo- al pueblo venezolano, sin distinción de rango social y que, en mayor medida, perjudica más a las clases más desfavorecidas. Una actuación inerte del Banco Central de Venezuela, que tan solo busca facilitarles las operaciones financieras a los agentes económicos de la República, es aprovechada –desde el exterior- por el imperialismo y sus agentes internos para inducir el alza del 22 por ciento de la divisa imperial -pasando de 4,15 a costar 5,10 dólares por Bolívar- en un solo día, sin operaciones cambiarias y en feriado bancario, sin que hubiese alguna razón económica que justificara tamaño robo del ingreso del pueblo venezolano. Esta modalidad delictiva no es nueva, recordemos que a Dólar Today lo crea la CIA, el 18 de mayo de 2010, con sede en Miami, Estado de Florida, Estados Unidos y, según una entrevista que dieran sus presuntos propietarios a la BBC Mundo, éstos autodefinían la plataforma web como «una forma de protesta contra una dictadura cada vez más comprometida en silenciar e intimidar a los medios de comunicación en Venezuela». Desde que se funda la empresa, entra en período de prueba y de allí en adelante, cada proceso electoral -llevado a cabo por la Revolución Bolivariana- fue acompañado de un aumento inusitado del dólar paralelo, así llamado por los sesudos analistas de la oposición y la mediática privada derechista, en pleno conocimiento de lo ya señalado por la investigadora social y experta en economía, la Dra. Pascualina Curcio, quien explicó: «…que 35% del producto interno bruto es importado, y quienes importan son pocas empresas que, al actuar como monopolios, tienen el poder de marcar los precios de los bienes importados. Es así como un importador de repuestos para vehículos de transporte, aunque haya recibido divisas preferenciales de parte del Estado, digamos a 10 bolívares por dólar, al convertir a bolívares lo que compró en dólares en el mercado internacional, utiliza como marcador el tipo de cambio más alto que observa, en este caso el del mercado ilegal… De allí en adelante, todas las estructuras de costos de la economía se reajustan en función del marcador que se utilice… Es la presencia de pocas, pero poderosas manos en el mercado, las que con intenciones políticas visibles han distorsionado los mecanismos de distribución y suministro de los bienes más necesarios para la vida del venezolano» (diciembre 2016).

También, en paralelo con la creación de la empresa, la CIA fue activando en los municipios fronterizos del lado colombiano, al occidente de Venezuela, 4.200 casas de cambio que fueron colocadas en manos de sus agentes, vinculados todos al narcolavado de dólares provenientes del principal rubro de exportación de Colombia a EEUU, y su principal fuente de ingresos: la cocaína. El capo, Álvaro Uribe, jugaría un rol estelar en dicha operación de lavado de dinero y desestabilización de la economía venezolana. Pero, como toda guerra impulsada y ejecutada por el imperialismo, sobre todo después de la guerra del Golfo contra Irak, sustentada en la superioridad aérea para vencer al enemigo y luego avanzar sobre el mismo mediante la ofensiva terrestre para garantizarse la victoria en la guerra, se hacía necesario crear los ejércitos para la avanzada terrestres y fue así que surgieron los famosos bachaqueros. Todo un ejército, reclutado del mismo pueblo, que fue puesto bajo las órdenes del «koki» de la cerveza y la harina de maíz, alías «el pelucón», como acostumbra llamarlo el Presidente Nicolás Maduro, quien es el que asume el liderazgo del bachaqueo y es, a través de sus empresas que se generaliza el contrabando de extracción en la clara intención de causar desabastecimiento de alimentos y medicinas del lado venezolano. 28 mil toneladas de alimentos fueron incautados tan solo en 2014, que iban destinados al contrabando de extracción hacia Colombia. Hasta el billete venezolano, el Bolívar, fue objeto de contrabando con una sola finalidad: dejar a Venezuela sin papel moneda. ¡Toda una guerra brutal! Alimentos, medicinas y gasolina, salían por las trochas con rumbo al mercado colombiano. Un titular de la época del diario The Wall Street Journal, destacaba: «La escasez de alimentos genera colas, hambre y saqueos en Venezuela». Al contrabando de alimentos y medicinas, le llamaron –mediáticamente- desabastecimiento, anaqueles vacíos. Al ataque, sin piedad, contra la moneda nacional, le llamaron inflación y devaluación. «Han atacado al bolívar 29.862.393.456% desde enero de 2012 hasta hoy. En aquel momento el tipo de cambio era 8,69 BsF/US$, hoy debemos dar, según los portales web, alrededor de 2.000.000.000 BsF/US$. No he conocido economista alguno que hasta la fecha haya logrado explicar, de manera científica y seria la causa de la supuesta depreciación del bolívar en esa magnitud. Desde la teoría económica no podrán hacerlo. El asunto es político, corrijo, es de guerra.» (Consecuencias de la Hiperinflación, Pascualina Curcio, 21 de octubre 2019). De toda esa implacable guerra, se le responsabilizaba al Presidente Maduro y al Modelo Económico Bolivariano sustentado en el Estado de Bienestar de la población, ante lo cual proponían como alternativa: el neoliberalismo.

