"Los sueños, las ambiciones, el amor, el odio, las pretensiones, belleza, y la búsqueda de poder son algunas de las condiciones inherentes a la vida de las protagonistas de este escándalo de corrupción, quienes envueltas en las extravagancias, los placeres y las adversidades del mundo del sexopetro. Las muñecas de la mafia, son las mujeres, según declaraciones del titular de la Fiscalía General de Venezuela Tarek William Saab, este sábado 35 de abril de 2023, donde una mafia de funcionarios públicos influyentes, y poderosos, junto a empresarios, y mujeres, crearon una red de operaciones paralelas a las de PDVSA, utilizando cargas de petróleo en buques asignados a la Sunacrip, y de otras personas particulares, violando las normativas de esa empresa petrolera nacional. Bellas mujeres ambiciosas, acostumbradas a los lujos, pero muy astutas, defendiendo a muerte su lugar, y los privilegios que tienen por estar con sus hombres en el poder, son las involucradas en este pestoso caso. ‘Las muñecas de la mafia’ nos muestran la historia de varias mujeres, que por diferentes motivos terminan involucrándose delictualmente en el mundo de la mafia petrolera venezolana". Fin de la Cita. Edgar Perdomo Arzola
El escándalo de los tres mil millones de dólares es la ceremonia mas triste de la corrupción-confusión, que está poniendo junto a todos los casos similares y conexos de los: magistrados, el alcalde de Tejerías, el Conejo, y el saqueo de PDVSA, en el mismo saco de forma que todos parecen buenos o malos, que solucionan o estropean, a la vez, a la revolución bolivariana. Es como si todo estuviera saliendo al ruedo al mismo tiempo para que la trama putrefacta de la corrupción parezca confusa, para que no sepamos que mirar, a qué diestro valorar, ni que faena resaltar. A este paso tendrá que resucitar Simón Bolívar, el Libertador de Venezuela, para que nos ayude a separar el grano de la paja, el engaño de los mojones, que nos han puesto, y nos ponen para que no nos fijemos en los temas verdaderamente importantes que acongojan a este país, cada día más, incapaz de sorprenderse cada día que pasa el ciudadano de a pie. Se trata, a fin de cuentas, de la práctica consistente en suscitar falsas discusiones que distraigan la atención de otros asuntos que no interesa que sean tenidos en cuenta. En especial de todo lo directamente relacionado con la terrible tragedia de miseria en que se encuentra, la sobreviviente masa trabajadora venezolana, a fin de cuentas la economía, puede hacernos decidir en el 2024, a apoyar a aquél que presente un discurso atractivo en su estética, para salir de este caos. En este caso la adhesión electoral debería ser ciega. Pero el garrote marca proceso e inhumación, más corrupción siempre en el gobierno se ve la de los otros, y poco patriotismo revolucionarios en las contra marchas, en contra de la corrupción etc.
Está cerca las fechas del 11, 12, y 13 de abril, mes de recordatorios democráticos, y golpistas, mes en el que en el 2002 los venezolanos teníamos un estado de ánimo que al día de hoy se ha invertido. Sentíamos que empezaba una nueva etapa, que íbamos a alguna parte, y aunque existía temor dominaba la esperanza. Pero al día de hoy cuando leemos las páginas de noticias digitales, o escuchamos un noticiero informativo, no esperamos nada bueno, y menos esperanzador. Se repiten de forma monótona las mismas cantaletas que son éxitos para unos corruptos, y fracasos para otros que sufren a causa de esta tragedia, o se reiteran fieros males que no dejan de existir, pero que a veces no son tan fieros, y que se siguen con tanta minucia que ocultan otros más importantes, como la crisis educativa, de la salud, e híper inflacionaria, por supuesto no se propone nada atractivo o tranquilizador que incite a los venezolanos el apetito de vivir, que prometa una nueva empresa petrolera, gasífera, y petroquímica, interesante para el desarrollo nacional. Esto explica el extraño fenómeno de que el amplísimo descontento popular dominante, que tiene pocas excepciones, se presente acompañado de la frecuente sensación de que las cosas van a seguir como están, lo cual no es muy comprensible cuando se vive en un *sistema democrático*, en que los ciudadanos tienen en sus manos la posibilidad de cambiar la orientación del país a través del voto.
Se puede decir que debido a esta crisis ética, moral y económica, sopla un viento de proa que dificulta el avance, o mejor dicho del norte hacia el progreso. Pero podemos pensar que las dificultades por si solas no tienen porque producir el desánimo. Pues cuando los pueblos están psicológicamente sanos, y decididos a salir de este atolladero, se crecen ante las dificultades, ya que éstas les sirven de estímulo para dar la pelea. Lo que estamos viendo de esta prostitución petrolera con mises (las reinas de las mafias) incluidas puede que sea otra cosa. La falsa convicción de que las cosas no tienen solución, de que no se puede hacer otra cosa que la que se está viviendo, nos está empujando a pensar que la vida pública en manos de la prostitución se está escapando de los ciudadanos que aman a Venezuela. Muchos que si se sienten representados en su interior dudan, y otros no ven que el silencio sepulcral de los alacranes opositores, de estos asuntos de la corrupción petrolera no ofrezcan soluciones atractivas. La tibieza, y el guabineo, con la que se proponen unas sí, y otras también falsas soluciones que parece no modificar nada sino a empeorarlas, produce en los venezolanos una sensación de que las cosas van a seguir así muy mal por largo tiempo, y ello engendra hastío e indiferencia. La forma peor de la resignación. Porque ésta, la resignación, es una actitud nobilísima, y necesaria cuando consiste en aceptar lo inevitable, pero es desastrosa cuando significa la mera pasividad frente a lo que se puede evitar, corregir o transformar.
Cuando se llega a la convicción de que hay que elegir entre posibilidades no deseables, en todo caso no deseadas, hay peligro de que se elija por inercia o por el método de cara o sello. Es decir, que no se elija, con lo cual el sistema constitucional, y el estado de derecho se vacían de contenido. La democracia venezolana en este largo período de crisis: "es decir la verdad ante todo para defender a la ley, y a los ciudadanos", antes de que todos perdamos la dignidad, y que la sociedad se convierta, con esto de las reinas de las mafias, en la prostituta del poder.