Era una guerra, sin balas, pero –inclementemente- perversa y criminal, tanto que lograron desbaratar al Estado de Bienestar Bolivariano. Señala, la Dra. Pascualina Curcio, en su escrito antes mencionado: «El ataque a las monedas que deriva en hiperinflación y con ella en desestabilización, desmoralización y desmovilización de los pueblos, es la principal y más potente de lar armas del imperialismo en las guerras no convencionales, incluso más que los bloqueos financieros y comerciales». Por eso, se equivoca el diputado Jesús Farías, cuando ubica en las sanciones y el bloqueo financiero-comercial imperialista, que vendría a posterior con la llegada de la Administración Trump-Pence, la causa fundamental de las penurias del pueblo venezolano, obviando que la guerra económica y la agresión a la moneda nacional, al Bolívar, precede al bloqueo comercial y financiero imperialista. Tan igual, que se equivocó en 2016, al anunciar el fin de Dólar Today: «Hemos derrotado a Dólar Today, lo neutralizamos, no siguió aumentando» (Informe 21.com, 29-08-2016), decía el entonces Ministro de Comercio Exterior e Inversiones Internacionales, Jesús Farías. ¡No hubo tal derrota en 2016! Todo lo contrario y a las pruebas debemos remitirnos, pasados cinco años después.

En 2015, la Administración Obama-Biden, oficializó su guerra contra Venezuela, mediante una Orden Ejecutiva que declaró a la Nación Bolivariana como «una amenaza inusual y extraordinaria para su seguridad interna», después de lo cual sobrevino toda una etapa de agresiones que se fueron intensificando hasta que el Comandante Chávez pasa a otro estado de vida y Nicolás Maduro asume la presidencia en 2013, derrotando con los votos al candidato del imperialismo, Capriles Radonski. A partir de entonces, el imperialismo estimó que había llegado el momento para derrocar la Revolución Bolivariana, mediante una guerra no convencional de nuevo tipo, que llamaron «no violenta» y mediante el uso intensivo de los medios de comunicación como cañones de propagación de la mentira, que pretendieron vender como la verdad. Estaba claro, que la Administración Obama-Biden, en aplicación de su Doctrina de Guerra Infinita, buscaba crear las condiciones objetivas para la implementación de una invasión militar «humanitaria», muy similar a la ejecutada en Libia. Por ello, es un objetivo del imperialismo, someter al pueblo venezolano a las más extremas penurias y una vez que degradan la moneda, inducen la hiperinflación y el desabastecimiento se entroniza en la realidad venezolana, promueven la migración de la población venezolana, mediante extraordinarias campañas de promoción convocando a la juventud venezolana a ejercer este fundamental derecho humano de todo habitante del planeta e irse del país, en procura de mejores condiciones económicas. Venezuela, fue presentada –mediáticamente- como un país «fallido», en que todo lo malo ocurría en su territorio. Asimismo, los venezolanos y venezolanas migrantes fueron presentados como una plaga, como lo peor que pudiera llegar a un país vecino, al decir de Julio Borges. La llegada a la presidencia de la Administración Trump-Pence, no hizo otra cosa sino recrudecer la guerra, ya iniciada por Obama-Biden.

Republicanos y Demócratas, son las dos patas en que se sustenta el poder político imperialista de los Estados Unidos, bajo un régimen bipartidista que venden al mundo como ejemplo de supuesta democracia. En la apertura del VII Congreso del Partido Comunista Cubano, Raúl Castro ironizaba sobre dicho régimen bipartidista, supuesto como ejemplo de democracia: «Hablando de los derechos políticos me decían en Cuba: nada más hay un partido y yo contestaba: ¿y? Igual que ustedes tienen un solo partido», decía Raúl ante un auditorio formado por mil delegados y delegados, revelando una conversación que sostuviera con un político estadounidense en uno de sus viajes, quien se ufanaba que, a diferencia de Cuba, en los Estados Unidos la democracia se sustentaba en dos partidos. A lo que respondía Raúl: «Correcto, eso es correcto. Eso es igual que si en Cuba tuviéramos dos partidos, (mi hermano y líder histórico) Fidel dirige uno y yo el otro» (…) «Seguro que Fidel va a decir: yo quiero dirigir el comunista, yo diré, bueno, yo dirigiré el otro, no importa el nombre». Ambos partidos –seguramente- tendrían diferencias de forma pero en el fondo, siempre coincidirían, como coinciden -Republicanos y Demócratas- en su objetivo de destruir a la Revolución Bolivariana y todo proceso independentista surgido al sur del Río Bravo. Siempre recordamos a un dirigente de la cuarta república, que –orgullosamente- decía ante la disyuntiva de responder en que se diferenciaban adecos y copeyanos, respondía que los adecos robaban y dejaban robar, al patrimonio público y eso los distinguía de los copeyanos, quienes robaban solo ellos y no dejaban para nadie más.

La Administración Trump-Biden, creyó que al Gobierno Bolivariano de Nicolás Maduro solo le faltaba un empujoncito bien fuerte para que cayera, y es así como llegaron las sanciones unilaterales y el bloqueo financiero-comercial imperialista. Durante todo este tiempo, Dólar Today, continúo su obra destructiva de la moneda nacional, el Bolívar. Solo que, la resistencia del pueblo y gobierno bolivariano, engendró nuevas capacidades productivas y endógenas que fueron mitigando los efectos perversos de la guerra económica y el bloqueo imperialista. El rentismo poco a poco ha ido quedando como una cosa del pasado, al igual que el monopolio que sobre la economía venezolana ejerciera el «koki» de la cerveza y la harina de maíz. Más de 300 nuevas marcas de harina de maíz, producidas en el país, dan fe de la pérdida del liderazgo que otrora ejerciera «el pelucón» sobre la economía nacional. Es por ello, que en días pasados cuando el Banco Central de Venezuela implementa esta tercera Reconversión Monetaria de la República Bolivariana, y los agentes imperialistas, léase: Fedecámaras y alías «el pelucón», deciden en anuencia con la CIA, sabotear dicho proceso económico por la vía de disparar al alza el valor de la moneda imperial, se encontraron con un hecho inédito en la historia económica de la última década: por primera vez, desde la creación de Dólar Today, el BCV ejerce gobernanza sobre el valor de la divisa dólar. Y en apenas 47 horas, logra el BCV, reestablecer su valor a los días precedentes a la Reconversión Monetaria: 4,15 Bs.

Dicha actuación, debemos aplaudirla porque demuestra que Dólar Today, ahora sí, está en terapia intensiva y, con ello, toda una década caracterizada por la especulación abusiva y descarada de los precios de las mercaderías que se comercializan en la economía nacional. La gobernanza del BCV sobre los precios de las divisas que, como el dólar, sirven de marcadores de precios, debe ser reforzada con una acción legislativa que penalice –severamente- a los especuladores cambiarios, tratándolos como lo que son: vulgares delincuentes. Es por, ello que en el Código Anticorrupción que discute la Nueva Asamblea Nacional, esta modalidad delictiva debe ser incluida como delito de los agentes económicos –privados y públicos- y sancionada con penas máximas (30 años). Es risible, observar como a la empresa Traki se le sancione -en flagrancia- especulando con los precios a la tasa Dólar Today, con una medida de cierre temporal. Sanción administrativa, que nada de ejemplarizante tiene. ¡Basta de impunidad y complicidad con los especuladores! La Nueva Asamblea Nacional, está obligada a declarar a la especulación cambiaria como delito de traición a la Patria, delito de corrupción, y como tal, aplicar penalidades severas y extremas, como recomendaba el Padre Libertador Simón Bolívar: «…el único medio de extirpar radicalmente este desorden, es dictar medidas fuertes y extraordinarias…»

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